~¡Obedeceme! ~ Twilight // Emmett C.~ Seth C.

05~

-¡Incendios, terremotos y tornados! ¡Uf! ¿Cuándo fue la última vez que viste las noticias? ¿Has visto el tipo de cosas que les suceden? Robos y homicidios...- Edwards apretó los dientes, y de repente se enfureció tanto por la idea de otro humano lastimándola que no podía respirar.

-¡Vaya, vaya! Espera, niño. Ella vive en Forks, ¿recuerdas? Entonces, le llueve encima.- Emmett se encogió de hombros.

-Creo que tiene muy mala suerte, Emmett, de verdad. Mira la evidencia. De todos los lugares del mundo a los que podría ir, acaba en un pueblo donde los vampiros constituyen una parte importante de la población.-

-Sí, pero somos vegetarianos. Entonces, ¿no es buena suerte, no mala?-

-¿Con la forma en que huele? Definitivamente mal. Y luego, más mala suerte, la forma en que huele para mí.- Edward frunció el ceño.

-Excepto que tienes más autocontrol que cualquiera excepto Carlisle o Alexander. Buena suerte de nuevo.-

-¿La furgoneta?-

-Eso fue solo un accidente.-

-Deberías haber visto cómo le venía, Em, una y otra vez. Te lo juro, era como si tuviera algún tipo de atracción magnética.-

-Pero estabas allí. Eso fue buena suerte.-

-¿Lo fue? ¿No es esta la peor suerte que un humano podría tener jamás de que un vampiro se enamore de ellos?-

Emmett consideró eso en silencio por un momento. Se imaginó a la chica en su cabeza y encontró la imagen poco interesante. Honestamente, no puedo ver el encanto.

-Bueno, yo tampoco puedo ver el encanto de Alex.- dijo Edward con rudeza. -Honestamente, parece más trabajo de lo que vale cualquier niño.-

Emmett puso los ojos en blanco. -Siempre estás presionando sus botones. Además, sabes que es tan viejo como Jasper, ¿cómo se te ocurre llamarlo "Niño"?-

-No tengo idea de lo que estás hablando.- mintió Edward con una repentina y amplia sonrisa.

Vio la intención de Emmett a tiempo para prepararse. Trató de empujar a Edward de la roca, y hubo un fuerte crujido cuando se abrió una fisura en la piedra entre ellos.

-Tramposo.- murmuró Emmett.

Edward esperó a que lo intentara en otro momento, pero sus pensamientos tomaron una dirección diferente. estaba imaginando el rostro de Bella de nuevo, pero imaginándolo más blanco, imaginando sus ojos de un rojo brillante.

-No.- dijo Edward, su voz estrangulada.

-Resuelve tus preocupaciones sobre la mortalidad, ¿no es así? Y entonces tampoco querrías matarla. ¿No es esa la mejor manera?"

-¿Para mí? ¿O para ella?-

-Para ti.- respondió Emmett fácilmente en su tono añadió el de por supuesto.

Edward se rió sin humor. -Respuesta incorrecta.-

-No me importaba tanto.- le recordó Emmett.

-Alex lo hizo.-

Él suspiró. Ambos sabían que Alexander se quedó en un área algo gris cuando se trataba de su inmortalidad. El chico  nunca se quejó ni se jactó de ello, sino que lo vio como una forma de proteger a las personas que más amaba.

El chico no haría nada para renunciar a su inmortalidad.

Pero recordando el día en que Emmett fue convertido, recordaron lo roto que estaba. Aun así, cuando no pudo salvar a Emmett en vida, hizo lo siguiente mejor.