Capítulo 29: Bonita despedida.

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— ¡Felicidades! — gritaron todos contentos al ver entrar a un rubio junto al peli-verde

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— ¡Felicidades! — gritaron todos contentos al ver entrar a un rubio junto al peli-verde.

Katsuki cubrió rápidamente a su novio ante el susto que le habían dado e izuku soltó una leve carcajada por la cara de espanto que tenía.

Solo bastaron unos segundos (y escuchar la risa de su pareja), para qué logrará identificar a las personas frente a ellos, es decir, las voces le fueron jodidamente familiares ¿Cómo no pudo darse cuenta antes?.

En ese momento estaría lanzando maldiciones por montón si no fuera por la tierna mano que tomaba la suya.

—¡Oh Blasty, cada vez estás más viejito! — grito Denki abrazando por los hombros al cumpleañero quien solo gruño.

— Calla mierda, tenemos la misma edad.

— Oh no, tú eres el mayor aquí.

— ¡Por unos meses!.

— ¡Pero aun así eres mayor!.

El ceniza dio un fuerte suspiro antes de que su puño impactará por "accidente" en la cabellera rubia frente a él, le había prometido a su querido novio limitar el maltrato con sus amigos, pero de verdad había veces en las que se le complicaba.

— Vámonos Deku, lo idiota se pega — gruño molestó.

Bakugou nado junto con el peli-verde hasta donde se encontraban sus padres, no quería exactamente pasar tiempo con ellos, pero era mejor opción que quedarse con su grupo.

— Que malos — protesto el eléctrico mientras sobaba el duro golpe que había recibido.

Al llegar con sus mayores fue recibido por una pequeña sirena quien lo abrazo con gusto.

—¡Katsuki-kun!— al reconocer la parte abultada y el largo cabello lacio de un irreconocible tono verdoso, una ligera sonrisa atravesó sus labios mientras trataba de abrazar a la sirena de una manera en la que no aplastara su vientre.

Su suegra era la segunda persona más dulce que había conocido, claro que la primera debía ser su tritoncito, ambos eran seres llenos de alegría y deslumbrantes chispas de amor en donde entrarán.

Gruño bajito, estaba tan contento siendo envuelto por los cálidos brazos de la sirena que se había olvidado de que la vieja los observaba. Se separó de la más baja y se dirigió hacía la mayor.

No se esperaba que su propia madre, la mujer que desde que tenía uso de razón había sido una bomba de maldiciones andante, lo abrazaría de una manera maternal y lo felicitaría con un suave beso en su frente.

Al igual que su papá, pero el tritón demostraba siempre que podía su amor por él, así que no fue algo muy "raro" de ver.

La casa de los Bakugo estaba llena de personas que el rubio conocía perfectamente, familiares, amigos y hasta algunos vecinos con los que apenas y entabla conversación.

Amor a profundidades  [katsudeku]Where stories live. Discover now