Capítulo 19. Las cosas pequeñas

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—Cecile no comete errores—detiene el auto solo unos pocos metros más adelante y yo observo los múltiples establecimientos a nuestro alrededor antes de imitarlo saliendo del auto, su mano toma la mía entrelazando nuestros dedos cuando me encuentro a su lado y me lleva con él por la acera hasta ingresar en un restaurante que luce como italiano.

El lugar se encuentra ligeramente lleno, pero todavía conseguimos una mesa cerca de la ventana, no es hasta que me siento frente a él que me doy cuenta de que parece conocer todo.

—¿Has vivido aquí?

—Cinco años, volví a Keaton hace dos años.

—Pensé que vivías en la ciudad—murmuro bajando la vista al menú sobre la mesa, inspecciono lo que ofrecen.

—Vivo allí, solo viví en Keaton un año por ciertos asuntos—No me pierdo la manera en la que evita tener que dar detalles sobre eso, no es como que vaya a pedirlos, pero ahora tengo curiosidad, de cualquier manera, no pregunto nada mientras él vuelve a hablar—. Mi padre era de aquí, todos nacimos aquí, excepto Mark, él nació en un viaje a Australia porque Cecile sufrió una caída y tuvieron que sacarlo antes de tiempo—Entreabro los labios abriendo mucho los ojos y Caleb sonríe—. Salió algo testarudo, pero nada de qué preocuparse.

Ruedo mis ojos justo cuando una joven con un delantal con un bordado color rojo del nombre del restaurante se acerca para tomar nuestras ordenes, vuelvo a observar el menú sin saber qué escoger, al final me voy por la opción segura eligiendo espaguetis a la carbonara y una ensalada caprese.

—No creo que "la testarudez" sea solo por la caída de Cecile, probablemente es genético porque usted no se queda atrás—murmuro cuando la chica se va luego de anotar nuestras órdenes.

—Tal vez sea genético, sí, pero me ha servido lo suficiente en la vida— sacudo la cabeza apoyando mis codos sobre la mesa mientras llevo mis manos entrelazadas bajo mi barbilla, una sonrisa divertida ensancha las comisuras de sus labios mientras me observa.

—¿Como por ejemplo para seguir persiguiéndome?

—Como por ejemplo para ir siempre por lo que quiero—Suelto un resoplido desviando la vista por el lugar, probablemente habría esperado que me trajera a uno de los lugares que su madre frecuenta aquí, sin embargo, me he dado que de hecho Caleb prefiere acomodarse a mis gustos a la hora de invitarme a salir.

O al menos las dos veces que ha sucedido.

—¿Sus gustos son neutros o por qué siempre me invita a lugares que sabría que me gustarían?

—Podríamos tener gustos similares.

—Estoy segura de que no es así, una vez sí, pero no dos.

—Tiene razón, el restaurante griego no es mi favorito, en este caso sí estamos compartiendo una elección—Ladeo la cabeza tomando una servilleta del centro mientras tuerzo los labios—. ¿Qué estudias?

—¿Su informante no le dijo eso?

—Creo que no era relevante.

—¿Mi carrera no es relevante, Spencer?

—El dato no era relevante para agradarle, señorita Callahan, además de que dijo que mi madre debería dejar de ventilar su vida. Es su turno para decirme lo que me interesa saber sobre usted—Se encoge de hombros, relamo mis labios antes de volver apoyar mis codos sobre la mesa para sostener mi barbilla con interés.

—¿Ah sí? ¿y qué tanto le interesa saber?

Todo—Me remuevo en mi lugar mientras sopeso la fuerza de su respuesta.

Señorita, permítame besarla ✓ | ¡Pronto en fisico!Where stories live. Discover now