6-. LA VISITA DEL SEÑOR JEON.

62 13 0
                                    


Había pasado un par de
días, estaba cansado de estar
encerrado así que se ofreció
de buena gaña para ayudar en
la cocina.

Había entablado gran
amistad con algunos de los trabajadores de ahí, como
el matrimonio mayor, Pete,
Arm y otros.

Porchay se había convertido
en la nueva fuente de vida
de la mansión. Claro su
característica sonrisa y buen
humor traía alegría a una
casa enorme llena de secretos
y rencores.

Todos se encontraban en
completa tranquilidad,
cuando Arm comunicó a cada
uno de los miembros del
equipo.

-¡El señor Jeon acaba de llegar!

Todos se sobresaltaron
por la repentina voz en sus auriculares. Vegas se levanto
de su lugar siendo seguido por
Pete, quien se dirigió a buscar
a su jefe, mientras el azabache
recibía a Jeon.

Un imponente hombre
descendió de una camioneta
negra de muy buen gusto, por
sus rasgos se podía identificar
que no pertenecía a China.
Detrás del hombre vestido de
negro lo siguió uno más bajo,
de cabellos rubios, de cuerpo
elegante y buen parecido.
Se colgó de inmediato del
brazo izquierdo del hombre
coreano.

Fueron guiados por Vegas.

–Señor Jeon es un gusto
poder tenerlo en nuestras instalaciones - habló Scarlet
Killer.

–El gusto es todo mío - en ese
preciso momento cruzaba
el recibidor Porchay, cruzando
su mirada con el hombre coreano,
sus ojos negros causaron un
escalofrío en su persona,
pero devolvió la sonrisa que se le había dado y salió de ese lugar a
toda prisa con dirección a la
cocina.

Sin embargo, el joven más
pequeño pareció darse cuenta
de la mirada que habían
compartido su hombre y ese
chico segundos atrás.

–Su esposo puede descansar
en algún lugar de la mansión
si así lo desea.

–No gracias, me quedaré
esperando a Jungkook en uno
de los sofás.

–¿De verdad cariño?

–Claro, ve a ajustar tus
asuntos con el señor
Theerapanyakul - el nombrado
sonrió.

–Si es así, entonces vamos por
favor Jeon.

–Claro.

Con ese pequeño intercambio
de palabras se dispusieron a marcharse con dirección al
despacho del dueño del lugar.
El rubio se quedó en ese
lugar esperando el momento
indicado para atrapar a su
presa.

Los dos hombres entraron al
lugar, pues hablarían de cosas importantes.

–Toma asiento Jungkook - el nombrado obedeció sin decir
palabra alguna.

–Después de recibir el
mensaje que habías enviado,
mis hombres encontraron información valiosa que nos
puede ayudar a alcanzar
nuestro objetivo.

Jeon Jungkook era alguien
con quien pocos tenía el
placer de colaborar, pues
aparte de Yibo era uno de
los que estaban en la cima.
Podríamos decir que era el
número uno y de ahí seguía el castaño.

El hombre coreano se conocía
por ser bastante audaz,
trabajar y colaborar sólo con
sus propios amigos, a los que consideraba familia, pero esta
ocasion Kim y él, compartían
un mismo objetivo, "La perla
rusa".

–Te escucho.

–El tiempo que habían
establecido para ingresar en
China el dispositivo se acortó,
ahora en mes y medio estarán
aquí - su semblante serio
daba mucho que imaginar,
pensando que hablaban de un
caso de vida o muerte.

–Esto va a ser más difícil de lo
que pensé.

–Si algo así, la mafia rusa no
se conforma con lo que tiene,
además tras ellos traen un
grupo terrorista que maneja
armas hasta por las bolas.

–Me imagino, necesitamos
más hombres ¿me equivoco?

–Estas en lo correcto, aunque
nadie sabe que estamos tras el artefacto, pero tenemos que
estar prevenidos.

-Por el armamento no
te preocupes, ese lo
conseguimos de cualquier
lugar.

–Tengo una bodega cerca
de la capital, tal vez en mi
próxima visita podamos ir a
ver unos cuantos juguetes.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Así siguieron hablando sobre
lo que se les avecinaba.

Por otro lado, el pequeño
rubio se encontraba ansioso,
pero fue disipada al mismo
tiempo que vio al de ojos
grises regresar con dirección
a las gradas.

–Tú maldita zorra... - Se
dirigió con esas palabras
claramente para hacerlo
cabrear.

-¿Disculpa? - lo había
logrado.

Su sonrisa de satisfacción fue
como una maldita punzada
en el culo de cualquiera que
la viera - ¿Cómo te atreves a
mirar a mi hombre? - Porchay se desconcertó.

-¿Qué? - estaba aturdido por
la repentina acusación.

-¿Crees que no note como te
lo comías con los ojos?

-Esta usted muy equivocado.

-Yo sé lo que vi.

- Mire señor, no voy a discutir
con usted por algo que sólo
pasó en su imaginación, con
su permiso.

Sus palabras fueron como
si le hablaran los cabellos
dorados a Jeon Jimin, si esa
criatura encantadora era más perversa que nada en este
mundo. Sin precio aviso lo
tomó por detras del cuello
de la camisa, regresandolo, mandándole directo al suelo.

No hay necesidad de decir
que fue lo que sucedió
después. Porchay era un
modelo y no sabía nada de
golpes ni técnicas de defensa personal, pero aún así hizo la
lucha de defenderse.

Ambos cayeron sobre la mesa
de centro de cristal, causando
un gran estruendo.

Porchay no podía hacer otra
cosa más que patalear, cubrir
su cara y dar uno que otro
intento de golpe. Ya tenía un
labio roto, un pómulo rojo,
su bella camisa que usaba ya
tenía una que otra abertura.

Los cristales intentaron
clavarse en su piel de su
espalda pero por una razón
divina, eso no pasó. Con
dificultad tomó una entre
sus manos, con un solo
movimiento araño el rostro
del rubio causando que este
le diera oportunidad que se
liberará.

Se pusieron de pie, cuando
Jimin estuvo a nada de volver
a saltar sobre él, como un
gato salvaje, fue detenido por
el más alto.

- ¡Jimin calmate!

-¡No!, ¡Voy a matar a
esa zoria! - forsejeaba
para liberarse pero le era
imposible.

Kim se apresuró a llegar con
el pelinegro y esconderlo tras
su cuerpo -Sea cual sea lo que
haya hecho, no tiene por qué golpearlo, ¡No puede tocarlo! -
gritó lleno de irá.

-Lamento situación,
vendré mañana y te pagaré
todo lo que se rompió - Cargo
cómo un costal de papas al
rubio.

- con su permiso

con todo un alboroto
abandonaron la mansión.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

El castaño regreso su atención
al chico tras el - ¿Estás
bien? - su voz cargada de
preocupación.
















Próximamente...

The Russian Pearl - KimChay Where stories live. Discover now