Era se una vez un príncipe Omega, qué tenia todo desde su nacimiento, nacido en un castillo rodeado de atenciones y privilegios, siendo el único heredero al trono, su padre ya en su mayoría de edad lo casaría con alguien de su clase, para fomentar s...
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Al Beta le parecía un bonito nombre, nunca antes había conocido a un Omega tan precioso, así que estira su mano, en contestación a su respuesta...
—¡Yo me llamo Jimin!—lo saludo con respeto, sabiendo que no podía ser tan grosero, con un príncipe de la realeza...
—¿Que hace usted aquí majestad?—viéndolo tan solo...
—Vine a distraerme un rato y a tomar una copa, me gustaría tu compañía—lo miro tan descarado, qué enseguida le soltó una sonrisa...
—Creo que si, me gusta tu franqueza, asi eres siempre...
—Claro que si, me gusta ser asi, sobre todo con un Omega tan lindo como tu...—Jungkook se sonrojo tanto, que enseguida quéría huir de su presencia...
—Gracias príncipe, pero yo no merezco tantos alagos de parte de usted—le dijo tímido, dejando ser sumiso ante su alteza...
—Claro que lo mereces, sabes lindo me agradas mucho y aun no te conozco lo suficiente...
—Usted también me agrada príncipe, pero que hace, en un reino qué no es de usted...
—Vine a ver al príncipe...
—Si claro, es de su clase...
—Es muy importante para mi...
—Es su novio príncipe Jimin, usted es el prometido del príncipe—reaccionó sorprendido...
—No, claro que no, el príncipe es mi amigo de muchos años, su prometido es otro—reaccionó paciente y sin sorprenderse mucho, siguió bebiendo y aun estando en sus pensamientos, no siguió haciéndole la platica al príncipe...
Se dejaba caer en su tristeza y bebía hasta cansarse, era como un desahogue para el soldado Omega qué había tenido vacaciones, igual que el licantropo del qué estaba enamorado.
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Aun seguía sin buscarlo porque el Alfa, no se lo permitía, estaba siendo imponente de saber que estaba con ese Omega insignificante, no sabiendo que era su mismísimo príncipe...
