02

1.7K 230 58
                                    

Wilbur era una persona muy responsable, bueno, lo intentaba.
Su irresponsabilidad lo llevó a embarazar a Sally, pero su responsabilidad lo hizo casarse.

La ropa estaba tirada por toda la habitación, se escuchaban quejidos, él sabía lo que era.
Al asomarse por la puerta vió a su esposa con otro hombre.

Al salir de su casa inmediatamente comenzó a llover, no le importó, siguió caminando inconscientemente hasta llegar a la escuela de Tallulah. Sacó de su bolsillo una caja de cigarros y comenzó a fumar.

¿Cuándo dejó que Sally tratara tan mal a su rayito de luz?

Tallulah no veía a Sally cómo una madre, la veía cómo alguien más que vivía en su casa.

Su único consuelo ahora que sabía que la niña no le tenía apego a su esposa, era que podría divorciarse sin remordimiento alguno. Debido a que el era quien aportaba mayores cosas a la familia, estaba casi seguro de que él ganaría la custodia de Tallulah.

El cigarro terminó por consumirse solo, estaba muy perdido. Protegido con su paraguas, acompañó a la lluvia con sus lágrimas.
Lamentándose por la pequeña, fue interrumpido por una maldición junto con una suave risa. Un chico unos 20 centímetros más bajito que él había sido alcanzado por la lluvia.
La lluvia mañanera había mojado su cabello oscuro, igual que su hoodie gris.

-Disculpe, ¿usted quién es?
¿Era posible enamorarse a primera vista? Sus ojos color chocolate lo miraban con curiosidad, su nariz al igual que sus labios estaban teñidos de rosa. Estos mismos estaban curveados en una sonrisa amable y ni hablar de los hermosos lunares que...

 Estos mismos estaban curveados en una sonrisa amable y ni hablar de los hermosos lunares que

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Entonces...me preocupa, es brillante y muy educada, pero al momento de convivir, se aísla de los demás-su voz se apagó.
-Bueno, supongo que las cosas en casa están un poco tensas, he tenido unas cuantas discusiones con mi esposa y creó que le ha afectado. ¿Hay algo que pueda hacer?
-Claro, yo le recomiendo que la inscriba a un taller, ella parece mostrar mucho interés por la pintura. El taller de pintura es por las tardes y podría alejarla un poco de la situación familiar.

-¡Papi!
-Mi Tallulah, ¿cómo te fue?
-Papi, aún no empiezan las clases.
El chico frente a él rió-Tallulah tiene razón hay muchas cosas que hacer aún-acarició el cabello de la niña-¿por qué no vas a buscar a Chayanne?
Los ojos de la niña brillaron ante la idea-espera aquí papi.

Se veía hermoso, aún con el cabello mojado lo había encontrado hermoso, pero ahora mismo observaba a Tallulah con tanta ternura y emoción que su corazón se aceleró de forma constante.

-¿Usted tiene hijos?-se atrevió a preguntar.
Una clara incomodidad se formó-No...-suspiró-pero siempre he disfrutado de cuidar y enseñar a los niños.
-Oh, ya veo.
-Tallulah es de mis mejores alumnas, y-Se vió interrumpido por un golpe en su pierna-Chayanne-hizo una mueca.
-¿Dónde está Tallulah?-preguntó el niño.
-Chayanne, ya hablamos de eso-dijo mientras colocaba al niño en sus piernas-No puedes aventarle las cosas a los demás, no puedes tratar mal a los demás, así como a Tallulah le duele si le avientan una piedra, a los demás también les duele.
-No quiero que a Tallulah le duela.
-Entonces no golpees a nadie. Ella fue a buscarte.
Chayanne fue dejado de nuevo en el suelo, y después este salió corriendo.
-Disculpe su conducta, es muy sobre protector con Tallulah.
-Ya veo...parece un buen niño.
-Lo es, aunque aveces pareciera que no tiene límites, es muy dulce y leal.
-¡Mira papi! El es Chayanne-presentó inocentemente.
-Tallu, dejemos que los adultos hablen.
-Okay, bye papi.

Ambos adultos siguieron hablando, Wilbur contaba anécdotas y Alex las escuchaba atentamente.

Ambos adultos siguieron hablando, Wilbur contaba anécdotas y Alex las escuchaba atentamente

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El peli negro mecía con delicadeza a Tallulah, quien se sentía un poquito mal. El doctor le había aplicado una inyección, y Quackity intentaba calmarla.

-Sabes Tallulah, fuiste muy valiente. Cuando yo era niño le temía demasiado a las inyecciones, le causaba bastantes problemas a mi mamá.
-Mi mamá siempre me obligaba a inyectarme para que fuera más rápido.
Algo se estrujó en el corazón del mayor.
-¿Me canta una canción?
-Claro, ¿qué canción quieres?

Cuando Wilbur llegó, buscó de inmediato, era la segunda vez en la semana que se enfermaba.

Se quedó hipnotizado una vez que entró a la habitación.
Alex estaba meciendo a su retoñito entre sus brazos mientras tarareaba una melodía. Tallulah se encontraba dormida.

-¡Oh, veo que ya llegó!

Mierda, creo que Wilbur se enamoró del profesor de su hija.

Se veía tan lindo, tan hermoso, tan dulce, tan pacífico...

-¿La inyectaron? ¿Le dolió mucho? ¿Lloro mucho?
-Comenzó a llorar pero cómo ve-alzó a la pequeña entre sus brazos-ya se calmó.
-Menos mal, ¿no sufrió mucho verdad?
El peli negro sonrió-No, no se preocupe.
-Pareces tener cierto don tranquilizando a los niños.
-Todos dicen eso-la cara de Quackity se tornó melancólica, como extrañaba a su pequeñita.
Wilbur sintió mucha curiosidad.

Pero había algo aún más inquietante, Wilbur se sentía...raro, bien, pero raro.

¿Amor?

Miss Miel Where stories live. Discover now