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Los sueños, eran representaciones de recuerdos o imágenes basadas en los mismos que creaban todo un universo de infinitas posibilidades en su mente, tantas eran las opciones que los sueños siempre podían llegar a ser impredecibles.

Sin embargo, para él sus sueños se basaron en infinitas lagunas negras.

Cuando el sol comenzó a asomarse por el horizonte, los rayos de luz cálidos ingresaron por la ventana, llegando a su rostro. El abrió sus ojos perezosamente observando todo su entorno, desde las blancas paredes hasta el techo lleno de grietas en sus esquinas. Cuando despertó completamente pudo identificar la realidad y darse cuenta de que nada había sido un sueño.

Toda su familia había muerto en un terrible accidente aéreo.

Un suspiro agotador fue su respuesta a aquel pensamiento, llevó su única mano no tan vendada y la que aún podía medio mover a su rostro, sintiendo lo húmedo que estaba por el sudor a causa del calor que hacía en la habitación, además de todas aquellas vendas que convertían su vida en un literal infierno.

Lastimosamente no podía darse el lujo de levantarse y cerrar las cortinas, pues hasta ese día sabía que no podía mover las piernas. No sabía si era por todas aquellas máquinas y vendas cubriéndole, o porque el accidente lo había ocasionado. Nadie parecía querer responder a su pregunta.

Giró su rostro para ver a su lado aquella pantalla monitoreando los lentos y suaves latidos de su corazón. Aun lado se encontraban varias revistas para que leyera y un florero con hermosas flores dándole los buenos días.

¿Quién había sido?

Lo último que recordaba al despertar, fue ver los ojos de aquel cirujano que le salvó la vida en aquel hospital. Y el mismo que sin saberlo, se la había arruinado por completo.

No lo decía porque culpara al médico de toda aquella desgracia que le estaba sucediendo, sino que entre más pensaba y pensaba, solo podía seguir llegando a la misma conclusión desde que despertó.

¿Por qué él?

De un mortal accidente en donde todos sus pilotos, pasajeros y azafatas perdieron la vida... ¿Por qué él tuvo la desgracia de ser el único en sobrevivir?

Observó tristemente hacia la ventana que dejaba ingresar toda la luz solar e iluminaba la gran y solitaria habitación, seguía sin poder recordar algo más antes del accidente y eso lo estaba matando por dentro. Se sentía como un completo desconocido, no sabía nada de su origen, ni los rostros de sus familiares, ni el suyo propio. No recordaba su fecha de cumpleaños, ¡ni siquiera sabía su nombre!

¿Qué es lo que se suponía que debía hacer ahora?

No tenía nada, ni a nadie. Era solo una persona perdida en el mundo.

Había perdido quizás lo más importante para cualquier ser humano en este planeta. Había perdido su identidad.

Salió de sus pensamientos al escuchar a alguien golpear suavemente la puerta de su habitación, y aun así no hizo nada. No quería moverse, quería dormir para jamás despertar.

Quería morir junto con sus recuerdos y su familia.

Al no recibir respuesta la puerta fue lentamente abierta, y una enfermera de cabellos rosas se asomó por ella, observando al chico verificando que estuviese dormido, con cuidado entró en el lugar llevando un pequeño carrito con el desayuno de él y unas cuantas mantas para cambiar las de él.

-Hey... -susurró ella, acercándose levemente a él observando detenidamente su rostro.

El chico tenía sus ojos cerrados, mientras respiraba agitadamente. Al ver como el sudor cubría su rostro, se dirigió hacia la ventana - para alivio de él- y cerró las cortinas causando que se oscureciera levemente el lugar.

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⏰ Last updated: Jul 08, 2023 ⏰

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 𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐉𝐀𝐊𝐀𝐏𝐀𝐍 ━━━ 𝖻𝗂𝖻𝗅𝖾𝖻𝗎𝗂𝗅𝖽 Where stories live. Discover now