Capítulo III: En Qishan viven una emperatriz y un emperador, ambos sin corazón

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—Ustedes son los hijos de un gran Huangdi, pero cuando estén en Qishan solo serán concubinos de bajo rango, por lo que, la emperatriz los tratará como mejor lo crea —Niang empezó a llorar y tomó un momento para recomponerse —. Si le agradan al Huangdi, entonces podrían ser ascendidos a concubinos de medio o alto rango, si tienen suerte podrían llegar a ser Guifei e incluso podrían desplazar a la emperatriz.

Sabíamos eso, pero ella lo explicaba de nuevo para que no quedarán dudas, puesto que se suponía que ninguno debía casarse con ningún título menor que el de emperatriz. A-Zhan estaba tan tenso que sus hombros lo demostraban, su cola estaba ligeramente erizada y sus manos apretaban su túnica.

—A-Zhan, Xiao baobei ¿le darías un abrazo a Niang? —Didi miró los brazos extendidos de Niang y era la primera vez que lo veía aceptar activamente un abrazo.

Ella lloraba mientras abrazaba a Didi, un nudo se formó en mi garganta y mire mis manos dudando brevemente de si está era la mejor opción. Niang sabía que sería difícil y probablemente nunca nos volvería a ver en esta vida.

—Da baobei, ven con Niang —ella me extendió un brazo y me acerqué al abrazo, ella olía a gencianas y su cuerpo era cálido, podía escuchar los latidos de su corazón y realmente no quería irme.

A-Zhan y yo intercambiamos una profunda mirada y luego sentimos como las orejas de Niang caían sobre nuestros rostros mientras ella lloraba descorazonada.

Niang se separó de nosotros y nos entregó libros a ambos con todo lo que hay que hacer para complacer al Huangdi, nos dio un beso en la frente y salió de la biblioteca privada. Podía escuchar sus gritos exigiendo a los centinelas hablar con Huangdi quisiera o no.

—A-Zhan, aún puedes negarte.

—No lo haré.

Le dedique una sonrisa afable y cada uno empezó a leer el libro que Niang nos había entregado. La mitad del libro hablaba sobre el comportamiento de una qie y de cómo debía servirle al Huangdi fuera y dentro de la habitación.

La otra mitad eran ilustraciones detalladas de cómo el qie debía prepararse correctamente y qué hacer cuando llegará el momento de estar con el Huangdi. Mis mejillas ardieron y cerré el libro antes de seguir hojeando el resto de las ilustraciones.

Mis orejas cayeron a los costados de mi rostro debido a la vergüenza, pero empecé a trazar un plan en mi mente para distraerme del contenido del libro.

—Ge. ¿Qué se siente besar? —por un momento mi mente se quedó en blanco y luego miré a un sonrosado A-Zhan sin entender.

—¿Por qué lo preguntas? —cerró el libro y sus orejas se tintaron de un furioso rojo.

—He visto, por accidente, a algunas doncellas despedirse de sus esposos y ahora este libro... —su mirada se desvió y mi corazón se sintió tierno en los bordes.

—No lo sé, pero debe sentirse bien si las parejas lo hacen —A-Zhan me miró y mi cola se agitó sin explicación —. Supongo que besar a quien amas te hace feliz.

Noté como la cola de A-Zhan se agitaba, pero supuse que estaba feliz por tener una noción al respecto, así que suspiré en mi corazón y tomé el libro para retomar la bochornosa lectura.

—Ge, quiero besarte —mis manos apretaron ligeramente el libro y miré al instante a A-Zhan; sus orejas se tintaron de nuevo de rojo y su cola había dejado de moverse. Mi rostro adquirió un conocido calor y la consternación se dibujó en mi expresión.

—¿A-Zhan, quieres besarme?

—Quiero que mi primer beso sea con alguien a quien amo —mis orejas volvieron a caer a los costados de mi rostro por la vergüenza, pero mi cola se agitó de emoción; mi corazón se sentía cálido.

The pain behind an empire [Lan XiChen/Lan WangJi]Where stories live. Discover now