Capítulo 24✔

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Esta es mi realidad

Sábado 19 de septiembre

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Sábado 19 de septiembre...

Repaso cada momento en mi mente como una cinta de película antigua y gastada. Es tan lejana la sensación de realidad. Me siento una extraña en mi propio cuerpo. Ausente, vacía, rota.

La sensación de vacío me invade y la culpa me recuerda que pude haberlo evitado. Sabia que algo andaba mal, sabia que había alguien en la casa, debí seguir mis instintos y ayudarla.

Estaba tan asustada que ni siquiera pensé en la posibilidad de que los gritos pertenecieran a ella. Soy una estúpida. Soy una cobarde. Debería estar muerta y no ella. Si tan solo hubiera bajado antes...

Viqui continuaría con vida.

La policía está interrogando a mi madre. Ambos dan indiscretas miradas en mi dirección y bajan la voz. No me gusta nada la expresión de mi madre. Roza el desprecio y finaliza en asco. Mi corazón se remueve y un mal presentimiento se estanca en mi estomago.

Me alejo de las miradas acusadoras. El aire se siente estancado a mi alrededor. El olor a sangre se arremolina entre las paredes frías de la cocina. Camino hacia la puerta trasera en busca de aire fresco

Siento que me ahogo.

Abro la puerta esperando que el aire frio de la madrugada me golpee, en cambio un espeso y desagradable olor a sangre me saluda. Mis pies descalzos se mezcla con el charco de sangre. Un grito se escapa y los oficiales que hablaban con mi madre corrieron a mi ubicación, ahora se encuentran a mi lado observando con horror la sangrienta escena.

Un cadáver en el suelo rodeado por una piscina de sangre. El hombre estaba vestido de negro y tenía un pasamontañas que ocultaba su rostro. Lo realmente horrible era que podía ver sus intestinos. Le habían abierto el estómago, su garganta cortada. Sus manos estaban en un angulo incomodo, se las habían roto.

La imagen era tan brutal que hacia que la anterior escena del crimen pareciera un juego de niños en comparación. Los presentes examinaban el cadáver con horror, me observaban intentando averiguar como una adolescente era capaz de tan atroz acto.

Estaba claro que yo no he sido.

Mi vista se detiene una vez en el cadáver e intento buscar algo que indica alguna pista sobre el asesino. No hay nada, nada más que absoluta brutalidad y rabia.

La atención de todos se mantiene sobre la victima, mientras que la mía recae mas allá, entre los arbustos. Mi corazón late con fuerza, mi piel se eriza y un presentimiento se aferra a mis huesos. Achico los ojos, forzando mi vista para que llegue más lejos y logre distinguir entre las sombras de la oscuridad.

No veo nada pero no dejo de intentarlo, doy un paso y mis pies se manchan una vez mas de sangre.

Un oficial me grita y me saca de la escena. Me llevan hasta un asiento y los siguientes minutos pasan tan rápido que comienzo a ver la luz del amanecer filtrarse a través de las puertas y ventanas.

Hampton Royal [B el misterio detrás de un asesinato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora