ʚ| 💥 |⠿ ꒰ Capitulo 08 ꒱

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Taehyun estaba sin camisa podando, con pantalones cortos y el cuerpo derretido en sudor por el inclemente sol de la primavera. Su cuerpo alto era más musculoso de lo que había visto cuando usaba sus camisetas blancas y éstos se transparentaban, creándole expectativas que habían sido sin duda superadas por el escenario frente a él. El hombre era un maldito Dios, no podía creer que sus flujos corporales le dieran un aire más masculino y que, para empeorar la situación, estuviera atraído por el asqueroso y salado sudor que le recorría cada centímetro.

Debió de haberse sentido observado y advertido por sus inigualables instintos de alfa, porque no tardó en levantar su mirada hacia su lugar a pesar de los varios metros que los separaban, se veían a la distancia en miniatura, pero lograban reconocerse de igual forma. Beomgyu reaccionó quizá uno o dos segundos tarde, pero ya había huido hacia el interior de su cabaña mientras sentía su pulso en la garganta.

¿En serio acababa de sabrosearse a alguien que le llevaba unos nueve o diez años?

El alfa Kang Taehyun, futuro padre adoptivo del cachorro que cargaba en su vientre, arrogante profesional y terco con postgrado, con cara y atributos cincelados por el espíritu de algún artista renacentista que había dejado alguna obra en vida pendiente y decidió finiquitar con un ser humano.

Checó la hora del reloj en su cocina y marcaban las tres con veinte minutos, lo que significaba que había estado por lo menos unos buenos quince minutos deleitándose de una vista prohibida. Él no lo había comprobado todavía, pero rezó a cualquier santo o deidad para que sus pantalones no fueran una pequeña tienda de acampar. Se tocó por encima y maldijo, tenía que dejar de lado su nueva fantasía platónica con el hombre. La peor parte es que no se sentía ni un poco asqueado.

Fue al baño dispuesto a liquidar ese problema y, anticipadamente, le pidió perdón a Taehyun por tener que ser víctima del ataque del despertar de su miembro. Era justo, sin embargo, después de todo había sido él quien lo había despertado. De ninguna manera iba a mancharse la única camisa presentable de la que disponía, así que cuidadosamente se la retiró para evitar que rozara innecesariamente sus pezones. Lo menos que quería era que todas sus protuberancias buscaran atención.

Tan rápido como llegó el problema se fue, después de la asquerosa imagen que irremediablemente vio en el espejo. Él con una panza y abdomen ahora inflamado, su trasero antes cubierto por la longitud de la prenda superior, se mostraba agrandado, así como sus pechos, aunque los últimos apenas crecían. Se sintió tan mal que la excitación se había escurrido y no necesariamente de una forma liberadora.

Dio la vuelta para verse la espalda, con el deseo de todavía poder ser capaz de verse la espina dorsal que antes se le mostraba y lo hacía sentir delicado. Fue una mala idea, y él ya había tenido muchas de esas. Unas estrías terribles en su espalda baja y diminutos gorditos bajo sus hombros que aparecían si se esforzaba en seguir girando la cadera para verse de espaldas, cayó por primera vez en cuenta de lo que el embarazo le haría a su cuerpo en los meses que quedaban.

Un bajón de repente lo atacó con las memorias de las penumbras que había vivido hasta ahora en estado, y lo peor era que no estaba siquiera a mitad de que se acabara. La primera lágrima bajó por sus redondos mofletes y entonces empezó a llorar. Se prometió que iba a conseguir ese trabajo costara lo que costara con tal de que pudiera seguir en marcha con su plan y forjarse un futuro estable.

Su cara se había hinchado por el llanto y sus ojos estaban rojos, se había vuelto a vestir de inmediato y pasaba su miseria, arrinconado en una esquina de la bañera. Oyó los cuatro toquidos del alfa que siempre hacía en vez de utilizar el timbre, y se arrojó hasta el lavabo para despojar el luctuoso estado de su rostro

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Agradecía que el mayor fuera reservado y callado, o que simplemente lo ignorara. Cuando pasó a recogerlo, ya vestido, ni siquiera preguntó la razón de sus llorosos ojos. O no le importaba, o era muy tímido para preguntar, o de plano había hecho un bien trabajo retocándose.

•| Kerosene |• © Taegyu • Where stories live. Discover now