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Viernes 27 de mayo 2022

Monaco, como describirlo...

Un lugar precioso, sus estructuras, las vistas, las personas, todo es irreal. El recorrido del aeropuerto al hotel fue tranquilo, quizás porque este lugar me relaja o porque estaba sin un Charles quejándose de cada cosa. Él al vivir acá no viajó a ningún lado, al igual que no se quedaría en el hotel, no pasaría tanto tiempo con él lo que me tranquilizaba.

O eso creía hasta que en el hotel Mary se subió al taxi y dictó otra dirección al chofer.

-Mary, a donde vamos- pregunté a su lado mientras ella se acomodaba el cabello con un pequeño espejo que sacó de su caro bolso.

-A la casa de Charles- soltó tranquila ahora retocando su labial.

-Oh cenaremos allá?- habló Layla sonriente, rogaba que no fuera eso.

-No vieron el correo?- negó lentamente al vernos negar con la cabeza- se quedarán allí el fin de semana.

-Que?- gritamos al mismo tiempo mi casi gemela y yo, con la diferencia que ella grito con alegría y yo con horror.

-Si, por que no? Es una casa grande, cómoda, y conocerán a la familia Leclerc, que chica como ustedes no quisiera eso?- dijo obvia, esto fue peor de lo que pensé.

-Una chica que no conoce a Charles y sus idioteces- susurré y ella me miró mal

-Que dices, es increíble- dijo Layla arreglándose al saber a donde iríamos- estará Arthur?

-Así es- dijo sonriente- tu puedes acercártele, pero tu no- me señaló.

-Yo por que no?- pregunté cruzando los brazos.

-Porque no quiero que pase lo mismo que con Carlos, tú solo hazme caso- dijo y levantó la vista al ver que el auto se detuvo- llegamos chicas.

La casa era linda, no era gigante, tenía un tamaño perfecto, con grandes ventanas y mucha iluminación, dos pisos con un pequeño estacionamiento a un lado, al fondo se podía ver una piscina en la parte trasera, podría decir que era la casa de mis sueños.

-Wow- dijo Layla al bajar del taxi mientras nos acercábamos a la entrada.

-Compórtense- dijo Mary como una madre a sus hijas- y Ayla no se si sabes pero la mamá de Charles cree que...

Mary fue interrumpida cuando la puerta fue abierta y una señora rubia apareció en nuestro campo de visión con una gran sonrisa.

-Oh que belleza de niñas- dijo sonriente- cual es Ayla?- preguntó emocionada y el oxígeno abandonó mis pulmones.

-Ella- me señaló rápidamente Layla y la quise matar.

La señora saltó a mi con una abrazo fuerte y lleno de cariño, se sintió tan bien e incómodo a la vez.

-No sabes cuanto esperé conocerte, soy Pascale la mamá de Charles- dijo aún con una sonrisa- pasen pasen que los chicos ya están en la mesa- me llevo del brazo mientras Layla y Mary nos seguían riendo bajito a mis espaldas, las mataré.

-Sabe de mi?- pregunté mientras caminábamos por el largo pasillo a la cocina supongo.

-Claro que si cariño, como no lo iba a saber? Se trata de mi hijo consentido- sonreí, entonces si sabía del trato, por que actuaba tan cariñosa?- sabías que yo aún le corto el cabello, una divinura mi hijo- rió feliz y me contagió

-Mamá quien era- dijo esa voz que estaba cansada de escuchar, al verme su rostro palideció un poco- Ayla- sonrió forzado aunque su madre pareció no notarlo.

Fingiendo no amarte • Charles Leclerc Where stories live. Discover now