"Percibo más enemigos en camino" alertó Bourgeois a su amigo, agarrando firmemente su pistola. "Yo me encargaré de ellos; tú ve tras ese idiota. ¡Quién sabe qué tipo de caos está causando ya!" Chanks le dió una palmada a su compañero en señal de apoyo.

El corazón de Bourgeois se llenó de agradecimiento mientras corría en busqueda de su capitán.

Dicho capitán que se encontraba en medio de la multitud tan distraído que chocó accidentalmente con alguien, haciendo que tropezara y cayera.

"¿Estás bien?" preguntó con sincera preocupación, ofreciendo una mano para ayudar a la niña que todavía estaba un poco aturdida. La niña le miró brevemente, luego se levantó y se alejó corriendo sin mirar atrás.

"Que raro..", pensó el Príncipe mientras continuaba su caminó a lo que había captado su atención.

Esto resultó ser un espectáculo de marionetas.

El niño estaba tan emocionado, que se olvidó por completo del juego que se supone que estaba jugando con sus amigos.

Prince incluso se preguntó durante el espectáculo sobre cuando fue la última vez que escuchó una historia, ya que nadie en su tripulación era un cuentacuentos. Y asi se pasaría su tiempo hasta que sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por la voz de su francotirador. "¡Aquí estás!" exclamó Bourgeois. "Si no te apuras, ¡vas a perder!".

"¿Qué voy a perder?" Prince se había olvidado por completo el juego, demasiado absorto en la obra. Bourgeois, acostumbrado a este tipo de comportamientos de su capitán, rodó los ojos molesto.

"¡El juego!".

El capitán sintió como si algo le hubiera drenado hasta la última gota de sangre. La adrenalina del momento lo hizo huir en busca de una pelea, mientras dejaba atrás a un Bourgeois confundido y bastante desconcertado.

La búsqueda de Prince se detuvo cuando vio a la niña de antes, sus lágrimas derramándose incontrolablemente en la bahía.

"¡Oye! ¿Por qué estás sola?" El Príncipe se acercó a ella, su curiosidad despertada por sus lágrimas solitarias. No podía entender por qué nadie estaba allí para consolarla.

"Porque quiero" respondió la chica, causándole una gran confusión. "No entiendo", pronunció él, sintiéndose cada vez más mareado mientras más pensaba en ello.

"¿Qué quieres decir?" preguntó la chica, intrigada por su curiosidad.

"¿Por qué deseas estar sola?" La pregunta de Prince hizo que la chica se pusiera tensa y se mordiera el labio en un intento por mantenerse firme.

Normalmente, el Príncipe se habría alejado cuando se enfrentaba a tales reacciones, inseguro de cómo responder. Pero sus palabras le impactaron, recordándole los momentos en los que se sentía increíblemente solo y perdido en el palacio.

Recordando lo único que le brindaba consuelo en aquel entonces, el regaló más grande que le pudo dar Campanita, reunió el coraje suficiente para preguntarle: "¿Realmente quieres estar sola? ¡Si no es así, únete a mí!".

Respetar el espacio personal nunca fue su punto fuerte, pero no le importaba. Acercándose a ella, sus rostros casi se rozaban, esperaba que ella pudiera ver la profundidad de sus emociones a través de sus ojos.

Después de todo, dicen que los ojos son las ventanas del alma.

"¿Unirme a ti?" Ella lo cuestionó una vez más, y por alguna razón inexplicable, no pudo dejar de sonreír.

"¡Sí! ¡Conviértete en parte de mi tripulación! ¡Sé mi nakama! ¡Así nunca estarás sola de nuevo!" exclamó, extendiendo sus brazos con tanta emoción que su corazón latía con tanta fuerza como una bomba a punto de explotar.

Polluelos / ASL ONE PIECE FANFICOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz