Odasaku.

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Escribía y escribía en su celular, con una sonrisa tonta en su cara.

Mientras que un hombre alto y uniforme elegante estaba de su lado, bebiendo un poco de vino.

— ¿Cuando le dirás?

Un Dazai confundido giro su vista de su celular, esta vez guardandolo en su pantalón.

— ¿Como sabes quien es?

Odasaku solto una risa pequeña, poniendo su copa en la mesa nuevamente, observando como Dazai solo tenia cerveza.

— Es imposible no darse cuenta. Siempre qué hablas de el o miras tu celular, tus ojos de algún modo sonríen.

Dazai solto un suspiro antes de poner sus manos en su cara, restregando sus ojos.

Llevaba más de 5 años enamorado de Chuuya, el lo sabia, y probablemente todos en la universidad lo hacian.

Chuuya era el único que no se daba cuenta.

— Respondiendo a tu pregunta, no lo se. Si me hacen elegir entre nunca arruinar las cosas o confesarme, mi elección sería eternamente la primera.

Alzó su cerveza, bebiendo sorbos ante la mirada escaneadora de Odasaku, sabía que en ese momento el estaba tratando de leerlo.

— Oh, es increíble que enamorado parezcas un niño de 10 años que de tu verdadera edad — Solto una risa, para luego escuchar un quejido de Dazai. — En realidad si lo sabes, sabes por que no quieres confesarte.

Porque tenía miedo.

Era muy obvio, tenía miedo de perder a Chuuya por unos sentimientos humanos despreciables.

Tenía miedo de romper el cuento de hadas y el libro de romance qué Chuuya siempre quiso.

Viendo como Chuuya vivía en las nubes, mientras que el trataba de cambiar todo de el por Chuuya.

Para volverse atractivo para Chuuya.

Temía que cuando se confesara, Chuuya se diera cuenta de todos sus defectos, del asco que da detrás de sus vendas, de lo repugnante qué son sus días de depresión.

— Deja de hacer qué esa cabeza tuya se ponga a trabajar — Sus pensamientos se vieron interrumpidos por Odasaku.

Lo observo, con sus ojos perdidos en la angustia y miedo, Odasaku le sonrió con tranquilidad haciendo que Dazai sintiera algo de paz.

— Sabes que si mi confieso, lo más probable es que no vuelva a tocar la universidad y me cambié de carrera.

Hablo desinteresado Dazai, bebiendo de una sola su cerveza, sintiendo su garganta seca.

Odasaku observó eso sin decir ni comentar ninguna cosa, giro su vista para también desviar el tema.

— ¿Lograste hacer las pases con Morí?

Una mueca de asco se formó en la cara de Dazai, volviendolo una cómica escena.

— No, ni en mil años lo haré. No soporto saber que probablemente por su culpa voy a quedarme para siempre estudiando.

Odasaku rodó los ojos, antes de seguir bebiendo de su vino.

— Qué exagerado, solamente es el enfermero.

Dazai puso una cara de muerto antes de hablar. Odasaku al darse cuenta de tal acción soltó una risa, sabiendo lo que estaba apuntó de pasar.

Así que solamente se levantó de su asiento, sin darle oportunidad de que Dazai hablara.

— Realmente creo que el que no se da cuenta de las cosas, eres tú. Por un momento confía en ti y lo prodigio qué eres. — Hablo Odasaku mientras dejaba dinero encima de la mesa.

Dazai lo miro antes de pararse junto el, agarrando la maleta qué sostenía, revisando su celular para confirmar si Chuuya aun no le respondia.

— Y trata de arreglar las cosas con Mori, sabes que de esa rivalidad nada bueno saldrá.

Su voz calmada hizo qué Dazai relajara sus hombros al escucharlo. Antes de asentir como si fuera un niño regañado por su padre.

Odasaku acarició su cabeza antes de despedirse y salir por la puerta donde entraron.

Dazai se quedo por un momento pensando en silencio, soltó un suspiro, tratando de callar sus pensamientos autodestructivos y escribirle un pequeño mensaje a Chuuya.

"Chibi, deberíamos salir a comer, hace tiempo que no lo hacemos"

Para su sorpresa el mensaje fue visto de inmediato, haciéndole sonreir levemente al ver un 'escribiendo' en el chat.

"¿Hace tiempo que no lo hacemos? Dazai, nunca pudimos hacerlo, no durabamos más de 1 hora en un centro comercial."

Dazai tecleo en su celular divertido, mientras salía por la puerta, sintiendo ahora la brisa fría que le daba la noche.

"Y era por tu culpa, lindo, te lo recuerdo..."

En ese momento Chuuya se tardo en responder y como Dazai lo conocía, probablemente ahora estaba insultandolo hasta quedarse sin voz.

"Bien, ok, por el bien de ambos ignorare ese mensaje. ¿Cuando salimos?"

Sonrió y soltó una risa al leerlo y rápidamente enviar un mensaje y guardar su celular.

"Mañana, te parece a las 5? Salimos temprano de la universidad de todos modos, así que no recibiré un 'no' como respuesta. Descansa Chibi, mañana te haré recorrer un centro comercial completo."

Aun qué escucho como su celular sonaba varias veces, no lo saco. Soltando una risa baja mientras se dirigía a su departamento.

Con cuidado de no perderse, fue por las calles, observando lo vacío que estaba y como los autos transitaban por la calle.

Hasta que saco su celular para fijarse en la hora, y abrió sus ojos por la sorpresa al leer el último mensaje que mando Chuuya.

"Por favor cuidate, probablemente hayas ido a tomar. Si necesitas ayuda y te sientes mareado, llamame, iré rápido."

Oh, si, por eso le gustaba Chuuya.

Era uno de las únicas personas que le hacía sentir humano, vivo, algo apreciable y cuidado. Sintiéndose protegido y querido con el. Encontrando una razón para vivir en su persona.

Sonrió y le respondió un corto mensaje, tranquilizando y dándole las gracias.

Mientras seguía yendo a su apartamento. Se encontró con una tienda, con una sonrisa compro algunas cosas.

Mañana le dará un almuerzo increíble a Chuuya, no se decepcionara.

Merecedor [Soukoku] Where stories live. Discover now