-𝟐𝟎-

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Mañana era mi cumpleaños.
Estaba emocionada, sí, pero al parecer Chan lo olvidó.
No lo ha mencionado últimamente, ni siquiera un "mañana es tu cumpleaños, ¿qué quieres hacer?", nada. Probablemente se acuerde en un rato, debo ser paciente.

Al despertar en la mañana (cabe recalcar que era fin de semana, no tenía instituto), me levanté y no vi a Chan a mi lado en la cama, fue extraño, ya que, siempre está haciéndome cariñitos en el cabello o dándome desayuno, pero esta vez había desaparecido... ¿dónde estaría?

Lo llamé varias veces pero no contestó.
Me di por vencida, por lo que, decidí continuar con mi día y bañarme. Fue una ducha corta, luego de eso me vestí con algo cómodo para andar en la casa.

Ya eran las 19:48 y Chan no llegaba.
Contacté a mi suegra y no sabía nada, sus amigos tampoco... ¿dónde se habrá metido desde la mañana?
De la nada, escuché la puerta abrirse, era él.

—¿Dónde estuviste toda la mañana hasta esta hora?, Ni siquiera avisaste, ¿sabes lo preocupada y alterada que estuve?—Mi enojo se notaba a kilómetros.

—Minah... cielo, puedo explicarte... —Chan se me acercó, pero con lo molesta que estaba lo alejé. No era tanto el estar enojada, más que nada era preocupación.

—Nadie sabía dónde estabas, desperté y estaba sola en la cama, no dejaste una nota, ni un mensaje de texto, nada... ¿qué estabas haciendo?—Ya me comenzaba a imaginar lo peor de los nervios.

—Es... es complicado. —No dijo nada más. Me quedé boquiabierta al escucharlo decir eso, no esperaba esa respuesta de su parte. —Pero debes saber que si no te avisé fue por algo, ¿está bien amor?

—No, no está bien, Chan. Quiero que me digas ahora dónde estabas... estoy empezando a pensar cosas...—Me interrumpió.

—No, eso jamás. No pienses que te pude haber engañado, quítate esa horrible idea de la cabeza... mi vida, yo te amo con todo mi ser... hoy solo fui a terminar unos trabajos y ayudar a unos amigos con unas cosas, estuve realmente ocupado, de verdad, jamás volverá a pasar, me equivoqué en no haberte avisado. —Se acercó y me abrazó, fue tierno el abrazo, cálido.

—También te amo... pero me preocupé mucho, por favor avísame para la próxima. —Sonreí y lo besé.—Ahora... ya en unas horas es el día, ¿no? —Dije refiriéndome a mi cumpleaños.

—¿De qué hablas?

Mi corazón se rompió, ¿podía ser que realmente Chan olvidó mi cumpleaños?, traté de tranquilizarme e ir a buscar una taza para prepararme un té.
Chan vino detrás mío confundido, pero no dijo nada más.
Una lágrima cayó por mi mejilla, pero rápidamente la sequé. Quería pensar que esto era una broma de parte suya... ojalá.

Ya eran las 23:27, Chan se había acostado ya que, estaba "cansado", según él.
Lo dejé pasar, nuevamente... quería llorar, no podía creer que mi novio olvidara una fecha tan importante para mí, y más que la pasaría sin mis padres.
Me metí a la cama y me cubrí con las sábanas para llorar. Chan me escuchó y me abrazó, pero no dijo nada.
Quería decirle tantas cosas, pero no pude... simplemente no pude.

Así pasó toda la noche, hasta que me quedé dormida., esperando tener un mal día mañana.


10:06 de la mañana desperté, o más bien, me despertaron. Un fuerte ruido proveniente de la sala me asustó, me levanté para ver si era Chan, quién nuevamente, no despertó a mi lado.
Fui a la sala y estaba vacía, miré hacia la cocina y había una luz rosada parpadeando junto con una vela acompañada de música. Me acerqué y la vela, luz y música se apagaron.

Detrás mío, sentí unos pasos, me volteé y sí, era él.

Chan cargaba un ramo de 200 rosas junto a un osito de peluche. Mi torta la cargaban sus amigos y sus padres que se encontraban ahí también.
Me acerqué a saludar a todos sonriente, pero a Chan lo besé. Comencé a llorar y a decirle que pensé que había olvidado mi cumpleaños, a lo que recibí de respuesta un pequeño golpe en la cabeza.

—Boba, ¿estás loca?, ¿cómo me olvidaría de tu cumpleaños?... podría olvidarme del mío, ¿pero del tuyo? nunca.

Sonreí. Estaba feliz con esta vida, con él a mi lado.


Fue una tarde agradable, de juegos, diversión y mucha comida.
Al anochecer, todos se fueron, comencé a ordenar la casa pero Chan me tomó de la mano.

—Ya se fueron todos, ¿celebramos solos? —Me dió una risa coqueta.

Yo accedí y Chan me vendó los ojos.
No supe nada. Chan me tomó en brazos y me llevó al auto, de ahí, no sabía donde me llevaba.

—Llegamos, Minah. —El auto paró, y Chan me ayudó a bajar, sin quitarme la venda aún.

—¿Dónde me llevas? —Estaba nerviosa.

—Es una sorpresa, linda.

Caminamos mucho con Chan, incluso sentí el ascensor.
Cuando llegamos al piso que Chan había pedido, escuché una puerta abrirse, me quitó la venda de los ojos lentamente.

—Espero te guste tu regalo de cumpleaños, corazón.

Era un hotel de lujo, brillante, hermoso.
Me abalancé encima de Chan besándolo.

—¿Te gustó princesa?, veo que sí.

—Es el mejor regalo del mundo, pasarlo aquí contigo... gracias. —Sonreí y continué besándolo.

Chan me tiró a la cama y comenzó a tocarme, ya no sentía tanta vergüenza como la primera vez, pero sabía que a su lado todo estaría bien.

Vᥲmριrᥱ ; Bang ChanWhere stories live. Discover now