Erling Haaland

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¿No me baja?

Erling batió la mezcla de duraznos una y otra vez hasta que consiguió la textura que buscaba, y se alegró por eso.

Aún así su novia sentía un olor fastidioso que no sabía de dónde provenía, y le avergonzaba preguntarle a él si lo sentía. Trató de sonreír pero le salieron muecas despectivas y entonces volteó la cara, suspiró y lentamente fue saliendo de la cocina, queriendo que Erling no lo notara.

Todo lo contrario, el noruego ya la tenía bien pillada desde hace un rato, de hecho, sabía todo lo que sentía y estaba confuso por que notaba aún más como ella se lo ocultaba.

Ella subió las escaleras y sintió un mareo, después unas cuantas arcadas y terminó vomitando lo que había comido esta tarde, durante el almuerzo que, casualmente, había preparado Erling. No sabía lo que le pasaba, estaba confusa, conocía su cuerpo y este estaba extraño.

Llegó a pensar que era una reacción a la comida que alegremente preparaba su novio, o tal vez a las especias nuevas que había traído de Francia en su último viaje. Pero eso quedó descartado, le pidió a él que dejara de usar las especias e hizo exactamente lo mismo de comer, y también sintió unas ganas horribles de vomitar.

Erling, dejó a un lado su mezcla y subió las escaleras. Cuando pasó a la habitación encontró a su novia acostada en la cama, pero luego notó algo raro. Ella era muy perfeccionista en todos los sentidos y se quejaba cuando Erling dormía mal. Pero ahora ella está en una posición extraña y él notó que no estaba dormida y se alarmó.

El rostro de su novia estaba pálido, y sudado así que corrió a buscar alcohol y ponérselo en la nariz, buscando que se mejorara. Ella aún adormilada se acomodó en la cama y dejó que Erling la acariciara.

Él tenía millones de preguntas por hacerle, pero ella estaba mal, así que mejor se calló e hizo como si fuese normal su desmayo.

Los dos hicieron contacto visual, queriendo saber lo que pensaban, de igual forma, Haaland tenía que irse en minutos para el entrenamiento.

No dijeron ni una sola palabra cuando sus cuerpos pedían a gritos explicaciones.

El noruego simplemente se levantó a apagar la alarma y se metió al baño con mil pensamientos. Ella se tragó sus lágrimas de decepción, su relación no estaba en el mejor punto, de hecho, estaban a nada de terminarla y ahora salía con esto.

El desinterés de Haaland era cada vez más notable, cosa que a cada nada empeoraba su salud.

Luego salió y se montó los pantalones de chandal bajo su mirada y cogió el teléfono, listo para irse al partido.

Antes se daban las buenas noches, besos y toqueteos repentinos. Antes se daban un beso de despedida, un beso al amanecer y un abrazo al saludarse. Ahora solo queda una mirada, con la que poco te tienes que conformar.

Cuando salió no se molestó en invitarla, cosa que a ella le afecta, al principio Erling amaba verla sentada en la bancas de la primera fila.

Ella no era una persona vengativa, pero tampoco iba a dejar que él se saliera con la suya, así que sintiendo su cuerpo colapsado de cansancio se metió a la ducha por unos minutos con agua fría.

Cuando salió, contempló por un rato sus muchos Jerseys del club, pues ella era su fan y más si de Erling se trataba. Pero mejor optó por usar la de su hermano, Foden, que no estaba molesto con ella.

Llamó a Rebecca, su cuñada, y le pidió que por favor llevara a Ronnie con ella, quería verlo y estar con él.

Se montó unos shorts de mezclilla y unos tenis blancos. Se maquilló y arregló lo más que pudo, para darle a entender a su novio que no le afectara, aunque fuera mentira.

one shots - futbolistas Where stories live. Discover now