Capítulo 1

109 25 10
                                    

1

Sabine Lenox

Trillado Es Decir "Nunca Digas Nunca"

Mientras pasaba el tiempo bailando con Franco me dejé de sentir incómoda y comencé a disfrutar un poco del panorama, ya que me parecía algo cómico.

Si alguien me hubiese dicho que iba a pasar así mi noche junto a Franco en vez de estar en mi casa durmiendo o viendo una maratón de boy meets world, hubiera jurado que la demencia lo estaba consumiendo, porque ni en un millón de años me hubiese imaginado una escena así tan pacífica junto él y peormente que lo estuviera disfrutando.

— ¿Cómo así por acá? ¿Y ese milagro? — preguntó atrayendo mi atención a sus amargos ojos color café — Que yo sepa, es difícil sacarte de tu casa — me decía al oído sacándome de mis pensamientos — te ves guapa — comentó terminando la oración.

— Eh .. Me vine después del trabajo, ya sabes a disfrutar la noche — le digo restándole un poco de importancia a la conversa y omitiendo lo último que había escuchado.

— ¿Y la estás disfrutando? — pregunta con una sonrisa acercándose más a mí.

— Pues no la estoy pasando tan mal, así que diría que tal vez — le digo alzando los hombros dándole poca significancia a lo que me acaba de preguntar.

— ¿Quieres que te ayude con eso? — me dice mirándome directo a los ojos.

Lo miré algo confusa sin saber a lo qué se refería, hasta que en ese mismo instante se acercó lo más que podía hasta a mí.

Estupefacta por la invasión de mi espacio personal, volví a notar aquella intensidad en sus ojos y un brillo peculiar emitiendo de ellos. Al ver que no me movía, cortó la poca distancia que había entre los dos y unió sus labios a los míos.

Inmóvil, hecha piedra, era como me encontraba en ese mismo instante al sentir la calidez de sus labios.

No sabía muy bien si lo que más me había sorprendido era el simple hecho de que Franco me estaba besando ¿¿A mí?? O de que sentí nuevamente aquella corriente en cuanto nuestros labios se tocaron, tal vez fue mi loca idea o lo sería el hecho de que no me había apartado de él y me había enojado por ser un idiota, como debía haber hecho. Ni siquiera me aparté, si no que al contrario, entreabrí más mis labios profundizando el beso.

Me doy cuenta de que él también se sorprende por el hecho de que haya seguido su juego, no sé si pensaba que me iba a apartar, darle una cachetada y a gritar como una loca histérica, que se supondría debía haber hecho. Pero no, ahí estaba yo, en una fiesta la cual ni tenía ganas de ir, besando al chico equivocado, pero era esto a seguir muriéndome de celos por el tema de Lucas.

Procedo a cerrar mis ojos para disfrutar de lo jugosos que estaban sus labios, que empezaban a moverse de a poco con tal delicadeza robándome un suspiro en el proceso, sin quedarme atrás empecé a mover los míos siguiendo su ritmo. Involuntariamente llevo mis manos alrededor de su cuello y siento que el posa sus manos con suavidad en mi cintura. Sus besos pasaban a incrementar la intensidad.

Siento que aferra aún más su agarre de mi cintura atrayéndome hacia su cuerpo y al igual que él, yo fuerzo más mis brazos al rededor de su cuello para sentirlo más cerca. 

No sé si me volví loca en ese mismo instante, pero estaba disfrutando el beso con él, estaba disfrutando un beso con Franco; que para no ser suficiente toda esta locura me había arrastrado de la pista de baile a un lugar más privado, alejándonos de la multitud y su bullicio.

Ascendente ©Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu