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Después de unas semanas, Ri'ya empezaba a acostumbrarse al lugar, pero los Na'vi del clan Omaticaya se veían apurados todo el tiempo y ella no entendía el porque.
¿Acaso tenía algo que ver con la gente del cielo? ¿Acaso el clan Omaticaya se estaba preparando?
Todo el tiempo estaban moviendo cosas de un lugar al otro, y Ri'ya noto que algunos Na'vi salían en las noches, y cuando regresaban, salía otro grupo a tomar su lugar.
- ¡Ri'ya! - una voz familiar se hizo presente cerca de ella haciendo que la pequeña volteara.
A su dirección venían Neytiri y Neteyam Sully, cada quien tenía un arco en mano.
- ¡Hola! - La niña se acercó a la mujer y a su amigo - ¿Que van a hacer hoy?
- Neteyam debe entrenar, debe de alimentar esos genes guerreros que tiene - Neytiri revolvió el cabello de su hijo avergonzándolo un poco.
- Oh... ¿tardaran mucho? - la chica estaba desanimada ya que esperaba poder pasar tiempo con su nuevo amigo.
- No lo creo, ¡cuando terminemos iré a buscarte! - Neteyam le sonrió antes de despedirse para ir con su madre.
Ri'ya decidió ir a caminar un poco, no iría tan lejos, aún no sabe desplazarse en esta zona del bosque.
─ ･ ｡ﾟ☆: *.☽ .* :☆ﾟ. ─ Ri'ya POV
Mientras caminaba encontré una piedra hermosa, era similar a una de las piedras que estaba en el cordón musical de mi madre.
Mi madre, realmente la extrañaba, todo era más fácil cuando ella estaba conmigo, éramos felices.
Tome la pequeña piedra y me senté recargando mi espalda contra un árbol. Empecé a cantar mi cordón musical, esta vez agregando un verso sobre la muerte de mi madre y mi llegada al clan Omaticaya.
Empecé a llorar desconsolada, mi madre siempre hablaba sobre cómo su sueño más grande era dejar una marca en Pandora, no estoy segura de si lo cumplió, pero definitivamente dejo una enorme marca en mi corazón, una marca que mostraba lo feliz que me hizo vivir con ella, pero también lo triste que me hizo perderla.
¿Ella sabrá que estoy bien? Ojalá haya muerto sin preocupación. Aunque yo se que ella está corriendo con Eywa, el echo de que ya no está caminando conmigo es una dolorosa verdad, una verdad que ya no puedo negar con hermosas mentiras.
Después de unos minutos de sacar mi frustración y mi dolor con llanto me levante y mire al cielo, mire a mi alrededor, mire el suelo... puedo sentir el consuelo de Eywa, una brisa diciéndome que debo seguir adelante.
