Alas nuevas

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-¿Jugamos ahora?

-No puedo Kyunnie, tengo mucha tarea.

-Solo un rato, vamos, mamá me trajo un balón nuevo.

-Lo siento -una mira triste cruzo sus ojos antes de caminar hacia su habitación-. Mañana podremos jugar.

-Siempre dices eso Hyung...

El pequeño Kyu, de solo siete años, boto su balón para salir al jardín más el timbre de la puerta lo distrajo. Nadie iba abrir y él decidió hacerlo. Colocando su mano en el picaporte y abriendo la luz del lugar se esfumo solo para dejar entrever una figura, alta y robusta, entrar en el lugar para jalonear al pequeño a fuera.

-¡No, duele, déjame! -La oscuridad y el ser halado con fuerza a donde no quería ir le había hecho derramar lágrimas-. ¡Hyung, ayúdame! ¡Kangin!

Algo extraño sobre su cuerpo y su mente le hizo despertarse aceleradamente. Su respiración era acelerada y su boca estaba completamente seca. Mirando a su alrededor pudo notar su habitación, tan tranquila y serena como siempre, iluminada vagamente por la luz de luna.

Kim YoungWoon siempre se consideró a sí mismo como un hombre razonable y realista pues su agudo sentido del realismo fue la razón por la que era uno de los mejores abogados en Seúl, y se enorgullecía de ello. Sin embargo, no importaba cuantas veces lo pensara o intentara olvidarlo, las pesadillas le seguían. ¿Era su culpa no cuidar bien de Kyuhyun? Siempre habían sido amigos, desde pequeños, pero lo que al menor le sucedió para hacerlo cambiar le había hecho creer que talvez, solo talvez, aquello había sido realmente su culpa.

-¿Kim YoungWoon? -una voz dentro de su habitación le hizo abrir los ojos al por mayor.

Un respingo y el golpe sobre el suelo le hicieron girar a todos lados. Deseo no encontrar a nadie o, al menos, que no fuera nadie malo o peligroso, pero su sorpresa fue contemplar una pequeña luz azul flotante.

¿El temor de trabajar con Kyuhyun le había finalmente robado su cordura?

Kangin se levantó de golpe asombrado y la luz realizo sus mismos movimientos. Dio un paso a su derecha y la luz le imito, dos pasos hacia atrás y nuevamente la luz le siguió. Al parecer siempre quedaba a la altura de su ojos... ¿Aquello podría ser un sueño? Bueno, recordaba el golpe al caer de la cama por el susto y en definitiva había dolido.

-¿Kim YoungWoon? -Una muy angelical voz en tono alto le llamo desde la luz.

-¿Me está hablando a mí? -Preguntó con los ojos muy abiertos.

-Sí -una vez más se escuchó-. Tu eres Kim YoungWoon, ¿cierto?

-Sí... -susurro sin salir de su asombro-. Puedes decirme Kangin.

"¿Puedes decirme Kangin? -se recriminó mentalmente-. ¿Eres idiota o qué? ¡Es una luz parlante en medio de tu habitación idiota!"

-Un placer conocerte -la luz brillo de un azul aún más intenso y un sonido, similar a docenas de burbujas de jabón estallando, dejaron ver a un chico volando en el lugar con unas alas bastantes llamativas-. Mi nombre es Sungmin.

-Alucino, estoy alucinando...

"¿Desaparecerá si hablo con él? Pero que estoy pensando, las personas que hablan con sus alucinaciones son aún más locas, ¿cierto? Debería ignorarlo"

-No, no estas alucinando -habló el chico en los aires sin obtener más respuesta por parte del otro hombre-. ¿Estas escuchándome?

El abogado le miro e intento hallar algo que denotara algún fallo, quizá luces mal puestas o el cable de donde colgaba... Alguien le jugaba una broma, no había otra explicación.

Desea con Fuerza「Fanfic|KyuWook|CONCLUIDA」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora