Capítulo dieciocho: Te quiero

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—¿Me quieres? —inquirió (Tn), que todavía no acababa de creer lo que había escuchado

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—¿Me quieres? —inquirió (Tn), que todavía no acababa de creer lo que había escuchado.

—Te quiero —confirmó Ace.

Ignoró esa voz dentro de su cabeza que le susurraba que él no era digno de tales afectos; prefirió dejarse llevar por lo que sentía y disfrutar del momento.

Nunca le habían dicho «te quiero», y definitivamente la declaración de (Tn) se le grabó en la cabeza y en el corazón.

Le conmovió notarla con los ojos rojos y humedecidos, los cuales no tardaron en rebosar de líquido caliente que le dejó una línea cristalina sobre cada mejilla.

Sucedió que a (Tn), la declaración de Ace quedó resonándole en la cabeza; éste no lo sabía, pero ella consideraba que él estaba dándole el mundo entero con tan solo dos palabras precedidas de su nombre.

(Tn) no recordaba cuándo fue la última vez que alguien le dijo «te quiero», de hecho, nunca nadie se lo hubo de decir.

Meditó en que Ace fue el primero en declararle cada cosa que jamás en su vida pensó que escucharía de otro sapiens, y que en esos casi dos meses a su lado había vivido más de lo que no pudo en ningún otro sitio y con ninguna otra persona.

Estaba consciente de que la alegría y vitalidad del joven la habían contagiado hasta que comenzó a experimentar cosas que jamás se planteó siquiera, y todo por ser quien era ella.

Se dijo que a Ace le pertenecía el crédito total por lograr que su triste y compungido corazón se olvidara de cada cosa que la ataba a eso que había arrastrado a cuestas a lo largo de su vida, mientras —sin que lo advirtiera—, éste despertaba en ella esos sentimientos que fueron llenándola de dicha y bienestar.

No se percató de cuándo fue que se esfumó esa eterna y horrible sensación de sentirse poco, y para nada merecedora de que algo bueno le sucediera.

Se menospreciaba tanto que incluso llegaba a cuestionarse sobre su propia existencia, pero no tuvo tiempo para martirios desde que le conoció.

El nombre de Portgas D. Ace, para (Tn), era sinónimo de alegría, amor, apoyo, bondad, confianza, fortaleza, nobleza y grandeza.

Se sonrojó aún más cuando se dio cuenta de que en sus pensamientos, la palabra «amor» sobresalía como un dulce eco entre todas las emociones mezcladas.

Ace no solo fue el hombre que la salvó; también se convirtió en su primer mejor amigo, la única persona en quien sin notarlo ella fue depositando su fe y devoción hasta que cada sentimiento se entrelazó con el otro, haciéndola caer rendida ante la novedad que su inexperto corazón gritaba en el silencio de la dulzura de cada sonrisa y mirada compartida.

El hallazgo no la tomó por sorpresa. Ace representaba lo contrario a todas las carencias que a lo largo de su vida se vio forzada a soportar. Y que éste le dijese que la quería, era como si por primera vez en esa eternidad vagando sola y sin rumbo, lograra contemplar el camino hacia un lugar en el cual podía descansar.

QUÉDATE CONMIGO ━━ [FINALIZADA] 《24》Where stories live. Discover now