Capítulo V

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Sentada en los escalones y disfrutando del silencio, miraba la foto de sus padres, solía tomarse un rato para imaginar cómo se verían si estuvieran todavía vivos, se cumplían casi seis años de su pérdida y seguía pareciéndole tan reciente. Guardó la fotografía en su lugar, colocó sus brazos sobre sus muslos para observar desde los grandes ventanales el naciente amanecer; no durmió nada, prefirió quedarse vigilando, parpadeó lento dirigiendo su mirada a los demás miembros del grupo que descansaban, no se embriagaron para su suerte, si no hubiera tenido un gran problema con las resaca, lo bueno de todo eso, era que habría buena comunicación y confianza para trabajar juntos como equipo.

El sonido de notificación del móvil desvió su concentración, lo sacó de su bolsillo para revisarlo, se trataba del correo que ansiaba recibir—nunca me decepcionan, chicos—, pensó abriendo la carpeta digital que se conformaba por dos subcarpetas; habían todos los documentos necesarios para confirmar, o desmentir sus sospechas, Jackson "Jack" Spheer nunca fue reportado como muerto, ni desaparecido, sus parientes nunca hicieron tal denuncia, los antecedentes penales eran interesantes, trabajaba para un grupo criminal bastante organizado, esos datos no los pudo sepultar muy bien, leyó una pequeña nota de su compañera Lee poniéndola al tanto, salió de esta para abrir la última, leyó todo minuciosamente; evidencias, antecedentes penales, todo coincidía, esa persona era coartada de Jack, tensó su mandíbula respaldando los documentos en una nube especial segura para levantarse, debía actuar con sigilo, fingir como si no supiera nada, pero la mantendría vigilada, reprimió las ganas de reírse, resultó que el fatuo Olsen, tuvo como novia a una rata, su propio padre la expulsó del Ejército, ahora entendía por qué.

Se puso en pie para regresar a la oficina, sin embargo, su instinto le pedía que volviera a ver. Lena se estaba escabulliéndose, pudo leer sus intenciones, iría a buscarlo, no la conocía en absoluto, pero si estuviera en su lugar, haría lo mismo. Bajó los escalones corriendo a la vez intentaba no hacer mucho ruido para no despertar a los demás, no permitiría que fuera sola.

—¿A dónde vas, Lena? —la alcanzó tomando su brazo con suavidad, su tono de voz era suficiente para que escucharan las dos.

—Eso no te importa, Danvers —se soltó molesta, detestaba ser tomada así—, no te metas más en mis asuntos. ¿O piensas que me escaparé?

—No soy idiota, Luthor. Las dos sabemos que estás afectada por Jack —siguió enfrentándola casi sin pestañear, era oficial que el muro volvía a levantarse—. Ir a buscarlo será como ofrecerle tu cabeza en una bandeja de oro, no solucionarás nada.

—No soy una muñeca frágil, agente Danvers —estaba renuante a cambiar su opinión—, soy una Luthor, sé cómo cuidarme la espada muy bien.

—Créeme que me lo he repetido varias veces, pero no permitiré que por eso vayas a arriesgarlo todo. ¿En serio vale la pena?  —alzó su mano mostrándole que había tomado sus llaves sin que se diera cuenta. Lena no lo pensó dos veces para darle un puñetazo en el rostro.

—Primero, me importa una mierda esta misión —su mirada estaba cargada de enojo mirando como Kara apretaba su mandíbula girando poco a poco su rostro, le había roto el labio—. Y, segundo, aclararé algo que me tiene harta. Jack solo fue mi mejor amigo, no me gustan los hombres.

—Me devolviste el golpe, ¿eh? —sonrió divertida limpiando la sangre de su labio inferior, decidió jugar una carta sencilla—. Hagamos un trato, dejaré que vayas a buscarlo, solo si voy contigo.

—¿Te han dicho que eres un verdadero malestar en el culo? —intentó no alzar la voz mirándola con mucho estrés.

—¿Lo tomas o lo dejas? Así de sencillo —no iba a retroceder, le mostró las llaves sin dejar de mirarla.

Desafío De Velocidad Where stories live. Discover now