ʚ| 💥 |⠿ ꒰ Capitulo 08 ꒱

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Al día siguiente Taehyun se ausentó para el desayuno y el omega no pudo evitar sentirse sombrío en su ausencia; el hombre era terriblemente serio e incluso podía aventurarse hasta decir que era algo tímido, callado y difícil para abrirse ante las personas. A pesar de esto, disfrutaba de su compañía porque le escuchaba hablar por horas acerca de cualquier tema o anécdota que tuviera para contar, y eso para él después de tanto tiempo solitario, se había convertido en un buen cambio de rutina.

Suponía que debían partir a las cuatro de la tarde por el temible tráfico de la ciudad que retrasaba la, en realidad, mediana distancia que existía para llegar a la urbe. Así que después de haber preparado un escueto omelette falto de champiñones y salsa de tomate como le gustaba, subió a tomar otra siesta, pero fue inútil pues al momento se encontraba ya fuera de las sábanas y saqueando la poca ropa de su armario.

Todas las camisetas y pantalones, así como los zapatos, los había usado ya y estaban gastados, unos más que los otros. El calor subió a sus mejillas ante su escasez de pertenencias a las que nunca en realidad puso atención, y aunque nadie estuviera ahí para juzgarlo, se sentía raro yendo a una entrevista de trabajo con una camiseta negra con letras de una Universidad que ni siquiera conocía, y unos jeans de mezclilla azul marino que podían incluso parecer negros.

El reflejo en su espejo lo mostraba terrible y, como para intentar disimular su mal estado, volvió a tomar un baño para que su cabello tomara mejor forma esta vez. Debía dejar de ir a la cama con el pelo mojado. Un rato después estuvo listo y de nueva cuenta el sonrojo espolvoreaba su rostro por el auto interrogatorio que estaba contestándose en un designio de tranquilizarse y ganar confianza para dentro de unas horas.

Estuvo barriendo la casa cantando o tarareando canciones del canal de música que su pequeña televisión transmitía, también aprovechó para darle una limpiada al refrigerador y deshacerse de los platos sucios. Estaba ya sonriendo como un tonto con la idea de conseguir ese trabajo y así poder ir saldando sus deudas, o ahorrando, incluso imaginó que sus gavetas estarían llenas de esas galletas con malvaviscos que tanto le gustaban pero que no podía permitir pagarse para evitar gastar más dinero del necesario. Estaba orgulloso de sí mismo por seguir conservando buena parte del dinero que Joy le había dado antes de partir.

Apenas tuviera algo de dinero extra, aparte de todas las cosas que ya había sumado a su lista mental, compraría algo lindo y le escribiría una carta para asegurarle que estaba bien y que seguía vivo hasta el momento. Claro que evitaría algunas partes en su relato porque no podía pensar en la mujer y su hogar de niños, y al mismo tiempo plasmarle la noticia de su decisión sin sentir algo de remordimiento.

Pero el cachorro dentro de él no terminaría como esos niños, ni como él, porque tenía a Taehyun.

Antes de que dieran las tres quiso salir a tomar algo de sol que calentaba su cabaña y que iluminaba el desastroso jardín que lo rodeaba. Estuvo curioseando un rato acerca de las gardenias y la mala hierba de la que tendría que deshacerse pronto, de los hoyos que tenía que tapar con tierra pronto para que el pasto siguiera creciendo uniforme, y de las flores pequeñas que también necesitaban ser regadas.

Nunca antes se había detenido a pensar en el viñedo que se hallaba a unos metros de la casa de Taehyun, verde y con sus frutos presentables como quien viene a visitar con regalo en mano. Era grande y unas bonitas mesas de picnic se distinguían a la distancia junto con lo que parecía ser un comedor con el mismo estilo que las mesas, todo apuntaba al obvio hecho de que se trataba de un viñedo turístico que sospechaba, se abriría pronto.

Un ruido de motor crujió a la distancia, pero fue percibido por su oído debido a la reserva y el prudente silencio que lo rodeaba ahí donde vivía, desde sus confines estuvo merodeando con la mirada a lo lejos para dar con el sonido. Se alegró de no tener nada mejor que hacer, porque la vista con la que se topó le inyectó un subidón de adrenalina inexplicable e incluso algo inocente, tonta tal vez. Su corazón latía desenfrenado y por tercera vez sintió su rostro morfado en un tómate mientras que sus piernas se volvían palos incrustados en el pasto, incapaces de moverse.

•| Kerosene |• © Taegyu • Where stories live. Discover now