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Mientras tanto un Chan preocupado paseaba entre los pasillos buscando a su sobrino.

Estaba desesperado por encontrarlo, después de haberlo visto hablar solo lo perdió de vista

Había seguido con sus compras normal pensando en que Changbin lo seguía.

Que equivocado estaba, ya se le daba porque sería muy extraño que estuviera tan quieto (ya q normalmente ya estuviera arrastrándose en el piso o saludando a las personas de la tercera edad), y fue cuando se dió cuenta de que Changbin no estaba.

Se detuvo, pensando en dónde podría estar.

¿En el baño? ¿En los juguetes? ¿Preguntándole a una familia si lo adoptaban? ¡Porque es capaz de decirles que él no le compra nada!

Negó, ya tenía veinticuatro años, debía actuar como una persona madura porqué ahora era padre (o tutor como solía sobre llamarse él mismo) de sus sobrinos.

Sí, sus sobrinos lo llamaban tío y él los llamaba sobrinos o rellenos de mierda.

Aún que ese apodo iba más para Jeongin, que para Changbin.

Finalmente decidió ir a buscar primero al baño porqué sabía que Changbin iba mucho al baño cuando los llevaba con él de compras.

∆°∆°∆

—¡El tío Chan! –Dijó él, tomó el carrito de bomberos y se fue rápido del pasillo.

No supo si seguirlo o quedarse en su puesto.

Parecía que estaba perdido, pero en realidad no sabía.

Decidió mirarlo desde lejos, dándose cuenta de que definitivamente estaba perdido al verlo vagar por todos los pasillos y como sus lágrimas comenzaban a brotar.

Se acercó a él, porque le dió mucha lástima que nadie le ayudará mientras buscaba al tal tío Chan.

Le tocó el hombro por detrás, el niño se volteó y lo abrazó aún con lágrimas en los ojos.

Sintió como su camisa se mojaba por el llanto del niño.

Le regresó el abrazo, sintiendo cómo se aferraba mucho más a él y murmuró un "Tío Chan ya no está dónde lo había dejado"

Río por las ocurriencias del niño para tranquilizarlo un poco, consiguiendolo relativamente rápido.

Sonrío feliz, al rubio le gustaban mucho los niños y más los tranquilos como lo era éste que se encontró.

Su partenidad interna le pedía que se lo quedará, pero sabía que no podía.

Se separaron y lo agarró de la manita para empezar a buscar entre los pasillos.

Se le hacía bastante obediente, tanto que lo hacía querer comérselo a besitos de lo adorable que era.

Si tan sólo supiera que Changbin era un rebelde de primera.

Cuando se fueron del pasillo de bebés, Chan pasó por allí buscándolo.

Ya había pasado por el pasillo de niños, el baño y se fijó en la mayoría de familias de que no estuviera allí un Changbin colado.

Pero nada, estaba totalmente preocupado y desesperado.

Para la próxima lo amarraría o lo dejaría con su mejor amigo Minho.

Negó mientras miraba a Jeongin, preguntándole con la mirada si tenía una idea de dónde podría estar.

Ah, pero los bebés de tres años no hablan.

Con los ojos llorosos, ya al borde de la locura, llamó a Minho.

—Estoy ocupado, ¿para qué llamas? –Si fueran otras circunstancias ya le habría colgado, pero está vez no, hoy no.

—Perdí a mi sobrino –Informó Chan con la voz quebrada.

—¿A cuál? ¿Perdiste a Jeongin? –Preguntó Minho al otro lado de la llamada.

—No, a Changbin. Ayúdame a encontrarlo, por favor Minho. –Le rogó, algo que nunca habría hecho hasta que se volvió padre.

—Bien, veamos.. ¿Ya buscaste entre los pasillos o familias? Puede que esté colado entré una de esas familias. –Comentó Minho.

—¡Ya lo hice!, lo busqué entre los pasillos de infantes, el baño, entre las personas, también chequé a todas las personas que salieron y no llevaban a Chang. —Expresó mientras pasaba desesperado entre los pasillos.

—¿Ya informaste? Los policías de seguridad o el personal que checa las cámaras pueden ayudarte –Sugirió él.

—Están en los malditos horarios de comida y me dijeron que no se hacían cargo de eso –Contó, negando aún pensando en que no volverá a éste lugar nunca más.

—Mmj,¿Ya probaste diciéndole a algún empleado?

Y fue cuando vió a Changbin tomado de la mano a un empleado del lugar.

Colgó el teléfono y con los ojos llorosos se dirigió con prisa a ellos.

—¡¡Changbin!! –Grité desde lejos, ignorando a las personas que me veían extraño.

Me agaché y abracé a Changbin con fuerza, temiendo perderlo y ya no volverlo a ver.

Lo cargó, para después mirar con el ceño fruncido al empleado.

—¿Usted es el "tío Chan" del que tanto habla Chang? –Preguntó el trabajador para estar seguro, no quería dejar al chaparrito con un extraño.

Él asintió mientras ignoraba las quejas de Changbin y lo metía al carrito junto a Jeongin.

—Oh! Un gusto, soy Felix y estábamos buscándolo, ¿verdad Changbin? –Preguntó el rubio para no hacer mal entendidos–

Changbin asintió todo feliz, cómo si no se hubiese perdido.

Y la verdad esque se había encariñado mucho con el rubio en tan sólo unos minutos.

Chan miró a Changbin, preguntándole con la mirada si le había hecho algo, Changbin negó y mostró su carrito de bomberos.

—¡Miráááá, lo compró Lixie para mí! –Gritó Changbin mostrándole el carrito a Jeongin.

O más bien presumiendoselo.

Chan volteó a ver al chico, quedándose sin palabras cuándo miró lo tierno y lindo que era éste.

—¿En serio? ¿Porqué? –Le preguntó Chan al chico que se presentó como Félix.

Él se encogió de hombros. —Me lo exigió y no pude decirle que no –Comentó, sorprendiendo a Chan.

Era el primer empleado que en verdad lo había ayudado y apesar de que lo había tachado de secuestrador (en su mente), se había dado cuenta de que en realidad era muy amable.

—Gracias, en verdad. ¿Quieres que te devuelva tu dinero? –Le preguntó, pero éste negó rotundamente.

—¡Claro que no! Me cayó muy bien Changbin!! –Admitió sonriéndole.

Se miraron el uno al otro, perdiéndose en la mirada del otro.

—Oh! Casi lo olvido!, soy BangChan. Aunque quizás ya lo sabías por el "tío Chan" –Río nervioso, mostrándole un lado nuevo a sus sobrinos.

Por Jeongin no se preocupaba, tan sólo tenía tres años y aún no comprendía.

Pero Changbin..., Sabía que él se burlaría de él más tarde.

Papá Lixie _ChanLix_Where stories live. Discover now