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Sunoo lo veía

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Sunoo lo veía. Era definitivo. Park Sunghoon quería de vuelto "eso" y él no era nadie para negarlo. Hasta que un mensaje le llegó al teléfono.

Era Sunghoon.

— Carajo...

Sunoo escondió el teléfono bajo la almohada, con el corazón latiendo rápidamente y la respiración agitada

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Sunoo escondió el teléfono bajo la almohada, con el corazón latiendo rápidamente y la respiración agitada. Sus mejillas ya se habían pintando de cereza y sus ojos casi derramaban lágrimas.

Era en serio. Sucedía. Ahora se supone que deberían verse y besarse y todo eso que hacen en las películas de amor. A menos que fuera un final diferente.

 A menos que fuera un final diferente

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Envió su ubicación

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Envió su ubicación. En unos minutos el timbre fue tocado y un algo despeinado Sunoo se acercó, pues no se le ocurrió arreglarse, estuvo en shock todo el tiempo.

Abrió la puerta. Ahí estaba.

Con su cabello negro brillante peinado hacia un lado, algo alborotado, la respiración agitada, las mejillas cereza al igual que sus labios llenos de gloss. Las manos con algunas venas notables temblaban, sus ojos marrón ahora estaban ligeramente rojos por las lágrimas acumuladas que de ellas, solo terminó por resbalar una por la mejilla izquierda. El sencillo collar de plata estaba atrapado contra la chaqueta de cuero negra; su mechón marrón resbaló por su frente por las recientes gotitas del cielo grisáceo.

— Sunoo.

— Sunghoon.

Ambos susurraron, suficiente para saber que ser amigos no iba a ser la solución de los rotos corazones hambrientos. El dominante pelinegro le tomó de la cintura atrayendo el cuerpo del pelirrojo, para que sintiera las gotas en sus mejillas rosadas. Lentamente, sintiendo la respiración pesada del otro, creando calidez absoluta aunque el aire corriera bastante rápido allí afuera.

Sus labios encajaron perfectamente al unirse, sintió las posesivas manos de Sunghoon apretar su cintura y él tomó en pertenencia también, abrazando los laterales de los hombros y pasando las palmas abiertas en libertad sobre la espalda ancha de Park Sunghoon.

Entraron a la casa con cierta desesperación. Besándose, sintiendo cuánto habían extrañado el uno al otro. Cayeron sobre el sofá, Sunoo solo pudo jadear por el esfuerzo.

— Te amo. — soltó el pelinegro.

— Yo te amo más.

Se miraron, queriendo iniciar una batalla de besos, caricias y quizá algo más por aquellas palabras que hicieron latir el corazón del pelinegro.

Se besaron tanto que no podían respirar. — Siente. — ordenó Sunghoon, tomando la mano del pelirrojo para ponerla sobre su corazón, sintiendo como tumbaba, como si de música a alto volumen se tratara. — Creía que lo escuchabas.

— Ahora lo hago. — se subió encima. — ¿Eres mi novio? — Sunghoon pareció fingir pensarlo, recibiendo un golpe de parte del pelirrojo. Soltó una carcajada y en susurro respondió.

— Sí, pero también soy más que eso. — En su dedo anular izquierdo lucía el hermoso anillo con la brillante piedra blanca.

— ...

Mostró el suyo, para ser Sunghoon quien sonriera como nunca lo había hecho antes, tomando en posesión el cuerpo del pelirrojo, para mostrarle cuánto lo había extrañado.

Mostró el suyo, para ser Sunghoon quien sonriera como nunca lo había hecho antes, tomando en posesión el cuerpo del pelirrojo, para mostrarle cuánto lo había extrañado

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« Lie » Sungsun Where stories live. Discover now