Capítulo VII: En el Hougong vive un lobo blanco con el corazón roto

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Lu Gao entró a la residencia en medio de la noche e hizo una reverencia, parecía tener buenas noticias, pero su mirada estuvo sobre mí durante un largo momento.

Seguramente siguen notándose las marcas de las manos y dientes de Wei Huangdi en algunas partes de mi rostro. Han pasado dos meses desde aquella noche, pero Wei Huangdi sigue castigándome y dejando marcas en mi piel, incluso mi mano ya había sanado, sin embargo, él seguía insistiendo en que yo debía de tener a su bei bei.

Aunque no podía importarme menos cuando A-Zhan no me ha hablado desde aquella noche, intente todas las maneras posibles para entablar una conversación, pero sigue sin verme a los ojos e ignora mis palabras.

A-Zhan no nota el daño que me hace.

Ambos ahora éramos Guifei y, a pesar de que no hablábamos, seguíamos una rutina con la comida o con los supuestos regalos del Huangdi. Las horquillas y las túnicas eran quemadas por Xiao Tian, mientras que la comida preferiríamos hacerla nosotros mismos.

Algunas veces por semana la emperatriz Yao paseaba por el Hougong y se iba tan rápido cada vez que notaba que tanto A-Zhan como yo estábamos bien.

—Lan Guifei, este humilde Lu tiene buenas noticias —él extrajo de la solapa de su túnica un pergamino y me lo tendió —. En ese pergamino se encuentra la información sobre los campamentos bases y el cuartel general de Qishan en Gusu —sonreí en agradecimiento y le entregué cinco monedas de oro.

—Si tienes alguna otra noticia pronto, entonces dímela.

—Como Lan Guifei desee. Este humilde se retira. —hizo una reverencia y salió de la residencia.

Leí el pergamino y noté que el cuartel general estaba fuera del límite de Gusu, pero los campamentos bases rodeaban estratégicamente a los pueblos cercanos a Caiyi, entonces empecé a escribir en referencia a la información obtenida y también escribí algunas maneras de atacar para que no sospechara de nosotros, al menos no hasta que pudiéramos escapar.

Entonces deje el pergamino sellado sobre la mesa y apague las velas encendidas en la estancia, A-Zhan debería estar durmiendo ahora; he estado durmiendo un poco más tarde de lo acostumbrado para que A-Zhan no se sintiera incómodo con mi presencia.

Cuando entre en nuestros aposentos, A-Zhan estaba durmiendo como lo tenía previsto y apague las velas restantes; me recosté y me cubrí con la manta. Estuve pensando mientras mirada el techo, quería saber si había enojado a A-Zhan de alguna manera o si esto seguiría una vez que volviéramos a Gusu.

Tenía miedo de perder a A-Zhan. Entonces cuando estaba dispuesto a dormir noté como A-Zhan se levantaba de su cama y fingí dormir para saber a dónde iría o qué haría. Sin embargo, en lugar de salir de la habitación, A-Zhan encendió una vela y escuche como rebuscaba algo entre sus cosas.

Cuando pareció encontrarlo se acercó a mi cama y sentí como sus dedos empezaban a untar un ungüento medicinal sobre las heridas en mi rostro, mi pecho se sintió cálido; untó en algunas partes de mi cuello donde las manos de Wei Huangdi estaban impresas y luego se alejó. Supuse que guardo de nuevo el ungüento, pero la vela seguía encendida.

A-Zhan volvió a acercarse a mi cama y durante un momento me pregunté que sería lo siguiente que haría, pero entonces, algo húmedo cayó sobre mi mejilla y luego también en mi frente. Abrí mis ojos con lentitud y entendí de dónde provenía esa humedad.

Mi estómago se apretó y sobre mi corazón cayó una roca. A-Zhan había detenido sus lágrimas al ver que me levantaba, pero los rastros húmedos se adherían a su rostro, su mirada dorada seguía sobre mí, aunque se quedó en silencio. Le hice un espacio en la cama y levanté la manta con una invitación implícita.

The pain behind an empire [Lan XiChen/Lan WangJi]Where stories live. Discover now