Capítulo 10

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Los jugadores siguieron cayendo hasta que al fin chocaron contra el duro suelo. Tras recuperarse de la conmoción y dedicar unas cuantas frases cuyo contenido no voy a especificar a Nelly, miraron alrededor y se encontraron con numerosas máquinas de distinto tipo, como cintas para correr, máquinas que disparan balones a alta velocidad sin descanso, una antena que tira rayos, y más máquinas que parecían más que nada hechas para matar a gente.

-C-Capitan, ¡¿En que nos acaba de meter Nelly?!- Pregunto alterado Jack al ver las máquinas de tortura, digo entrenamiento. Mark tenía una expresión que mezclaba de forma extraña la sorpresa, la emoción y un poquito de nervios. Eso sí, predominaba la emoción.

-¡En un entrenamiento genial!- Dijo este emocionado- Venga vamos, no hay tiempo que perder, pensad en que el legendario Inazuma Eleven entrenó aquí- Les dijo el portero mientras se dirigía corriendo a la máquina disparabalones.

Estas palabras, aunque pueda parecer tonto, llenaron de inspiración, confianza y entusiasmo al equipo del Raimon. Esta extraña habilidad de su capitán es increíble: con un par de palabras que ni siquiera buscan animar necesariamente a alguien, engrandece los ánimos de sus compañeros de una manera increíble gracias al carisma del de la banda naranja.

Todo el equipo, siguiendo el ejemplo de su capitán, se dirigió rápidamente a las distintas máquinas de entrenamiento, ya fueran de velocidad, fuerza, reflejos, fuerza o demás atributos. Además, allí podrían entrenar sus supertecnicas e incluso a lo mejor desarrollar alguna nueva.

Mientras esto sucedía, Silvia y Celia esperaban intranquilas a que el entrenamiento acabara, ya que a pesar de que Nelly me había asegurado que no les pasaría nada y que saldrían con todas sus habilidades evolucionadas, no podían evitar preocuparse por los chicos, aunque la peliazul se preocupaba especialmente por cierto heterocromatico.

El tiempo pasó muy lento para ellas, sin embargo finalmente y al cabo de la hora dicha por la pelicaoba, las puertas se abrieron, revelando a los muchachos tirados en el suelo, heridos en básicamente todas las partes de su cuerpo y sin poder ni tenerse en pie. Los únicos que estaban al menos sentados eran Aiku, Byron, Axel y Erik.

Estos 4 fueron los que mejor soportaron el infernal entrenamiento debido a que ya tenían una espectacular condición física. Sin embargo, el entrenamiento les había drenado toda la energía, hecho que demostraba la intensidad de los ejercicios realizados, ya que para dejar en ese estado a esos 4 hacia falta una gran intensidad.

Finalmente y tras unos cuantos tratamientos médicos, salieron de la instalaciones aún hechos polvo y, a sugerencia de Aiku, se dirigieron al Rai Rai, el restaurante de fideos del señor que les había hablado del Trampolín Relámpago. Esto fue en parte por morirse de hambre y en parte por curiosidad sobre el señor.

El tiempo hasta el partido pasó así, entrenando en el Centro Centella hasta el agotamiento y después cenando en el Rai Rai. Esto resultaba en un enorme cansancio para los jugadores, sin embargo este esfuerzo estaba dando frutos evidentes: Todos sus atributos físicos habían mejorado, al igual que la potencia de sus supertecnicas, la cual había sufrido una considerable mejora.

Finalmente, el día del partido llegó. El Raimon, con todos sus jugadores concentrados en el partido al 100 en el encuentro, se dirigió hacia la estación para coger el tren que los llevaría a la preparatoria Brain.

En el mencionado vehículo, cada uno iba a su rollo, Aiku y Byron sentados apartados escuchando música e intercambiando palabras de vez en cuando. Mark sentado con Erik, Axel y Nathan, charlando animadamente, mientras que Jack estaba temblando de miedo y nervios por el partido mientras sollozaba que quería ir al baño, con Max, Peabody y Kevin intentando disuadirlo de esa idea.

La Serpiente del Raimon. (PAUSADA POR FALTA DE INSPIRACIÓN)Where stories live. Discover now