Tenía que.

No.

Quería que así fuese.

— ¿Falta mucho?

— Pronto aterrizaremos.


Drew manejaba con cuidado de vuelta a casa mientras yo me dedicaba a contestar los últimos correos que había llegado a mi bandeja mientras me encontraba en el avión, quería dejar una respuesta definitiva en cada uno y asegurarme que no tendría que seguirlos contestando durante el resto del día, quería descansar en cuanto llegáramos.

Emily no paraba de contarle a Drew todo lo que hizo en NY, le emocionaba contarle el hecho de que había visitado Central Park y había hecho caer las gotas de un espeso árbol sobre mí por mera diversión.

—Suena a que ocupaste bien tu tiempo, Ems. Me alegra que estén de vuelta.

—A nosotros también—pronuncié despegando la vista de la pantalla.

—Por cierto, tienen un par de visitas en casa— parpadeé con curiosidad — Alexander y Paul, sus primos, Adam.

Emily sonrió de oreja a oreja mientras se giraba a verme de lleno. —Quizás vinieron a felicitarte antes de tu cumpleaños.

— ¿Por qué les has dejado entrar, Drew? — la molestia en mi voz fue suficiente para que Emily desviara la mirada hacia nuestro compañero de manejo — Olvídalo, supongo que vienen y se van.

—Querían pasar a saludarlos a ambos, no le vimos nada de malo; Marissa preparó ya la cena para poder sentarse todos a la mesa.

—Típico de Mar.


La grande sonrisa que portaba Alexander en el rostro me causaba cierto revuelvo en el estómago, había pasado un mes y medio desde la fiesta de cumpleaños de mi padre y nos volvíamos a ver apenas ahora; Paul por su lado sostenía un pequeño regalo en las manos, que deducía era para mí, lo extendió a mis manos en cuanto subí el primer escalón al pórtico. Alexander se adelantó a abrazar a Emily y sostenerle unos segundos por el aire con emoción.

—Te ves excelente, Emily. — Se alejó un par de palmos de ella antes de girar a observarme — Y tú pareces recién salido de la perrera, ¿qué son esas ojeras?

—También me alegra verte, Alex. — Tomé el regalo de entre las manos de Paul — ¿Han venido hasta acá por un regalo?

—No es un regalo cualquiera, lo he escogido cuidadosamente para ti, Adam— los ojos del joven chico frente a mi brillaban con orgullo — espero te guste mucho.

— Seguramente lo hará.

— ¿Se quedan a comer? — Emily abrió las puertas que daban a la sala, seguida de ella entró Drew con sus maletas y demás, Alfred se unió a ayudarlo a subirlas hasta el cuarto correspondiente a cada una — estoy segura que Marissa ha hecho algo bueno para nosotros.

—No pensamos quedarnos mucho tiempo, de hecho queríamos hablar con Adam, es un tema un tanto urgente.

— ¿Qué tan urgente es que no puede esperar a que me siente, al menos?

—Es sobre mi tío George, y sobre un par de investigaciones que me pidió hacer para él, Paul también sabe del tema por culpa de Miranda.

— Pues venga, dime de qué va entonces.

—Es sobre Lana; tu padre se encerró durante una semana entera en su cuarto volviéndose loco con la idea de que tu hermana está vida, Miranda le contó a Derek y pues bueno, Derek me dijo a mí — Alex tomó asiento mientras se acomoda la chamarra que portaba — y no es que piense mal de mi propio tío, pero sé que no está loco.

ADAM - en edición.Where stories live. Discover now