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Ahora me encuentro en México. Un lugar altamente turístico. Estoy parada en un lugar llamado "Zócalo". Montones de peatones pasan de un lado a otro, admirando las estructuras.

Alzo la vista y miro la gran bandera de México, moviéndose ondeadamente gracias al viento. Pero mas arriba esta la verdadera belleza. El cielo, azul en su totalidad, cubierto de nubes blancas que se van deformando cada segundo.
Se preguntaran porque estoy aquí. Fácil. Hoy es la reunión Eclesistica. Una reunión que junta a todos los licántropos del mundo, a fin de dar paso al siguiente movimiento para la conquista humana.
Yo soy Dalia, una licántropo, también soy la jefa encargada de las tropas de todo el continente Americano y hoy es mi turno de organizar la batalla contra la raza humana.

Dejo de mirar el cielo y me dirijo a la reunión que no esta nada lejos; al menos no para mi. Hacemos estas reuniones en la Basílica de Guadalupe, como un objetivo de burla al "Dios" todo poderoso y sus sagrados utensilios.
Hace años que el agua bendita no me quema, ni las cruces me aterran como antes; ahora las puedo tocar y maldecirlas tanto como quiera. Lo único que me llega a lastimar es la plata. La plata pura.

Miro a mi alrededor, humanos, eso es lo que veo. Gente común y despreocupada. Yo también quise ser uno de ellos de nuevo, volver a tener una vida común y normal... Ser normal. Pero no todo es color de rosa.
Con el tiempo me di cuenta de que su existencia es horrible. No hay amor ni piedad. Se matan entre ellos, se mienten entre ellos, se golpean, se roban entre si... Y el amor que dicen tener uno por el otro es vago, sin valor, sin verdad. Por eso les llege a despreciar también. No son sinceros y destruyen su mundo sin compasión.
Pero para eso llegaremos nosotros. Para curar el mundo, alimentarla, cuidarla y protegerla. También para ser descubiertos, salir a la luz del sol, sin ninguna preocupación y dominarla, desinfectarla con toda la porqueria que la humanidad le a dado por varios años.

Llego a la Basílica y entro. Hay mucha gente aquí, como siempre, rezando y pidiéndole a la Virgen ayuda. Uf... Ellos no entienden.
Bajo los escalones que están debajo de la escultura de la virgen. Giro a la izquierda y cuidadosamente de que nadie me vea toco la pared 4 veces en los ladrillos correspondientes. La pared vibra un poco y luego una tablilla electrónica sale, coloco mi dedo índice en ella, confirmando mi identidad. La tablilla hace un breve "click" y se abre la pared dividiéndola en dos, haciendo una pequeña réplica de una puerta secreta. Miro hacia atras y procurando de que nadie me vea, entro y las puertas se cierran detrás de mi.

Ya de el otro lado me enderezo. Todo el pasillo es de ladrillo y a los lados hay antorchas encendidas alumbrando el oscuro pasillo. Giro a la izquierda y camino tranquilamente. Por suerte me se el camino de memoria, si no cuántos tropezones ya me hubiera dado. Unos metros adelante alcanzó a ver la puerta, como siempre flanqueada por licántropos altos y fuertes. Damon y Azariel. Ellos me ven llegar y abren la puerta.

-Señorita Dalia- dicen al unísono
-Chicos-contestó mientras entro

La habitación es de madera pulida, en todas las partes hay planos, códigos de guerra, escrituras antiguas, etc... También hay una fuente de agua con una escultura humana en un rincón de la habitación. Y , en el centro, una gran mesa redonda donde en cada asiento se encuentran los jefes de cada clan. Puedo reconocer varios rostros conocidos, como la jefa del clan de Londres, el jefe del clan de Holanda, el jefe del clan de Los Ángeles, el jefe del clan de Brasil, y muchos mas. Y al lado de sus jefes están su segundo al mando y su consejero.
Al momento de entrar, todos me miran y yo en respuesta inclino un poco la cabeza y me coloco de el lado derecho de mi hermano, el jefe (recientemente) del clan de México.

