Capítulo XXX: Se está quemando la casa

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Bip, Bip, Bip, Bip, Bip, Bip, Bip

El fuerte sonido penetraba mis oídos que sería capaz de despertar una urbanización completa si se lo proponía, de mal humor me senté en la cama y agarre rápidamente la almohada a mi lado preparada para lanzársela al despertador, pero este no estaba emitiendo sonido alguno. Mire a mi alrededor confundida, busque en la mesa de noche mi teléfono, pero este tampoco estaba sonando.

¿Qué demonios había interrumpido mi sueño embellecedor?

Fue cuando caí en cuenta de que solo había dos cosas que podían sonar así en una casa y si no era el despertador, era la alarma de incendios. Salí corriendo del cuarto sin importar como me veía y baje las escaleras corriendo hacia la cocina para encontrar a un Arthur casi al borde del colapso tratando de apagar algo que estaba en una sartén.

—Arthur, qué mierda paso aquí—Pregunté alterada agarrándolo por sus hombros para que me mirara, pero este solo balbuceaba cosas sin sentidos, desesperada por la situación le di una cachetada involuntariamente que hizo que volviera a la realidad.

—Yo me encargo del fuego, tú apaga la alarma antes de que vengan los bomberos—Arthur asintió con su cabeza y se retiró de la cocina, aterrada me acerque al lavadero donde moje un paño con agua para acercarme al fuego con cuidado, era hora de poner a pruebas lo que había visto en esas series de bomberos, coloque el paño sobre el sartén con fuego el cual se extinguió al tocar el paño mojado.

La alarma dejó de sonar y por fin pude respirar aliviada, me dirigí a la sala donde Arthur se encontraba sentado viendo el humo salir por las ventanas que había abierto, agotada, me senté a su lado sin decir ni una palabra, los dos nos habíamos concentrado tanto en ver el humo salir que no fue hasta que vimos a la mamá de Charles, Charles y Lorenzo enfrente de nosotros con rostro preocupado que nos dimos cuenta de que habían llegado.

—Que mierda paso aquí—Fueron las primeras palabras de Lorenzo, quien nos miraba a los dos esperando una explicación por parte de nosotros, agache mi cabeza y me quedé en silencio sin saber qué decir, no había sido mi culpa, pero tampoco quería que el menor de los Leclerc se metiera en problemas. Levante la mirada para hablar, cuándo Arthur se levantó de la silla y comenzó a hablar en francés hacia sus dos hermanos y su mamá.

La mamá de Arthur jalo la oreja de su hijo menor y lo arrastró hacia la cocina mientras soltaba quejidos y hacía muecas en su rostro, la sala se quedó en silencio por un par de segundos hasta que dos risas invadieron el lugar, levante la mirada encontrándome a Charles y Lorenzo riéndose con su mirada fija en mi pijama y no fue hasta ese momento que me di cuenta de que no había tenido tiempo de cambiarme porque había bajado a apagar el fuego.

Avergonzada y con las mejillas como tomates subí corriendo las escaleras, pero eso no me impido oír el grito de Lorenzo—Linda pijama cuñada.

Cuando llegue a la habitación que compartía con Charles me tire en la cama, tapándome el rostro con una de las almohadas que se encontraba allí, no era mi culpa ser fan de Spider-Man y querer tener la misma pijama que usó Tom en la película, que consistía en unos pantalones de algodón con caras de Hello Kitty y una oversize blanca con las palabras" I survived my trip to NY".

De todas las cosas que pensé que podrían pasar en este viaje, nunca imagine que bailar bajo la lluvia con Charles y apagar un fuego con Arthur podrían pasar, un peso en la cama se hizo presente haciendo que quitara la almohada de mi rostro para encontrar a un Charles acostado de medio lado apoyando su mentón en su mano mirándome con una sonrisa.

—No te avergüences amore mio, esa pijama te hace ver sexy—Comentó moviendo sus cejas de forma coqueta, lo que provocó una risa en mí. Charles se acercó para dejar un beso en mis labios y levantarse de la cama.

Llegar a la metaWhere stories live. Discover now