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Él tenía una hija, una hermosa hija de cabellos negros, con un listón rojo en su cabeza. Tenía sus rasgos faciales, todos sabían que era su hija.

-Perdón, perdón...

Quackity

Quackity

-¡Quackity!

El peli negro se levantó con la respiración agitada.

-¿Qué sucedió?
-Estabas llorando dormido.
-Oh...lo siento.
-No te disculpes, sé que ha sido bastante difícil para ti. ¿Quieres que te supla por hoy?
-No, hoy va a venir Flippa, quiero estar ahí para ella.
-Oh, no sabía que volvía hoy. Está bien.

Todos en el salón hacían sus cosas, Bobby pintaba con sus crayones, Chayanne le contaba a Tallulah a cerca de su abuela, y una pequeña niña castaña con lentes estaba en la puerta viéndolos a todos

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Todos en el salón hacían sus cosas, Bobby pintaba con sus crayones, Chayanne le contaba a Tallulah a cerca de su abuela, y una pequeña niña castaña con lentes estaba en la puerta viéndolos a todos.

-¡Chicos!-todos en el salón voltearon a ver al maestro-el día de hoy recibiremos a una nueva compañera.
-Hola, mi nombre es Juana Flippa.

Todos pronunciaron un "hola Juana" coreado.

-Bien Flippa, puedes ir a sentarte en aquella silla-dijo señalando un lugar-hazme saber si llegas a sentirte mal.
-Okay, gracias Quack.

Todo desde la muerte de su hija había sido muy difícil, Flippa lloraba todas las noches porque extrañaba a su amiga del alma, aparte del trauma que la dejó haber escuchado cómo un carro le quitaba la vida, tal vez también lo hubiera visto si no hubiera sido porque su tío Luzu cubrió sus ojitos.

Sobre todo, Flippa había escuchado el desgarrador grito que soltó Quackity cuando le dijeron que no habían podido hacer nada para salvar a su hija. Ella sabía que su tío Quack estaba mal, por eso ella decidió ir a su escuelita y tratarlo bonito, tal vez de esa manera él podría ser un poquito más feliz.

En la hora de artes, Juana pintaba con extremo cuidado su dibujo.
Una vez terminado, se dirigió a la mesa de su maestro, entregándole una hoja en la que se podían apreciar varias nubes blancas y un listón rojo que era lo que más resaltaba.

El mayor sonrió con ternura-Gracias Flippa, esto es realmente hermoso.

A la mesa también llegó Tallulah, quien le entregó otro dibujo, esta vez había muchas mariposas en toda la hoja, coloreadas con extrema dedicación.

-Si siguen regalándome dibujos voy a llorar cuando se vayan.
-Debería de ser nuestra miss toda la vida.
-¡Sí! Los demás maestros no son amables.
-Ay chicas, en verdad me gustaría. Cambiando de tema, dibujan muy lindo.
-A mi me gusta mucho dibujar, de hecho, quiero entrar al taller de arte.
¿No te gustaría entrar conmigo Tallulah?

Tallulah se quedó callada, ¿sería acaso Juana su primera amiga?

-Sí, me gustaría entrar contigo Juana.
La castaña de lentes sonrió-Le voy a decir a mis papis, a ver si ahora no se pelean.
-¿Tus papis también pelean mucho?
-Sí, papi Mariana intenta ser comprensivo, pero papi Slime casi siempre lo hace enojar. Aún así se aman mucho.
-¿De verdad? Mis papis no se aman, no culpo a papi Wilbur, yo tampoco amo a Sally.

Tanto Juana como Quackity se sorprendieron.

-¿No amas a tu mamá?
-No, ni un poquito, prefiero a miss miel.
El peli negro sonrió nervioso-Bueno chicas, es hora de historia.
-Noooo.
-Noooo.

-¡Adiós tío Quackity!-¡Adiós Juana!

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-¡Adiós tío Quackity!
-¡Adiós Juana!

-¿Usted es tío de Juana?-preguntó Tallulah.
-Oh, ehmm...algo así, soy muy amigo de sus padres así que probablemente ella me ve cómo su tío.
-Oh, ella también siente cosas bonitas cuando usted la carga, tal vez cómo...seguridad.
-Oh, ¿no es eso es lo que sientes cuando tu mamá te carga?
-Nop, eso lo siento cuando usted me carga.

-Es que cuando me cargas me siento segura.
-Ay mi amorcita, yo siempre voy a estar aquí para ti.
-Yo #a#bi#n

-Miss, ¿por qué llora?
-¿Eh? Oh, me conmovió mucho lo que dijiste, pero no creo que a tu madre le agrade.
-Mi mamá ni me quiere.

-Tallulah mi niña ya llegué-se escuchó.
-Ve con tu papi Tallulah.
La niña asintió algo triste.
-¿Quieres que te cargue hasta llegar con él?
-Por favor-la niña se detuvo-no quiero molestar.
El peli negro tomó a la niña entre sus brazos-Nunca vas a ser una molestia Tallulah.

Wilbur estaba convencido de que el amor a primera vista existía, estaba pensando en maneras de invitar a salir al maestro de Tallulah.

La puerta se abrió dejando ver al peli negro de lunares con su hija en brazos.

-Lamento la tardanza señor Soot.

Miss Miel Where stories live. Discover now