Fue entonces que Jinki le observó detenidamente y se percató de que tampoco lo conocía.
— Ah, no eres de mi clase... Sí, soy Jinki, también estoy en tercer año, del A — Dijo no muy confiado, pero más calmado, aunque no por eso le siguió la conversación.
— Entonces... ¿Te caíste?, es difícil quedar tan herido por una caída. Aunque uno nunca sabe, el año pasado me caí en mi casa y se me cayó uno de mis dientes de leche —. Taemin sonrió mostrando sus dientes y señaló con su mano el diente que estaba siendo reemplazado por uno definitivo — ¿Ves?, aunque ya casi termina de salir el otro. Me dijeron que debía cuidar mucho de este, porque no salen más, y que el ratón de los dientes tampoco paga por ellos, lo supe porque...
Jinki le estuvo observando hablar en todo momento, ¿Y cómo no hacerlo si el chico parecía hablar por vocación?. Realmente le parecía un niño ingenuo, a él también le habría gustado creer en el ratón de los dientes, pero todas esas fantasías habían desaparecido de su infancia cuando sus padres habían fallecido y quedó bajo el cuidado de su abuelo, un viejo gruñón que solía apostar todo lo que tenía.
— ...Entonces KiBum, mi primo, puso su otro diente bajo la almohada, pero el ratón nunca apareció. Cuando mi tía lo vió en la mañana, lo regañó por forzarlo, y le dijo que ni siquiera intentara eso con los definitivos, porque el ratón le quitaría todo el- ¡Hey!, ¡Estás sonriendo! —. Taemin apuntó a su rostro mientras sus ojos brillaban de emoción.
De inmediato Jinki tocó sus labios, notando que sus comisuras estaban levemente arqueadas, y tenía sentido, hacía tiempo que no le hablaban de una forma tan agradable, aunque su sonrisa duró poco, pues al tener los labios rotos, le dolió, llevando sus manos a ellos para cubrirlos.
— Es una gran historia, y gracias por haberte quedado conmigo, pero tengo que irme... ¿Taemin? —. Dijo mientras trataba de bajar de la camilla, pero Taemin le impidió el paso.
— No puedes irte, la enfermera me encargó esa tarea, así que debo cuidarte. Si te duele la boca, puedo traerte agua, quizás eso ayuda con el dolor —. Intentó ayudar a Jinki a volver a acomodarse en la camilla, pero este no le dejó — Además, fueron a llamar a tu padre, seguro que ya viene —.
Taemin le dió una de sus mejores sonrisas cuando pensó en ello pero, escuchar eso, sólo le causó disgusto al chico, quien bajó la mirada de inmediato, y se quejó por lo bajo.
— No es mi padre, es mi abuelo, desafortunadamente —. Murmuró mientras presionaba sus manos contra sus muslos.
— ¿Por qué eso es desafortunado?, ¿Tu abuelo vive muy lejos? —. Cuestionó mientras se volvía a acercar a Jinki, buscando su atención.
— Quisiera que fuera eso, pero no. Alguna vez... No, olvídalo, es imposible —. Como le fue posible, se acomodó en la camilla, fingiendo que iba a dormir, pero eso no le quitó la curiosidad a Taemin.
— ¿Alguna vez qué?, dime —. Insistió el pequeño, pero no veía intensiones de Jinki por quitar su curiosidad, así que se sentó en el borde de la camilla a observarlo — No me iré hasta que me cuentes. Me das mucha curiosidad —.
— ¿Alguna vez escuchaste que la curiosidad mató al gato? —. Le dijo Jinki en lo que cerraba los ojos.
— No había escuchado eso, ¿Qué significa? —. Cuestionó Taemin, obteniendo un suspiro por parte de Jinki, quien estaba frunciendo el ceño.
— Aunque eres muy ruidoso e insistente, no pasarías por lo mismo que yo. Seguramente tienes unos abuelos amorosos, una familia que siempre te recibe con calidez, y amigos que te quieren mucho —. No abrió los ojos, pues sabía cuál sería la respuesta de Taemin.
— ¿Quieres decir que en tu casa no es así?... ¿Qué hay de tus hermanos? —. Cuestionó Taemin.
— No tengo hermanos, mi única familia es mi abuelo, y él ni siquiera se preocupa de mi, siempre dice que mis padres murieron por mi culpa —. Esto último lo dijo reprimiendo sus ganas de llorar, y aunque eran tan pequeños, Taemin lo percibió.
Sin pensarlo, Taemin acarició la espalda de Jinki, para brindarle consuelo y, para su sorpresa, este no se alejó. Estuvo buscando las palabras correctas para hablarle, pero nada podía consolar una pérdida así, al menos hasta que tuvo una brillante idea.
— ¿Sabes?, tengo una idea, puedo compartir a mis padres contigo. No es lo mismo, pero son muy cariñosos —. Estaba totalmente convencido de aquello, sin embargo, a Jinki no le pareció lo mismo.
— Gracias, pero no —. Susurró Jinki, estaba muy cansado para continuar hablando, pues el curioso Taemin parecía haberle drenado la poca energía que le quedaba.
— Sólo dime un día que puedas y te los presentaré, mi padre es muy bueno con los postres, puede hacer de todo, seguro que hará cualquier pastel que te guste, de hecho, debería avisarle, ¿Qué pasteles te gustan? — Taemin se inclinó ligeramente sobre Jinki a esperar su respuesta, pero nunca llegó.
Para su sorpresa, descubrió que Jinki se había dormido, así que decidió que esperaría con él. Se acostó junto a su custodiado, estiró con suavidad la manta que había en la camilla para cubrir ambos cuerpos y, para finalizar, se abrazó a Jinki, no supo por qué, sólo sintió la necesidad de hacerlo, y poco después cayó profundamente dormido.
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Cuando Taemin abrió los ojos, se encontró sólo en la camilla, por lo que se sentó rápidamente, buscando a JinKi, pero pronto una voz lo calmó.
— ¿Buscas a JinKi?, ya se fue, su abuelo vino por él. Ya debe estar descansando en casa —.
— Ah... ¿Cree que venga mañana? —. Cuestionó el pequeño Taemin, mientras se bajaba de la camilla.
— No lo sé, JinKi no tiende a faltar mucho, es capaz de venir hasta con gripe. ¿Por qué preguntas?, ¿Se hicieron amigos? —. Esta vez, la curiosidad nació de la enfermera, quien incluso se acercó hasta Taemin sonriéndole.
— Sí, me cae muy bien, y creo que también le agradé — Taemin le devolvió la sonrisa, y luego se inclinó ligeramente — Creo que ya debería volver a clases. Muchas gracias por cuidarme.
Sin más que decir, Taemin se retiró y volvió a su clase, esperando con ansias poder ver a JinKi otra vez porque, en su interior, estaba seguro de que no lo iba a dejar ir.
