EXP - XXXI - Padma_Yurel

Start from the beginning
                                    


— ¿Segura?


— Sí, segura, además aquí está mi abuela y mi mamá... me van a regañar si te hago pasar horas extras.


— ¡Y no lo hago por eso! Eso quiero que lo sepa señorita Padma, a usted la aprecio mucho.


— ¡Uh mira!.. ¡No te van a dejar! El toque de queda ya comenzó —, esboza una leve sonrisa, le muestra la hora de su celular a su mucama.


Era notorio que no quería que se fuera, Clarissa lo entendió muy bien, dejó pasar unos minutos, luego comentó:


— Bueno, en ese caso... Si no la ignoré antes, no la voy a ignorar ahora —, fingiendo inconformidad, cuelga su cartera en la silla, luego se dirige a las escaleras.

» Hasta mañana, no se desvele, cualquier cosa me avisa.


— Hasta mañana... y no lo haré.


La chica se va, sin embargo, la morocha continúa mirando afuera, las manos le hormigueban constantemente, por lo que trataba de abrir y cerrar las palmas para ver si la sensación desaparecía.

Un relámpago logró divisar en la lejanía, su corazón latió un poco mas fuerte, se llevó una mano sosteniendo su collar, enseguida vió otro, esta vez escuchó el trueno, lo que la hizo estremecer, además de una trayectoria algo inusual, Padma entonces inquirió para si misma.


« ¿Qué es lo que está pasando?, Si antes no le tenía miedo a los relámpagos y truenos, ¿por qué ahora sí? ».


No muy lejos de allí, una camioneta blanca conducía con tranquilidad, hasta finalmente ocultarse en una zona arbolada y oscura.


— Señor, ¿qué haremos aquí? — preguntó Layla.


— La portadora se ubica en ésta zona de bloques de departamentos, aunque todavía no tenemos su ubicación exacta, gracias al descerebrado de Jaycito —, contestó Russel conduciendo.

» Aun así, sabes bien que todo lugar tiene su zona de ratas, y yo solo conozco algunas de por aquí...


— ¿Estamos aquí para convencerlos de cooperar?


— Sí, sobre todo porque la banda del Sur son demasiados.


— Okey, me parece bien, es hora de que señorita puños, haga su acto de gloriosa presencia para... — en ese momento la pelirroja se acomodaba sus guantes pero el albino interrumpe con voz de mando.


— ¡Alto! Ustedes se quedan aquí.


— Pero ¿por qué? Entre nosotros tres podemos y...


— ¡Dije que no!.. Además tengo un método más rápido y certero para que hagan lo que les pida —, dió Yurel, su sentencia, haciéndole la seña de que pare el vehículo.

Expediente: L.A.P.A R.K.Y.G.H. Saga los portadoresWhere stories live. Discover now