Capítulo 4

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AUTOLESIÓN

El daño físico o mental a nosotros mismos.
Recuerdo cuando tenia 15 años y estaba en la terraza fumándome un cigarrillo, el olor calmaba mis llantos y mi ira, y tenía una alta necesidad de sacar todo ese dolor que tenia dentro y no, llorando no bastaba así que decidí robar un cuchillo de la cocina y hacer un pequeño corte en mi muñeca, nunca olvidare la sensación de alivio que me dio aunque pronto se convirtió en el único, escape de la realidad para mis problemas, para el estrés, todos los recuerdos de las palabras que me hacían daño solo era lo que escuchaba, eran tatuajes invisibles que dejaban una marca en mí que con el tiempo aprendí a conservar.
Inútil
Estúpida
Inservible
Buena para nada
¿No suena lindo verdad?

Con el tiempo mi familia me obligó a conseguir ayuda, seamos realistas pocas veces se dan cuenta de esto y actúan indiferentes, pero también debemos poner una parte para mejorar.
La terapeuta fue muy amable y de una forma u otra logró que le contara todo y me desahogara como nunca lo había hecho en mi vida, y digamos que por unos segundos en mi mente me di cuenta que hacerme daño no lo solucionaba así que le pedí ayuda:
-Ya no quiero seguir así Mónica, quiero…quiero cambiar-le dije.

Y si pasó, comenzamos cada 2 días a vernos y me aconsejó formas de salir de ahí, me dijo acerca de que cuando tuviese las ganas de autolesionarme, insultarme o simplemente de, dejar de existir me distrajera con algo que me gustara mucho hacer, en mi caso era el baile. Siempre amé como al mover mi cuerpo acorde a la música mis sentimientos se sentían liberados, mis pies, mis manos expresaban todo lo que alguna vez quise decir, pero la vida no me permitió. Y eso hice empecé a dejar de pensar tanto y a ponerme mas empeño en mejorar lo que me gustaba, en concentrarme en proseguir y solo me detuve.
Deje de pensar tanto.
Dejé de insultarme.
Dejé de autolesionarme.

Y fue tan liberador, recuerdo que mi vida hizo un cambio asombroso donde sonreír ya no parecía un maquillaje pesado, sino una brisca fresca llena de una verdadera emoción.
Con esta pequeña historia quisiera hacer llegar que sí, a veces el dolor es tan inmenso que solo pensamos en quitarnos la vida para dejar de sufrir y que también lesionarse uno mismo te hace sentir como una liberación, pero hay que darse cuenta lo toxico que en verdad es, el brillo que nos va absorbiendo.
Si nos dieron la vida fue para vivirla y si,
Se irán muchas personas,
Morirán,
Reirán,
Lloraran,
Pero la lección de todo esto es haber que se puede salir adelante, podemos, por mucho que todo parezca una neblina infinita, se puede salir porque:
“En el mar siempre el Sol sale, luego de una terrible tormenta”
¿Serás esos barcos que solo se rinden y se hunden?
o los que siguen a flote a pesar de todo lo que tuvieron que pasar.

Lágrimas de podcast Where stories live. Discover now