Capítulo 11: Complicaciones

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Todo el mundo nos miró cuando nos dirigimos juntos a nuestra mesa del laboratorio.

Me di cuenta de que ya no orientaba la silla para sentarse todo lo lejos que le permitía la mesa. En lugar de eso, se sentaba bastante cerca de mí, nuestros brazos casi se tocaban.

El señor Banner — ¡qué hombre tan puntual! — entró a clase de espaldas llevando una gran mesa metálica de ruedas con un vídeo y un televisor tosco y anticuado. Una clase con película. El relajamiento de la atmósfera fue casi tangible. El profesor introdujo la cinta en el terco vídeo y se dirigió hacia la pared para apagar las luces.

Entonces, cuando el aula quedó a oscuras, adquirí conciencia plena de que Hyunjin se sentaba a menos de tres centímetros de mí.

La inesperada electricidad que fluyó por mi cuerpo me dejó aturdido, sorprendido de que fuera posible estar más pendiente de él de lo que ya lo estaba.

Estuve a punto de no poder controlar el loco impulso de extender la mano y tocarle, acariciar aquel rostro perfecto en medio de la oscuridad; un acto de cercanía que estoy seguro aún no tengo el valor de hacer.

Crucé los brazos sobre mi pecho con fuerza, con los puños crispados. Estaba perdiendo el juicio.

Comenzaron los créditos de inicio, que iluminaron la sala de forma simbólica.

Por iniciativa propia, mis ojos se precipitaron sobre él. Sonreí tímidamente al comprender que su postura era idéntica a la mía, con los puños cerrados debajo de los brazos. Correspondió a mi sonrisa.

De algún modo, sus ojos conseguían brillar incluso en la oscuridad. Era absolutamente ridículo que me sintiera aturdido.

La hora se me hizo eterna. No pude concentrarme en la película, ni siquiera supe de qué tema trataba.

Intenté relajarme en vano, ya que la corriente eléctrica que parecía emanar de algún lugar de su cuerpo no cesaba nunca. De forma esporádica, me permitía alguna breve ojeada en su dirección, pero él tampoco parecía relajarse en ningún momento.

Exhalé un suspiro de alivio cuando el señor Banner encendió las luces al final de la clase y estiré los brazos. A mi lado, Hyunjin se rió entre dientes.

—Vaya, ha sido interesante— murmuró. Su voz tenía un toque siniestro y en sus ojos brillaba la cautela.

—Humm — fue todo lo que fui capaz de responder.

— ¿Nos vamos? — preguntó mientras se levantaba ágilmente.

Llegaba la hora de Educación física.

Me alcé con cuidado, preocupado por la posibilidad de que esa nueva y extraña intensidad establecida entre nosotros hubiera afectado a mi sentido del equilibrio.

Caminó silencioso a mi lado hasta la siguiente clase y se detuvo en la puerta. Me volví para despedirme. Me sorprendió la expresión desanimada, terriblemente hermosa de su rostro, y el anhelo de tocarle se inflamó con la misma intensidad que antes.

Tal vez, solo tal vez, él se sentía como yo; tenerle cerca, pero sentirlo distante. Me hace falta tocarle, sentir que está aquí. Solo con darle la mano basta, para mí.

Enmudecí, mi despedida se quedó en la garganta.

Vacilante y con el debate interior reflejado en los ojos, alzó la mano y recorrió rápidamente mi pómulo con las yemas de los dedos. Su piel estaba tan fría como de costumbre, pero su roce quemaba.

Se volvió sin decir nada y se alejó rápidamente a grandes pasos.

Entré en el gimnasio, mareado y tambaleándome un poco. Me dejé ir hasta el vestuario, donde me cambié como en estado de trance, vagamente consciente de que había otras personas en torno a mí.

Twilight || Hyunlix [Adaptación]Onde histórias criam vida. Descubra agora