• No te entiendo •

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Estaba por dormir recostada en mi mesa pero las voces que habían a mi alrededor eran suficientes como para que no pueda dormir con tranquilidad así que desperté y más cuando escuché el nombre de un conocido. Miré de quien era y a un chico quien parecía ser su compañero.

— No puedes entrar así nomás, Mac! —el desconocido agarraba del brazo al chico alto quien se paraba enfrente mío con los ojos fijos en mí—

— Tenemos que hablar, ven conmigo. —esas fueron sus únicas palabras saliendo del salón dejando a los presentes mirándome con curiosidad y susurrando—

Agarré mi termito de agua saliendo tras él luego de unos segundo, no sabía de qué se trataba esto pero me daba curiosidad, como estábamos en el pasillo lo más probable era ser vistos por su pareja, la hermosa chica que vi hace unas horas. Miré a Mac con curiosidad notando cómo aún estaba enojado por algo, su mano fue a la mía agarrándola de esta para empezar a caminar a un sitio, quizás así hablábamos tranquilos, yo que sé.

— Mac, Mac a dónde vamos? Puedes parar? —su silencio me respondía en estos momentos— Bien, no respondas, perfecto.

— Que hacías con ellos? Por qué hablas con esa gente? —por fin emitió palabras cuando nos detuvimos, bueno él detuvo sus pasos— No son buena gente, en especial Baker, el capitán del equipo.

— Es mi vida Mac, que sean malos contigo no significa que sean malos conmigo. —fruncí mi semblante tomando algo de agua de mi termo— Me alejaré de ellos cuando me des buenos motivos para alejarme, por mientras tendrás que soportar viendo mi amistad con ellos.

— No puedes simplemente hacerme caso? Si yo mismo no te cuido nadie de aquí lo hará y tu escape de casa será perdida de tiempo.

Oh vaya, tema que me pone mal, no lo culpo porque no sabe de mí pero de que me lastima cuando hablen de eso, si me lastima. Mis ojos se pusieron cristalizados y con fuerza grité cansada de esto, mis padres, mi ex, la nueva familia que conocí y ahora mi enamoramiento tan rápido.

— Pregúntame el porqué salí de casa, pregúntame el porqué estoy aquí, pregúntame en donde están mis padres, pregúntame con quién vivía, pregúntame sobre mi vida y Mac...mientras no sepas sobre mí, no hables de mi supuesto escape. —seque con fuerza las pequeñas lagrimas que permití que salgan, como escuché pasos cerca de nosotros miré a mi alrededor viendo a un gatito—

— No es tiempo para saber de tu vida y el equipo de basquetbol tarde o temprano van a herirte, así lo hacen con todos, es por eso q... —lo interrumpió una voz femenina evitando que sus palabras sigan siendo audibles, o sea yo—

— No te entiendo, por qué mejor no te ocupas de tu pareja y me dejas unos días a acostumbrarme en este lugar y al país. —le di una última mirada y me empecé a alejar de él cruzándome con su pareja—

A lo lejos podía escuchar como la voz femenina se dirigía a Mac, claro no entendía sobre el tema de conversación que tuvimos recientemente, no siempre me gustaba que digan con quien puedo formar amistades o no, pero estaba segura en el fondo de mi corazón también presentía que Mac tenía razón. Me metí al baño para mojar mi rostro así salía de mis pensamientos y no hacía caso a todo esto.

Teníamos como dos descansos de quince minutos cada dos horas y veinte minutos en el momento del almuerzo ya que nuestra salida es a las 1:00 hrs de la tarde, nadie aguantaría tanto tiempo sin comer, dos mínimo terminarían en la enfermería de algún desmayo o algo por falta de agua o comida.

En estos momentos estaba escondido debajo de las graderías de la cancha de fútbol que estaba en el patio enorme del Instituto, unos recuerdos del pasado me empezaban a atormentar y un tiempo a solas me hacían mejor para poder llorar tranquila. Mi dedo se deslizaba por la pantalla de mi teléfono viendo foto, videos o capturas que había encontrado en una cuenta vieja de mi red social Instagram. Había olvidado deshacer los recuerdos de esa cuenta, mejor dicho no la eliminé pero pensaba hacerlo.

Me levanté dirigiéndome al salón estando bien segura de que nadie notaría mi ausencia y aparte que al verme nadie se fijaría en mi rostro, ya que este estaba rosita y mi nariz rojiza igual que los ojos. Por mi suerte así fue o eso pensaba yo.

— Que te pasó? estás bien? —la chica que estaba a mi lado habló en susurros con sus ojos fijos en mí continuando con sus palabras a los segundos— es mejor que vayas al baño, con esa cara todos se darán cuenta de lo que te pasa.

— Gracias, le dices al maestro que fui al baño? —cuando ella asintió sonreí agradeciéndole de nuevo y salí del salón con algo de rapidez—

En cuando estaba en el baño segura de que nadie más esté, me miré al espejo preguntándome que me pasaba. El rostro de Mac no salía de mi cabeza y hasta podría decir que mi sonrisa se dibujaba en mis labios. Me espanté cuando una chica salía de una de las cabinas sanitarias, ella solo se paró a mi lado limpiándose su mano y mi vergüenza por ser vista así eran presentes. Su mirada de disgusto fue por mí hasta que salió del todo estando al fin sola.

Volví a clases y por suerte mía nadie había notado mi ausencia. Las largas horas pasaban y aquel dolor de cabeza se volvía más insoportable; esperaba tanto la hora de irnos a casa. Fue un día muy pesado.

round 24U (round two for you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora