Parte dos.

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La presencia de Barbie era única. Ella era única o quizás él se estaba volviendo loco pensó, dejando su cigarrillo sobre el cenicero. Oppenheimer solo hacia un ademán saludando a los soldados pasando sobre tanques y otros pocos dentro de sus casas improvisadas lo saludaban con fervor, admiración.

Robert se preguntó si esto era lo que Barbie experimentaba ante todos esos hombres viéndola cantar y moverse por el escenario, si el sentirse bien por la aprobación de los demás significaba algo más allá de ser idolatrado y después desechado. Quizás lo que a Oppenheimer le había atraído de Barbie era su imágen perfecta, ella no podría cometer errores como él, tampoco podría decepcionar al séquito que tenía a sus pies.

Aún qué, no fuera conciente muchas veces de sus comparaciones tontas, Oppenheimer no pudo evitarlas, ni tampoco percibir la mirada insistente de una conocida mujer del lugar. Sus pasos eran lejanos, pero los suficientemente cerca para que Robert pudiera oírlos, pero este ni sé inmutó al saber de quién se trataba.

ㅡ Robert...

Dió un poco la vuelta, encontrándose con una cara bastante conocida.

ㅡ Buenas tardes, Jean. ㅡ Murmuró sin ánimos.

ㅡ Se que no tenemos mucho tiempo ambos, pero me gustaría que charlemos y me actualices sobre tú rendimiento. ㅡ Lo observó la mujer, esta movía su pie disimuladamente un poco nerviosa.

ㅡ Se que tenemos trabajo, tengo cosas que resolver. ㅡ Apuntó él físico. ㅡ Quizás otro día tengamos tiempo.

ㅡ Dices eso todos los días Robert, sabes que tengo trabajo contigo y no puedo si me lo haces difícil. ㅡ Protestó la castaña, recibiendo una mirada fastidiada de Oppenheimer.

ㅡ Jean, lo siento mucho, pero no voy a dejar que me psicoanálices para tus reportes matutinos. ㅡ Meditó. ㅡ En realidad yo no les debo eso, no necesitamos a un psiquiatra rondando por aquí.

Dijo con voz baja esto último dando un suspiró de derrota, sabía que quizás las cosas con la psiquiatra que fue enviada por uno de sus superiores era algo que no debía tomar a la ligera. Sabía que sus compañeros se sentían un poco apricionados por las condiciones en que trabajan, algunos de hecho la necesitaban, sabía de sus consultas, pero tampoco sabría explicar con detalle su rechazo a Jean. No necesitaba eso, tampoco necesitaban una actualización sobre su estado mental todas las semanas, era una pérdida de tiempo.

ㅡ No esperaba cambiar tu opinión. ㅡ Musitó la mujer suspirando de igual forma. ㅡ Pero puedes intentar, a mucha gente le funciona.

ㅡ No creo cambiar de opinión pronto, pero gracias de todas formas. ㅡ Habló él hombre por última vez con ella, alejándose a pasos lentos.

De ninguna manera iba a pensar en hacerle caso a alguna de las locuras de Jean, él estaba bien, al igual que era cuestión de tiempo para poner en orden su mente y seguir con el proyecto. Los últimos días de descanso solo sirvieron para aumentar de forma absurda su admiración por Barbie, aquello era algo de lo que se avergonzaba cada día, nunca lo diría en voz alta de todas maneras, pero pensar en ella no era una pérdida de tiempo. Al final ellos dos eran una conclusión, o quizás, él estaba loco y no sabía del todo que esperar en su vida para que Bárbara lo viera, pero no creía en las coincidencias, solo en los hechos.

Era un hecho que él no estaba echo para Bárbara. Él no era un hombre normal, tampoco era un desterrado por la sociedad, solo amaba la ciencia y su vida nunca se salió de la línea. Él no era él hombre que iba a fiestas o simplemente era genial, él era Robert.

Nunca prestó atención a la gente que le hablaba a su alrededor, por ello nunca fue de tener amigos o una novia, estaba totalmente inmerso en la física y sus ojos nunca vieron más allá de las difíciles ecuaciones que él solamente podía resolver en la escuela primaria. Sus padres nunca habían notado el intelecto de su hijo hasta que su padre lo notó, y fue una bendición hasta darse cuenta que su situación económica nunca les permitiría costear una escuela de gran nivel para él y su brillante intelecto.

Pacto suicida | Barbenheimer (Barbie x Oppenheimer)Where stories live. Discover now