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-Tu padre tenía razón al decir lo hermosa que eres-

...

-¿Que estoy haciendo aquí? - pregunté con miedo hacia el hombre de ya avanzada edad.

-estas aquí porque te compré - afirmo mirándome de pies a cabeza -no soy un pedófilo si es lo que piensas-

Agaché la cabeza..

-me presento - una luz se expandió en toda la habitación haciéndome alzar la cabeza -mi nombre es Imperio Ruso, un gusto conocerla señorita - ya no era un simple hombre, era un hombre alto de cabello negro, con su bandera que lo hacía ver único - yo te compre para que pudieras comenzar de nuevo..

-¿A qué se refiere señor? - la curiosidad del porque a mí..

-te investigamos muy a fondo, sabemos sobre tu familia, sabes por lo que has pasado - camino hasta un sillón para sentarse -la vida que te dió tu padre no fue bonita, la que te dió tu madre, es la que estabas pasando-

-¿A qué viene todo esto? -

-hagamos una tregua-

-¿Que tipo de tregua? -

-voy a darte una mejor vida, a cambio de que te cases con mi nieto-

...

-¿Todo esto a Sido por su nieto?- la pregunta es cual nieto...

-yo ya tengo una corta edad de vida, ya no voy a poder ver a mis bisnietos o al menos ver a mi nieto casado- aquella mirada sería y tranquila cambio a una de tristeza y enojo..

-la verdad es que no tengo más que hacer, usted me compro y desde ahora mi deber es obedecer sus órdenes- me acerque hasta quedar enfrente de el, pase mi pie derecho atrás del otro y me incline -aceptare sus condiciones señor imperio ruso-

-es uno de tus encantos querida- me levanté y el igual,-tus clases empezarán mañana, te mostraré tu habitación-

. . . . . .

¿Que voy hacer ahora?
¿Casarme con alguien que no conozco?
No.. ¿Casarme con un país actual? Y para joder es nieto del imperio ruso..

¿Porque a mí?

De tantas mujeres que hay, me eligieron a mi.

-Si el sabe todo de mi vida, también sabe que ya no soy virgen- los recuerdos de las veces que lo he hecho viajaron.

Mínimo se que no voy a estar Serca de aquella familia, pero.. extrañare a mi hermano.

. . . . . .

-¿Mi abuelo está planeando una boda?- hablo mientras su secretario o mano derecha afirmaba con la cabeza

-su abuelo mando a su escolta en busca de una mujer a Estados Unidos- saco unas fotos donde se puede ver a una mujer ser ingresada al carro -es la misma que está en una de las habitaciones del palacio de Catalina.

-¿algo más?-

-su abuelo menciono algo sobre la boda de su nieto- Rusia lo miro con duda -no sabemos a quien de los tres se refería.

-esta bien, déjalo así, voy a esperar a que el abuelo diga algo, quiero que le digas a mi padre que iré dentro de media hora- se levantó de su silla.

-como ordene- hizo una reverencia, para luego salir de la oficina y avisar al señor Urrs.

. . . . . .

Me senté en la cama tratando que mi mente esté tranquila, pero por más que quería no podía, talvez sea por el hecho de que me compraron para comprometerme y tener hijos, al menos no tendré que ver a mi padre y su familia, pero... Y mi hermano?

La puerta fue tocada por alguien haciéndome sobresaltar. Me levanté de la cama y fui a ver quién era, al momento que abrí pude ver a unos hombre uniformados, altos, más altos que yo.... que miedo.

—el señor Urrs solicita de su presencia en la sala de ambar—

¿Sala de ámbar?
¿No se supone que esa sala ya no existe?

—he- a... Esta bien — salí de la habitación cerrando la puerta detrás mío, para así seguir a los hombres.

Caminamos por un rato, para luego llegar al frente de una pared llena de libros, uno de ellos tiro de un libro, y seguimos caminando por un callejón no tan estrecho pero oscuro, cuando creí que íbamos a seguir caminando se detuvieron en medio de la nada, el mismo de antes posicionó su mano en uno de los ladrillos de la pared y se abrió un pasadizo, al entrar parecía una habitación normal, con sillones y mesas, pero al frente de nosotros había una puerta grande de madera.

—este será su camino final— lo mire y fue cuando me di cuenta que tenía una pistola en mano —nadie debería estar en esta familia, al menos si no es digno de llevar el apellido Romanov—

—sera mejor que bajen esas armas caballeros— una voz hizo detener todo, haciendo que los demás hombres se pusieran de rodillas con la cabeza agachada— perdona a mi personal hija— su mirada era profunda, es como si fuera mil flechas que te atravesarán mentalmente —aun no pueden confiar mucho en las demás personas, y menos si es alguien que no es de Rusia—

—entiendo — su bandera en la cara me ayudó a identificar que era el señor Urrs —yo también desconfío— dentro de una de mis bolsas saque un cuchillo —estamos igual —

—me sorprende lo inteligente que eres—

—tendrás que  acostumbrarte, yo soy cautelosa con todo lo que hago—

—lo tendré en mente, pero por ahora necesito hablar de algo contigo — paso a mi lado para ir hacia la puerta y abrirla sin esfuerzo —en la sala hablaremos—

Lo seguí, y fue cuando lo ví, la habitación de ámbar o sala de ámbar, una de las grandes maravillas del mundo.

...

matrimonio -Rusia y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora