「 ᴏɴᴄᴇ」

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Pasó un mes desde su primera cita, desde que comenzaron su noviazgo, y ambas estaban completamente felices.

Comenzaron a salir todos los fines de semana, Freen llevó a Becky a todos los lugares que quiso, solía llevar a Becbec también, a algún parque, dónde la podía dejar jugar por horas, o una ocasión la llevó a una tienda de golosinas, dónde la dejó elegir todas las gomitas que quiso.

Después tenía que cuidar a Becky cuando terminaba con dolor de estómago, luego de que Becbec comiera todos los caramelos.

Desde entonces no la había dejado llevar a Becbec a ese lugar, ni volver a comprarle golosinas.

A veces, algunas noches, Becca la despertaba y se quedaba a pasar el rato con ella, Freen comenzó a guardar algunos chocolates para la pequeña.

Tenía prohibido darle golosinas a Becbec pero no a Becca.

Becca no había vuelto a lastimarlas, y se portaba muy bien, era bastante nerviosa y Freen tenía que verla todo el tiempo, por temor a que hiciera algo peligroso.

A veces la encontraba pellizcándose, o clavando sus uñas en su piel, o rasguñando su cuerpo, se tomaba el tiempo de calmarla, de hacerla sentir bien y de explicarle la cantidad de veces necesarias que ya no debía lastimarse.

ㅡSé que no lo haces a propósito, eres una chica excelente, sólo debes pensar un poco las cosas cuando veas que te estás lastimando... Ya nadie va a herirte, no tienes que hacerlo tu misma tampoco.

Becca entendía perfectamente todo lo que Freen le decía, era una niña excelente.

Con su novia, Becky, solían tener largas sesiones de besos, últimamente, iban hacia la cama para una tarde de mimos y besos, a veces se quedaban hablando bajo, en suaves murmullos, o solo se quedaban en silencio disfrutando del calor corporal de su pareja, de las caricias sobre su espalda, su cabello, o sus brazos.

Freen nunca la había tocado más allá, siempre había sido muy cuidadosa y suave con ella, siempre la había respetado muchísimo.

Becca no tenía que sentirse mal o preguntarle al respecto para saber que era un tema similar a los besos.

Le estaba dando su espacio, su tiempo, y cuando quisiera sólo tenía que pedirlo.

Al mes de estar saliendo, Becky se sentía lista, al menos para intentar dar un paso, unos más grandes, más íntimo.

Aprovecho una de sus sesiones de besos, en las camas, que seguían juntas, para comenzar con sus intenciones.

En el beso, se colocó sobre Freen, sentándose sobre las caderas de la mayor, en cuanto sintió que movió su cadera rompió el beso.

ㅡBec, ¿Qué haces? ㅡpreguntó, no había sonado mal o enojada, sólo quería corroborar con ella lo que ocurría.

ㅡFreen... Me encantaría tener mi primera vez contigo ㅡdijo, sus mejillas estaban muy rojas pero su tono no fue avergonzadoㅡ. No sé hasta donde llegué, pero quiero intentar.

Freen le sonrió y acarició sus mejillas de forma tierna.

ㅡ¿Estás segura? ㅡBecky asintióㅡ. Bueno, mi Bec... Seré suave y en cuanto vea que no eres tú no haré nada.

ㅡGracias.

ㅡSi sientes algo mal dime.

Becky asintió, tenía una sonrisa conforme en su rostro, sus mejillas estaban muy rojas.

Freen se enderezó, quedando sentada en la cama con Becky sobre ella, sus labios fueron hacia el cuello de la menor, dejando besos, succionando su piel, y rozandolo con sus dientes con suavidad, mientras escuchaba a la rubia respirar de forma pesada, encantada con el tacto, enredó sus dedos en el cabello de la mayor, acercándola más.

The Alters | Freenbecky |Where stories live. Discover now