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Nota: Querido lector, decidi ser buena y no hacer tan cruel...

Disfruten de la lectura.

Max

— Estoy tan emocionado.

— ¿Por qué podrías estar emocionado?— le pregunté a Charles mientras me abrochaba el cinturon.

— Somos dos solteros en una aventura.

Encendí el auto y comencé a manejar.

Intente mantenerme serio, pero no podía luego de procesar la situación. Los motivos que me divertían eran los siguientes.

1. Charles parecía un niño explorador, juro que lo hacía.

2. Rojito estaba en un auto Honda y no en un Ferrari. Utilizaría eso en algún momento para reirme de él.

3. Que él creyera que yo estaba soltero

— Yo no estoy soltero.

— ¿Seguro? Porque yo vi los mensajes que tu me mostraste, ella te dejó – se estaba riendo.

Frene de golpe el auto.

— Te bajas— Se puso serio.

— Era broma, perdón, no volvera a ocurrir. Quiero ir, volver a casa es deprimente.

Lo compadecia, pobre rojito.

— ¿Qué pasó con ella?

Cerró los ojos y apoyo su cabeza en el respaldo de asiento. 

— Terminó conmigo, creo que esta interesada en alguien más.

Eso si que no me lo esperaba.

— ¿Estas seguro de ello? Creer que es por alguien más es muy fuerte.

— He visto cosas y preferi omitirlas. Una parte de mi cree que ella en realidad quería que yo lo viera y terminará con aquello. Sin embargo ella terminó conmigo... pero hablemos de otra cosa ¿Qué es eso de mis niños? Porque  no creas que no lo escuché.

Decidí hacerle un resumen de cómo terminé yendo a una casa hogar con Gianna y conocí a los niños. No fui muy profundo, le conté lo justo y necesario para que supiera a donde íbamos.

Después de todo, no éramos amigos como para que contarle toda mi vida. Además era bastante chusma y quería conservar mi privacidad.

Por la expresión que me estaba dando, el sabía que no le estaba dando toda la información. Pero estaba conforme.

— Comprendo ¿A dónde vamos ahora?

— A la casa hogar.

Y así, horas más tarde, llegamos.

Charles habló todo el camino, era como si buscará conocerme y quisiera que lo conozca.

A decir verdad no tenía muchos amigos, y no me quejaba de aquello. Charles era un rival en la pista, igual que lo fue cuando éramos niños. Pero ahora las cosas eran diferentes, ambos eramos más maduros.

Aunque eso no se traducía a que fueramos amigos.

— Hola Max— Regina estaba ojerosa, se veia demasiado cansada.

— Hola, lamento llegar de imprevisto y a esta hora. Pero supongo que sabes por que estamos aquí.

Eran las cuatro de la mañana, la habíamos despertado.

— Si, y lo siento Max, pero no puedo darte la información que vienes a buscar.

Si, pero yo no iba a rendirme así de fácil.

Promesas * Max Verstappen *Where stories live. Discover now