« Lie » Sungsun

EPÍLOGO

— 3 años después.

Sunoo caminó felizmente hasta el departamento de su novio; Sunghoon. En sus manos cargaba dos bolsas de comida, pues sorprendería a su novio. Este había estado muy cansado, pues estudiaba la universidad, por el bajo presupuesto, Sunoo había empezados a trabajar en una cafetería entre semana de medio tiempo para empezar a ganar dinero.

— Talk to myself for hours~ — cantaba con emoción hasta llegar a la puerta, introducir las llaves de repuesto que Sunghoon le dio y hundirse junto al cálido ambiente abrazador.

Fue a la cocina y su novio no estaba ahí, tampoco en la habitación, en la ducha tampoco así que optó por sorprenderlo en el sofá. Se acercó a la puerta escuchando la televisión.

— ¡Sorpresa! — no podía creerlo.

Sus manos temblaron. Sus ojos se llenaron de lágrimas, sus mejillas se pintaron de rojo y las bolsas se dejaron en el suelo lentamente.

Un montón de globos rosas y rojos, en ellos grabado "Te amo" con regalos bonitos sobre el sofá, globos flotando contra el techo, en la punta de su listón colgando notitas adorables. Pero lo mejor, su novio con un ramo de rosas rojas en sus manos, envueltas en papel blanco y rojo bermellón.

— ¡Sorpresa a ti! — gritó.

Sunoo corrió hasta él, provocando que su novio dejara el ramo rápidamente sobre el sofá para sostenerlo de las piernas a la altura de su cintura. — Hoonie...

— No llores bebé. — arrulló en saltitos a su novio para que dejase de chillar. — Anda. — volvió a hacerle dar saltitos aún con las piernas enredadas en la cintura del pelinegro.

— Es que... — negó. — es muy bonito. — se abrazó, escondiendo el rostro entre el cuello y quijada de su novio. — Te amo, bebé.

— Yo a ti más.

Se besaron y abrazaron. Sinceramente no existía momento más bonito que el de ellos dos juntos. — ¿Por qué es esto?

— Porque hoy quiero hacer algo especial. — sonrió mientras se incaba, sacando un pequeño cuadrito que se abría, mostrando un anillo de matrimonio. — Hace años, esto era un recuerdo, algo que sellaba nuestro noviazgo. Pero ahora, quiero que nuestro amor se celle en esto, un matrimonio. Uno feliz que podamos vivir a lado del otro y nuestros nombres sean los últimos en los labios del contrario. — Pudo ver las lágrimas caer por las mejillas de Sunoo, así que se levantó para abrazarlo. — Perdón bebé, no lo hice en público para que te sientas cómodo de rechazarme, está bien, lo siento, no quería asustarte.

— ¡Eres un baboso! — le golpeó con un puchero adorable en los labios que Sunghoon besó. — ¡Me quiero casar contigo! — el pelinegro se sintió respirar.

— Dios mío. — le tomó con posesividad de la cintura. — ¿Podemos celebrar? — se escondió en el cuello oliendo notablemente con fuerza. — Una luna de miel avanzada. — susurró.

— Hoon. — Advirtió. Sunghoon dejó unos besitos en el cuello agregando una mordida pequeña que causó un jadeo en Sunoo.

— No me muevo, policía.

— ¿Sabes? Quedarías bien de policía. — las mejillas de Sunghoon se pintaron de cereza. Claro, se casarían ahora, pero definitivamente esa luna de miel avanzada con el ladrón Kim y el policía Park era de lo mejor.

Que sean felices por siempre.

FIN.