— ¿Robos? — preguntó con confusión, bajando los papeles en sus manos para observar el rostro preocupado de Chaeyoung —. ¿Qué clase de robos?

— Hubo unos cuantos en el Distrito Este, pero pararon después de unos días. — Comenzó a explicar mientras movía los documentos de la mesa para exponer el mapa del reino, su mano yendo a la pluma en una esquina del mueble para tomarla y comenzar a trazar en el mapa —. Se detuvieron el tiempo exacto que toma ir del Distrito Este al Norte, y de ahí comenzaron algunos robos alrededor del Distrito Norte, todos son de víveres básicos y poco a poco se están moviendo hacia el castillo.

— ¿No han detenido a nadie? — preguntó con incredulidad, recibiendo una respuesta negativa de la soldado —. Tenemos a los distritos casi en hambruna desde la invasión del Sur, ¿y nadie ha prestado atención a los robos de víveres? ¡Nuestra prioridad son los civiles!

— Las tropas están divididas en gran parte alrededor del castillo, en las salidas y entradas de los Distritos — respondió Sana acercándose a ambas —. Junto a tu padre, el comandante Reiss creyó que era lo más apropiado para evitar otra invasión y mantener a los civiles a salvo.

Mina gimió con frustración dejando caer los informes de nuevo en la mesa, ocultando los trazos de Chaeyoung en el proceso. Con pasos largos se acercó nuevamente a la ventana y observó con consternación todo lo que rodeaba el castillo, viendo a las personas que caminaban por el lugar y a los que lloraban por su padre se preguntó quiénes realmente eran parte de su reino, quiénes realmente pertenecían a Vergessene. Verlassen era un lugar violento con un Rey sangriento, pero no impulsivo, Alistair era malditamente inteligente por hacer que sus soldados se infiltraran en el reino

— No hay ningún ataque porque no es el plan — dijo mirando sobre su hombro a su soldado y su consejera, quienes mantenían una mirada confundida en sus rostros —. Se están moviendo lentamente hasta el castillo como malditos civiles, la estrategia de Reiss no funciona... ¡porque los estamos protegiendo a ellos también!

El rostro de Sana cayó y Chaeyoung parecía demasiado perdida en sus pensamientos, Mina podía ver desde su lugar a su cerebro trabajar a toda velocidad. Todos en ese estúpido reino habían sido tan idiotas como para no notarlo, Verlassen se había estado burlando de ellos durante todo ese tiempo y ninguna persona tuvo la capacidad mental para notarlo, estaba frente a sus ojos y nadie pudo ver más allá de sus narices. Todos eran tan inútiles.

Mina tomó aire preguntándose qué tan calificados estaban los comandantes del ejército realmente, se preguntó si en algún momento su padre los puso a prueba o simplemente no le importó en lo absoluto a quienes ponía a cargo de la seguridad de su reino.

— Nadie entra ni sale de los distritos a partir de hoy, ni siquiera del castillo — ordenó dando pasos rápidos a la mesa, de donde tomó todos los informes que el comandante Reiss había llevado —. Revisen a todos los civiles, tráiganme a todo sospechoso y quiero los expedientes de todos los comandantes conmigo al atardecer, después del funeral de mi padre.

— Sí, mi Reina. — Sana asintió dándole una pequeña reverencia cuando Mina pasó frente a ellas en dirección a la puerta.

— Ah, por cierto. — Se detuvo en el umbral de la puerta y miró sobre su hombro —. También quiero que investiguen a todo el ejército y a cada personal en el castillo, incluyéndolas.

— ¿Qué? — Chaeyoung saltó a la defensiva, frunciendo el ceño al sentir la desconfianza —. Pero nos conoces, no puedes hacer esto.

— Es una orden, Chaeyoung — respondió girándose nuevamente, dándole la espalda a ambas —. Y yo soy la Reina.

 Y yo soy la Reina

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The forgotten Kingdom 《♤》 MichaengWhere stories live. Discover now