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Todavía recuerdo la primera vez que vi a Leah Williamson, capitana del Arsenal Women's Football Club. Estábamos de vacaciones en Londres con mi familia, y en un acto de aburrimiento, decidí asistir a un partido de fútbol femenino en el estadio Emirates. Nunca había visto jugar a mujeres al fútbol antes, así que no sabía qué esperar. Pero en cuanto Leah pisó el campo, supe que había algo especial en ella. Su confianza, su presencia en la cancha, su toque suave en el balón. Me dejó sin aliento.
Después del partido, mi familia y yo fuimos a comprar recuerdos en la tienda del club. Vi a Leah parada cerca de la entrada, hablando con algunos de sus compañeras de equipo. Quería acercarme a ella, pero estaba demasiado nerviosa. Después de todo, era una estrella del fútbol y yo era una turista que apenas sabía patear una pelota. Me habría conformado simplemente con mirarla de lejos, pero Leah me escuchó hablar con mis padres en mi acento americano y me saludó con una sonrisa amistosa. Así fue como comenzó nuestra amistad improbable.
Resultó que Leah y yo teníamos más en común de lo que pensaba. Nos encantaba hablar sobre música, películas y libros. Ella me presentó algunos de sus grupos favoritos de punk rock, mientras que yo la hice enamorarse de Harry Potter. Cuando volvimos a casa después de nuestras vacaciones, seguíamos en contacto a través de mensajes de texto y correo electrónico. No tenía idea de que me enamoraría de ella.
La verdad es que nunca me había sentido atraída por una mujer antes. Mis experiencias amorosas se limitaban a citas con chicos aburridos de mi ciudad natal. Pero Leah era diferente. Me inspiraba con su pasión por su deporte y su compromiso con la justicia social. Admiraba la forma en que se dedicaba plenamente a todo lo que hacía. Podía ver en sus ojos que ella era una persona de gran corazón, generosa y amable.
Un día, después de hablar con Leah durante horas, me di cuenta de que no podía esconder mis sentimientos por ella por más tiempo. Le dije que quería ser más que amigos, y ella respondió con un beso suave y dulce. Desde entonces, hemos estado saliendo en secreto, ya que no queríamos hacer público nuestro romance. Pero estoy perdidamente enamorada de ella, y no puedo imaginar mi vida sin Leah.
Por supuesto, hay muchos obstáculos en nuestro camino. Leah está muy concentrada en su carrera como futbolista, y yo estoy en una escuela en los Estados Unidos, a miles de kilómetros de ella. No sé cómo podemos hacer que nuestro amor funcione, pero sé que no quiero renunciar a ella. Lo sé porque amor como este, no se encuentra todos los días. Leah es mi todo. Y espero que algún día, podamos estar juntas sin tener que escondernos.
Espero que os guste se que es corto pero es lo poquito que me salio
