Prólogo

384 18 2
                                    

Estoy buscando a Madison, hace 10 minutos que no la he visto y ya me estoy preocupando. Después de buscar en las habitaciones, en el patio y en la cocina pienso en la sala voy a buscar ahí, reviso por cada rincón hasta que unos piecitos cubiertos por una tela blanca con rosa me hacen sonreír, muevo el sofá y ahí está ella pero alrededor suyo y encima de sus piernas hay un montón de fotos regadas más una caja. Me agacho a su altura y voy recogiendo una por una reuniéndolas en mi mano, son todas fotos con mi familia y una que otra con Dipper lo que me trae malos recuerdos.

—Cariño ¿de dónde sacaste esto?

Algunas fotos tienen mordidas y están húmedas, seguramente Madison estuvo metiendoselas a la boca como hace con cada cosa que encuentra. Ella tiene en sus manos una foto que al verla bien me doy cuenta, estoy yo con Dipper el día que me pidió ser su novia él tiene una copia de esta foto guardada o bueno, no sé si aún la tendrá, realmente ya no importa.

—Mamá.

—Yo te ayudo mi amor.

Acomodo bien la caja y voy guardando las fotos ahí con orden, también tengo álbumes llenos,.

—¿Me la das?

Le pregunto a mi hija ya que ella aún conserva la foto en sus pequeñas manos, intento quitársela con cuidado pero eso solo provoca que ella comience a llorar.

—¿Quieres quedartela? ¿Te gusta?

Digo soltando la foto y ella enseguida se calma, pues sí parece que le gusta porque no quiere soltarla la agarra con fuerza.—Muy bien puedes conservarla,.

Unas horas después le cambio su pañal y le cambio la ropa por una limpia, ahora mismo le estoy dando su leche. Con una mano sostiene el biberón y con la otra la foto. Parece que le tomó cariño porque en verdad no quiere dejarla, cuando le estaba cambiando la ropa se la tuve que quitar por unos momentos para poder sacarle las mangas del enterito que tenía puesto y al instante se puso a llorar entonces me apuré un poco para que no siguiera llorando y ya cuando estaba cambiada le devolví la foto.

Pasan unos 30 minutos y Madison se duerme en mi pecho y hombro es entonces que la dejo acostada en mi cama, su mano se abre un poco y aprovecho para quitarle la foto, me quedo observándola por unos segundos. Ese día nunca lo olvidaré él fue tan lindo, tan cariñoso y amable.

—Ya no pensaré más en ti, Dipper Pines.

Solo por mi hija no guardo la foto porque sé que llorará cuando se despierte y no la vea más. Pero ahora solo ella importa nada ni nadie seguiré con mi vida y seré feliz junto a mi pequeña dejando atrás todo lo que alguna vez me dañó.

Otra Oportunidad • G.F, Dipcífica (#2 Saga Familia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora