8. Please be naked

4.2K 332 44
                                    

Narra Vic

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Vic

Me sentía tan feliz y completo, y todo gracias al hermoso hombre a mi lado. Aún no podía caer en la cuenta de que alguien tan perfecto como Kellin estaba casado conmigo, pero lo era. Acaricié su largo cabello negro mientras él intentaba conciliar el sueño; estaba tan cansado, pero no tanto como él.

Estaba a punto de caer dormido cuando tocaron la puerta, y obviamente tuve que ir yo a ver quién era. Cuando abrí la puerta esperé encontrarme de todo, menos a Oliver con los ojos hinchados y las mejillas encharcadas.
—¿Puedo pasar? —preguntó, sorbiendo la nariz. Yo asentí y cerré la puerta detrás de él.
—¿Qué paso?
—Yo... La cagué Vic, y en grande —hizo una larga pausa, como si estuviera debatiéndose entre decirme lo que ocurría o no—. Josh y yo...
No era necesario que completara la frase, sabía perfectamente lo que habían hecho, y no era algo que me sorprendiera a decir verdad.
—¿Y? ¿Qué hay de malo en eso?
—¿Qué hay de malo en eso? Dios, ¡No lo entiendes Víctor! ¡Tengo a Hannah pero aun así me acosté con Josh! ¿Sabes qué pasa si ella se llega a enterar? Es todo lo que tengo y si la pierdo no sé qué haré.
—Oliver... Sinceramente no creo que Hannah sea todo lo que tienes, porque si lo es, ¿entonces porque la engañaste? Si alguien ama a una persona, no la traiciona de esa forma.
—Creo que tienes razón, pero yo no estoy precisamente aquí para eso, yo... Mierda, quiero que me ayudes a decidir si arriesgarlo todo por Josh.
—¿A qué te refieres?
—Yo... no sé si quiero a Josh para ser capaz de salir de lo que es normal y estar en una relación con él.
No pude evitar reír amargamente ante sus palabras, ¿salir de lo que es normal? Dios, ver a Oliver era como verme a mí mismo en el pasado; la primera vez que tuve sexo con Kellin me sentía tan asqueado de mí mismo porque siempre había creído que dos hombres no podían estar juntos, pero bueno, ahora estoy casado con uno y formando una familia.
—Si crees que eso no es normal, ¿entonces que sí lo es? ¿Estar al lado de una persona a la que no quieres por completo sólo porque eso es lo "normal"? ¿Ocultar tus sentimientos? No Oli, eso no es lo normal. Lo normal es estar junto a la persona por la que darías todo, independientemente de su sexo. Sabes que yo pasé más o menos por lo que tú estás pasando ahora, y mi consejo es que aunque te duela, porque lo va a hacer, dejes a Hannah, no es justo para ella ni para Josh. Manda todo a la mierda y descubre si Josh es a quien realmente amas.
Él se quedó en silencio durante un rato, tratando de digerir mis palabras, hasta que después de varios minutos contestó—: Pero, ¿Y si Josh no es a quien realmente amo? Sólo perdería a Hannah.
—Puede que pase eso, pero a si al menos no jugarás con ambos, eso es lo peor que puedes hacer; las personas no son tus experimentos Oliver.
—Sé que no es justo que experimente con Josh mientras tengo a Hannah, pero... ugh, no sé si pueda tener el mismo valor que tú al aceptar que... que puede que esté enamorado de mi mejor amigo.
—Si en verdad lo estás, lo harás con el tiempo, no quieras apresurar mucho las cosas. ¿No crees que lo que necesitas es alejarte de ambos durante un tiempo y organizar bien tus sentimientos?
—Eso haré, gracias hermano, sabía que venir contigo me ayudaría —dijo, antes de abrazarme.

Se despidió de mí y yo pude volver a la habitación, donde mi esposo ya estaba dormido, el único problema era que había tomado una extraña posición donde ocupaba toda la cama. Suspiré antes de acercarme hasta él y tratar de moverlo un poco, ¿por qué presentía que esta noche no dormiría bien?