-Ya que mi querida hermana y jefa de las tropas a llegado, podemos comenzar con la reunión Eclesistica, hermanos ¿Alguna sugerencia?
-Deberianos atacar el día de el Jeshván- dice la jefa de Londres.-Ese día nuestra fuerza es máxima y...
-Que idea tan ridícula-la interrumpe el jefe de Brasil.- Tal vez nuestra fuerza sea máxima, pero los cazadores estarán listos y seguros de que atacaremos ese mismo día.
-Estoy de acuerdo-concuerda la jefa de Egipto.- Sera lo mas obvio para ellos
-Pero es el único día donde tendremos la fuerza suficiente para vencerlos- dice el jefe de Londres
-Exactamente-concuerda la jefa de Londres
-Por amor de la Luna, tengan algo de inteligencia perros sarnosos esto no es un juego...

En ese instante todos los líderes del mundo estallan en gritos y discusiones, la mitad a favor de atacar el día del Jeshván, otros en atacar un día festivo donde la mayoría de los humanos estén reunidos.
Pongo los ojos en blanco, fastidiada por la inmadurez de los líderes. Por lo general un líder del clan puede empezar un año después de su transformación hasta que cumpla con 20 años de liderazgo ó en el caso más común, hasta que sea vencido a muerte por otro licántropo. Haciéndose su vencedor el nuevo líder del clan.

Los licántropos siguen en discusión y mi paciencia se va al carajo. Miro a mi hermano y el hace lo mismo. Él y yo tenemos un gran secreto. Nos podemos comunicar por la mente. No hacemos esto publico ya que no es normal en los licántropos. Nos acusarían de tradición o de ser brujos y seriamos quemados. Créanme, nadie quiere una muerte así. Y es por eso nos mantenemos callados ocultando nuestro gran don.

Nos miramos fijamente un rato y al final el sonríe un poco de medio lado y asiente. Sonrío ampliamente y me dirijo al estante que esta junto a la puerta. Busco rápidamente el libro que necesito, lo tomo y me dirijo a la mesa. El libro es largo, muy ancho y su pasta es de color hueso, con el símbolo de los licántropos.
Los jefes siguen discutiendo. Me planto en medio de la mesa, alzó el pesado libro y lo dejo caer de golpe ruidosamente acallando las voces de todos.
Todos se quedan en silencio mirándome atónitos por mi reacción. Yo sin embargo, sonrío maliciosamente, aclaró mi garganta y comienzo.

-Gracias por su atención, antes que nada

Miro a mi hermano que ríe silenciosamente en su asiento. Me giro y miro a todos con firmeza.

-Soy Dalia, la jefa de las tropas de el clan de México y de todo el continente. Ya que ninguno de vosotros quedo en un acuerdo. Yo tengo una propuesta más favorable- todos me miran en silencio, todos atentos a mis palabras y uno que otro irritado por mi forma tan brusca de callarlos.- Ahora, como podrán darse cuenta eh colocado en la mesa el gran libro de la tribu Lycan. Como todos saben el día del Jeshván es el día donde todos nosotros tenemos mas fuerza ya que las 8 lunas nos otorgan mayor poder que en un día común. Y, como lógica, los cazadores saben eso y esperaran que en ese día ataquemos.

Me alejo de la mesa y la rodeo tranquilamente juntando las manos en mi espalda.

-Pero, ¿qué pasaría si les hacemos creer lo contrario?

De repente todos me miran, incluso mi hermano, que ah dejado de reírse y me ve con seriedad. Ahora si que tengo su atención.

-¿A que se refiere princesa?- dice el jefe de el clan de Afganistán

-Bueno, lo que quiero decir es- recargo las palmas de mis manos en la mesa.- cambiar la logística caballeros. Ósea, una trampa.

Pasan unos segundos, las caras de incomprensión de los líderes cambia a malisiosa, estratégica...vengativa. Miro a mi hermano y él me regala una mirada cómplice, diciéndome mentalmente "Buen trabajo"

El corazon oscuro también lateWhere stories live. Discover now