—Puedes hablarme, no muerdo—. Bromeó Becky de su comportamiento, aunque era normal, que la chica se comportara así frente a ella, ella había sido una perra con ella. Freen jugó con las mangas de su suéter antes de murmurar en voz un "si".

Ambas chicas caminaron hacia las gradas, Becky vigiló un poco que nadie las siguiera y las vigilara. Cuando llegaron al campo, ambas adolescentes se sentaron en una de las gradas vacías del lugar. Freen tomando distancia de Becky, algo que a la rubia la hizo sentir mal. ¿Tanto miedo le tenía? ¿Había sido tanto lo que le había hecho, para que la chica reaccionara así? Seguramente sí. Becky suspiro antes de hablar.

—Quería agradecerte, por lo de hace rato, Freen. Enserio fue de mucha ayuda—. Trato de hacer que su voz sonara lo más sincera posible, ella quería que la chica le creyera. Becky cortó un poco la distancia sentándose un poco más cerca.

—Está bien, lo siento—. Dijo la chica de suéter, ganándose una mirada confusa de Becky. No entendía, ¿por qué se disculpaba?

Freen supo que hizo mal al hablar de más. ¿Enserio que mierdas estaba pensando? No tenía los pies sobre la tierra últimamente. Becky la miró con confusión, tratando de pensar las palabras correctas que decir.

—Eres una rara, Freen.— Dijo la chica rubia, juntando sus palmas, pensativa. Antes de que Freen pudiera decir o hacer algo, Becky volvió a hablar. —No deberías, disculparte con alguien que te trato tan mal como yo. Mi comportamiento no fue el adecuado, disculpa mis malos modales y mal actuar en esas situaciones. Yo soy la que debería estar disculpándose, fui una mierda, más bien soy una mierda—. Finalizó Becky, manteniendo su postura firme, su voz se suavizó, dándole un intento de sonrisa a la chica.

Freen nunca la había escuchado hablar así, sonaba muy formal, le daba un tanto de gracia, pero también la hacía sentir bien, el tono de la chica parecía genuinamente culpable, sintiéndose mal por lo que había hecho, Freen no sabía que hacer nunca pensó que esto fuera a pasar.

—Está bien, Becky. Tienes tus razones—. Hablo Freen por primera vez, sentía algo de vergüenza al hablarle cara a cara, teniendo el mar café que eran los ojos de la chica poniéndole atención, la ponía nerviosa. Era más fácil hablar por mensajes sin duda.

—Eso no es justificación, no lo sé, de todos modos, ser porrista ya estaba quedando atrás, soy demasiado fabulosa para esta escuela y aunque Sawaros sea mi mejor amiga. Nunca me remplazará, solo hay una Becky Armstrong y soy yo—. Dijo la chica con egocentrismo sonriendo al hecho que era la mejor. Ahí estaba la Becky que Freen conocía, aunque claro más amigable.

—Podrías no decirle a nadie lo qué pasó, mi reputación está muy frágil, últimamente...—. Exclamó la rubia con algo de nervios, nunca había teñido nervios, no frente a alguien que no conocía o era cercano a ella.

Freen asintió con una sonrisa, Becky se la devolvió. Después de eso, la rubia se levantó de su asiento, ofreciéndole la mano a Freen para ayudarla a levantarse. La más baja no supo cómo reaccionar, sin embargo, aceptó la ayuda, tomando la mano de la chica entre las suyas, aunque fuera por un breve momento solo para ayudarla a levantarse. Freen sonrió ante el gesto, fue lindo, sin embargo, lo lindo dura poco, la rubia la soltó en el momento que Freen se levantó.

—Adiós, Freen...—. Becky le sonrió decidida a irse, Freen no pudo responderle, se sorprendió, era una de las pocas veces que Becky la llamaba por su nombre. —¿Vas a ir a la feria del pueblo, mañana?—. Pregunto la rubia deteniéndose, en su camino. Volteando su mirada a la chica de lentes, Becky esperaba su respuesta, no sabía por qué, pero quería saber si la más baja estaría allí.

—Si, para cubrir el evento para el azul y oro, Rosé dice que quiere vaya.— Hablo la chica con sinceridad, ella no era de ir a ferias, o salir con frecuencia, prefería estar en su casa relajándose.

Secret | FreenbeckyWhere stories live. Discover now