Me encontraba acostado en la cama junto a mi esposo, abrazándolo por la cintura mientras veíamos una de sus películas favoritas; La vida de Adele, siendo sincero, a mí no me gusta mucho esa película, y todo por el simple hecho de que la personaje ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me encontraba acostado en la cama junto a mi esposo, abrazándolo por la cintura mientras veíamos una de sus películas favoritas; La vida de Adele, siendo sincero, a mí no me gusta mucho esa película, y todo por el simple hecho de que la personaje principal es una idiota que engaña a su novia, ¿qué le pasa a la gente de ahora que lo único que sabe es traicionar a las personas que "quieren"? No entiendo a esa gente

Mientras acariciaba su cabello, quité un mechón que tapaba parte de su cara, pero cuando lo hice me di cuenta de que estaba húmedo.
—¿Estás llorando? —pregunté, tratando de aguantar la risa, mi Kellin a veces podía ser muy sensible.
—N-No —sollozó—, es que me entró algo al ojo.
Yo negué con la cabeza mientras reía ligeramente, giré su cuerpo, haciendo que quedara frente a frente conmigo.
—Sólo es una película amor, además es la quinta vez que la vemos y sigues llorando.
—Lo sé Vic, pero... ¡Ellas merecían su final feliz! —murmuró.
—No siempre las historias tienen finales felices, Kellin —dije, limpiando sus lágrimas.
—¿Y la nuestra? ¿No lo tendrá?
—¿Quién dijo que teníamos que tener un final?
—Vic... —susurró, bajando su vista a mis labios—. Te amo.
Unió nuestras bocas en un beso lento, suave, sin propósito de llegar a más.
—¿Te he dicho que eres hermoso? —pregunté cuando nos separamos, aunque sabía que la respuesta era sí; miles de veces se lo he repetido, y nunca me casaré.
—Uh, no —mintió, haciendo un tierno puchero.
—Pues lo eres; eres tan hermoso y me enamoro más de ti cada día que pasó a tu lado.
Sus ojos brillaron ante mis palabras y una sonrisa se formó en su rostro. No pude contener el impulso de besarlo de nuevo, se veía tan malditamente adorable así. Poco a poco el beso, que al principio era tan inocente, fue tornándose en uno lleno de lujuria y amor. Hice que quedara debajo de mí, tomando así el control. Comencé a repartir pequeños besos húmedos por todo su cuello al mismo tiempo que con mis manos recorría cada parte de su cuerpo por encima de la ropa. Quité su camisa despacio, sin llevar prisa alguna, y es que no la había, teníamos todo el tiempo del mundo. En estos momentos estaba tan agradecido de que no llevara pantalones, porque así las cosas eran mucho más fáciles. Mis manos no tardaron en bajar hasta sus muslos, sin dudas lo que más me gustaba de su cuerpo eran sus largas piernas.
Dejé varias mordidas en su cuerpo que de seguro dejarían marca para bajar a sus muslos; no pude resistir la tentación de lamerlos y morderlos una y otra vez. Bajé su bóxer haciéndolo quedar completamente expuesto ante mí, como tantas veces había estado antes. Mi lengua entró en su interior, haciendo que enredara sus dedos en mi cabello, atrayéndome más a él. Hacía círculos con la lengua y entraba y salía. Cuando creí que era suficiente, subí lentamente hasta su rostro y lo besé una vez más.

Apenas estuve a su altura, quitó mi pijama en menos de tres segundos.
—Ahora si es justo —susurró en mi oído, antes de morder de manera suave mi lóbulo—. Por favor Vic, hazme el amor —pidió, ¿y quién era yo para no cumplir sus deseos?
Coloqué sus piernas alrededor de mi cintura y con cuidado fui introduciéndome en su interior. Sus uñas se clavaron en mi espalda mientras trataba acostumbrarse a mi tamaño, porque a pesar de que lo habíamos hecho cientos de veces, sé que le dolía. Estuve un quieto durante un largo rato, hasta que él movió su cadera, indicándome que podía seguir.
Con cada embestida que daba su cuerpo se retorcía de placer bajo el mío, mientras gemía mi nombre una y otra vez.
Sus paredes eran tan estrechas que ejercían la fuerza exacta sobre mi pene, haciéndome desear más, y es que no podía obtener suficiente de Kellin, porque él es mi droga, una de la que no quiero ni puedo dejar de depender.
—Vi-Vic —gimió. Sus mejillas estaban sonrojadas y su boca estaba entreabierta.
Volví a meterme en él hasta el fondo, tocando ese punto en su interior que lo hacía gritar. Ambos estábamos tan cerca.
—Por... por favor, tócame —Enrollé mi mano en su pene, subiendo y bajándola al ritmo de mis embestidas.
Se corrió en mi mano en cuestión de segundos y después yo dentro de él cayendo exhausto sobre su cuerpo.
—No... tienes idea, de cuando te adoro —murmuré, y aún sin salir de su interior cerré mis ojos, dejando que el sueño me venciera.

Dancing With A Wolf | Kellic mpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora