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Izuku: la Muerte Verde

Existen dos tipos de habilidad. La habilidad innata y la habilidad entrenada. Cuando una persona alcanza un equilibrio en estos dos tipos de habilidad, se dice que una persona nació para algo en específico. Algunos tienen capacidades naturales para ser más fuertes, o para correr más rápido, o incluso un IQ mayor al promedio, y esa gente tiene gran parte del camino ganado des del principio, que terminan de completar al amplificar su habilidad innata con entrenamiento extenso. Este es el caso de Izuku Midoriya, el cual se dice que nació para matar. Él nunca quiso, pero dadas las circunstancias de su entorno, se vio obligado a entrenar su letalidad para proteger lo que quería, incluso si tenía que quitar vidas para ello.

Para empezar, él nació quirkless, lo que inmediatamente lo convirtió en una basura andante para el otro 80% de población mundial que poseía un quirk, es decir, un poder especial de nacimiento. Siendo así, parece contradictorio a lo que mencioné en el pasado, pero este caso es especial: él nunca pudo ser un héroe en un mundo de héroes y villanos, y aun así siguió su vida adelante por su propio camino para subsistir.

Dada la discriminación, pocos eran los trabajos en los que se le aceptaba, por lo que las opciones se redujeron a las que se le permitían ser su propio jefe. En este contexto, y tras barajar diversas opciones, decidió sacarse la licencia para cazar y dedicarse a la caza. De esta manera, también podía retirarse a vivir lejos de la gran ciudad con tal de evitar los montones de gente, ya que al crecer aislado y discriminado, su habilidad social era demasiado baja. Y así vivió durante años, cazando animales y vendiendo sus carnes y pieles para ganarse la vida, mientras se mantenía aislado de la presión de la sociedad. Nunca les guardó rencor, por eso. Si la sociedad decidía que estaría mejor sin él, que así fuese. No es como que pretendiese volver pronto.

Por desgracia, fue obligado a dar un paso al frente cuando notó que las noticias sobre los héroes se volvían cada vez más tensas, lo que preocupaba al peliverde, por el único motivo de que, si los héroes, los que protegían a los civiles, eran desmoralizados y odiados, su actividad se reduciría, y aumentaban las probabilidades de la actividad criminal y, por consiguiente, la seguridad de su madre peligraba. Su madre era prácticamente lo único que le importaba a estas alturas, pero las vidas de los civiles también eran importantes, justo como todas las vidas, por lo que, si tenía que protegerlas, daría su mayor esfuerzo.

Al final, lo peor llegó. La estructura de la sociedad se derrumbó cuando la incursión de los héroes a una de las bases de la llamada Liga de Villanos falló completamente, provocando que un villano gigante destrozase varias ciudades en su camino para ayudar a su amo, llamado Shigaraki Tomura, también conocido como el supuesto sucesor de All For One, un villano cuyo poder le permitía robar y dar quirks. Este seguía en prisión desde su última batalla contra All Might, la cual provocó que este se retirase, pero con lo debilitada que estaba la estructura de la sociedad, nada garantizaba que la prisión Tártaro, la que contenía a los villanos más peligrosos del país, se mantuviese de pie por mucho tiempo.

En ese entonces, él ya se había puesto en camino de vuelta a la civilización, y las vistas que podía ver desde la distancia no le gustaban para nada. La confianza en los héroes o en las fuerzas de la ley eran casi nulas, y los edificios se veían como si estuviesen en ruinas, o como si nadie se atreviese a repararlos de los desperfectos provocados por los villanos. Los civiles tenían siempre un ojo abierto, y portaban aparatos de apoyo muy probablemente ilegales, con el objetivo de protegerse a sí mismos de la forma en la que Estados Unidos solía permitir el uso de armas de fuego entre sus ciudadanos para que se protegiesen a sí mismos. Naturalmente, el resultado fue muy similar, pues cada que cruzaba por el lugar con su traje de camuflaje encapuchado y su rifle de caza enfundado, lo miraban con recelo y preparando muy poco sutilmente sus artefactos para "defenderse", por lo que ni siquiera los miraba dos veces antes de seguir su camino a la casa de su madre.