Capítulo veinte: Con mi vida

1.7K 359 113
                                    

Un golpe; era todo lo que (Tn) necesitaba acertar para que Ace diera por concluido su entrenamiento.

Por esto, daba una serie de patadas combinadas con puñetazos y giros en busca de una apertura.

Ace sonreía esquivando con mucha facilidad cada intento de (Tn).

Hacía menos de media hora, él le había dicho que ya no tenía nada que pudiese enseñarle, que ahora solo restaba poner en práctica lo aprendido.

Y mientras todavía la mantenía sentada sobre su regazo, apoyando él su espalda contra un árbol en la verde pradera; le aconsejó que no debía desperdiciar ninguna oportunidad que se presentara a lo largo del camino, eso, si de verdad deseaba mejorar adquiriendo y apilando experiencias.

Tomando muy en serio las palabras de Ace, (Tn) asintió. Y, anticipándose a cualquier cosa, logró esquivar el amago de un puñetazo con que éste le habría rozado la cara. Hizo una rápida pirueta quedando en posición de pelea.

La satisfacción de Ace era notoria. Le complacía ver los puños de (Tn) resguardando su cara a la altura correcta, mientras que mantenía los pies plantados tal como él se lo había enseñado.

—Primera lección —le dijo ella, con la emoción refulgiendo en sus ojos—: nunca bajes la guardia.

—Excelente —murmuró Ace, adoptando una pose ofensiva. Su sonrisa se había ensanchado más.

—No lo olvidé —declaró con vivo orgullo asomándose en las comisuras de su boca.

—Si consigues darme un golpe, no importa de qué parte del cuerpo se trate... —añadió con acento de desafío—, te mostraré los dos lugares que antes te mencioné y que aún no conoces de esta isla. Y..., haré cualquier cosa que me pidas durante un día.

—Tentador —murmuró (Tn)—. Me agrada la idea.

—Si fallas —insinuó Ace, con un gesto de travesura—, harás cualquier cosa que yo te pida sin rechistar.

—¿Ah sí? —preguntó (Tn), con acento de curiosidad y una pizca de coquetería natural.

Ace se mordió el labio inferior mientras elevaba las cejas asintiendo con un deje picaresco.

—Y —añadió enfatizando un suspenso—, nos marcharemos con destino al Nuevo Mundo sin que nunca pongas un pie en dichos sitios. Tampoco volveré a traerte a esta isla, y... tendré que lidiar con el hecho de ser un mal maestro.

¿Jamás volverían a esa isla? Con eso resonando en su cabeza, (Tn) bajó la mirada por un breve instante en el que su sonrisa se apagó. Era verdad, pronto tendrían que irse; no había pensado en ello desde hacía muchos días.

Le sorprendió darse cuenta de ello.

Miró a Ace, mientras meditaba en que había sido tan feliz hasta ese día, que le parecía haber adoptado la idea de asentarse en ese lugar.

Le atribuyó el sentimiento al hecho de que siempre fue una persona sedentaria. Adoraba el mínimo atisbo de estabilidad donde quiera que consiguiese un empleo sin importar que fuese un sitio humilde y decadente.

Miró con sutileza a su alrededor. Asentarse en esa isla... No sonaba nada mal.

Suspiró descartando la idea mientras esbozaba una sonrisa fijando la mirada en los orbes de Ace, que la había observado detenidamente.

El susodicho había especulado de manera certera lo que pasó por la cabeza de (Tn), ya que el rostro de ella fue muy legible.

—¿Un golpe? —preguntó suspicaz. Se sentía de algún modo; descubierta.

QUÉDATE CONMIGO ━━ [FINALIZADA] 《24》Where stories live. Discover now