Capítulo 1

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Odio las citas.

Odio cualquier cosa que tenga que ver con encontrarse con alguien en un lugar público. Y no, no es ansiedad social, solo temía que pasara algo como esto, por eso prefiero las citas en privado; digo, si me plantan al menos nadie se va a dar cuenta.

Una hora ¡Una hora!

A ver, puedo esperar un poco más.

Tomo la botella de cerveza y me la termino de golpe.

—Por lo que veo, nos plantaron a los dos, qué bueno que no seré el único burlado esta noche.

Ruedo los ojos y miro a la persona que está en la mesa siguiente.

—No me plantaron.

Él suelta una risita, toma su copa y le da un sorbo. Dejo de prestarle atención y me concentro en la puerta. Tiene que venir, no va a hacerme esto.

Por si acaso le dejo un mensaje recordándole que ya tengo una hora de estar aquí.

—¿Qué apostamos a que no viene?

—Cállate, que tú estás igual.

Se ríe de nuevo y le da otro sorbo a su vino.

—Pero yo no tengo un año con la persona que me ha plantado tres veces. Al menos las otras dos estaba conmigo, ahora ni siquiera yo tengo idea de dónde está.

Ahora sí giro el torso y lo miro de frente. Nico es así, un metro ochenta y ocho centímetros de sarcasmo, con aspecto intelectual y voy a admitir que tiene una sonrisa encantadora. Ahora mismo está elevando la comisura derecha de su labio y extiende su copa hacia mí simulando un brindis.

—¡Ah! Llevas la cuenta mejor que yo ¿Acaso descuartizar cuerpos todo el día no te mantiene ocupado?

—La verdad no, ese es solo mi pasatiempo. —El camarero se detiene, mira a Nicolás y después a mí, dubitativo se acerca a preguntarme si ya estoy lista para pedir. Le digo que no, que todavía espero a alguien. Eso lo digo casi en un susurro, porque bueno... no voy a ser más objeto de burla para Nicolás. Cuando el muchacho se va y pasa a la par de Nico, lo hace casi corriendo. —Gracias a ti todos en este lugar van a creer que en verdad descuartizo cuerpos en mi tiempo libre.

—¿Y acaso no es lo que haces?

—No, en mi tiempo libre estudio como descuartizarlos mejor.

No me da tiempo de contestar, porque un mensaje en mi teléfono me hace tomar el móvil con rapidez solo para darme cuenta de que es un texto de la compañía telefónica. Dejo el móvil de regreso en la mesa y escucho a Nicolás:

—¿Entonces dice que está trabajando? ¿O que está conmigo?

—Está trabajando. —Nico suelta una risita irónica y yo vuelvo a recostar mi espalda en la silla manteniendo la mirada en la puerta. —¿Sí está trabajando, verdad?

—No lo sé. —Afirma descaradamente. —Pero déjame decirte una cosa, Nina; la persona que en realidad quiere pasar tiempo contigo va a ir a dónde estés, aún si tenga que luchar contra un cocodrilo para llegar...

—Bueno, aún con todos los cocodrilos con los que luchaste, tu cita de Tinder no vino.

—No la conocí en Tinder. —Contesta rápido. —Fue en otra app, se llama "Se busca novia" Deberías probarla ¿Qué más podría pasar? Ya te dejaron plantada en un restaurante.

—Prefiero que me dejen plantada en un restaurante y no aparecer descuartizada ¿Acaso no ves documentales?

—Puedo ayudarte con tu perfil si no llega y a elegir un buen cuchillo para que seas tú la que lo descuartice primero.

Bendito Karma © (En Proceso)Where stories live. Discover now