—¿Cómo pudiste terminarla en menos de 5 minutos? —le preguntó caminando hacia el sillón—. ¿Qué clase de monstruo eres?

Su amiga le sonrió.

—Uno muy sediento por caminar desde mi casa hasta aquí.

—Laini dijo que nos iba a acompañar —las interrumpió Jeanne.

—¿Qué? No, es mentira, nunca dije eso —se defendió rápidamente la pelirroja.

—Sí lo dijo ¿Verdad, Lissa? —la más joven de las tres hermanas asintió con complicidad a su hermana mayor.

—Sí, la escuché claramente —afirmó.

—Eso es en compensación por tomarte mi bebida —le dijo Brenda sentándose a su lado. Volteó a ver a Jeanne—. ¿Esperamos a Matt? —le preguntó.

—No, lo veremos más tarde, esperamos a Ely, no debería tardar en llegar así que te sugiero que te apresures con tu desayuno —le señaló con un dedo hacia la mesa en donde había servido comida como si Brenda fuese un equipo de futbol americano.

Si algo identificaba a Jeanne de ella y Lisa era ese instinto maternal que tenía, aunque fuese la mayor de las chicas su mamá nunca la había educado para ser la niñera de ellos, pero al parecer Jeanne estaba muy a gusto de cuidar y proteger a todos sus hermanos, por eso todos la amaban.

Brenda amaba a Jeanne aunque en el último par de años sus caracteres empezaron a chocar y sus discusiones se habían vuelto más frecuentes pero era una etapa por la que todas las hermanas pasaban, incluso ellas.

Se apresuró a terminar su desayuno y cuando estaba terminando de lavar sus dientes apareció el típico rostro rojo de Ely por la puerta. Esa chica siempre estaba sonrojada, si era feliz, si era triste, si estaba avergonzada, si estaba falta de aire como en ese momento... como fuese siempre estaba así. Ni siquiera Laini que era pelirroja natural se sonrojaba.

La desventaja de tener una piel muy blanca, supuso.

—¡Respira! —le dijo Lissa echándole aire con lo que parecía ser una revista.

—¿Por qué estás así? —le preguntó Brenda.

—Es que se me hizo tarde —dijo tomando aire—. Creí que no llegaría a tiempo.

—¿Y tu auto?

—No encendió, lo venderé por partes —terminó apretando los labios, la mueca del más grande enojo que podía mostrar.

—Creí que Kris lo había arreglado —comentó Jeanne—. Aunque él es mejor con las motocicletas.

Ely negó con la cabeza.

—El auto no sirve, gastaría más arreglándolo que comprándome otro. Así que lo siento, no podré llevarlas.

—Se irán caminando —se burló Lissa y subió corriendo las escaleras—. Por cierto —gritó desde el segundo piso—. Ely, sales hermosa en la nueva revista.

Brenda no tuvo que voltear a verla para darse cuenta que se había sonrojado.

—Bien, entonces vamos que tengo cosas que hacer —las apresuró Brenda.

—¿Cosas que hacer? —le preguntó Jeanne con curiosidad y Laini hizo acto de presencia a su lado.

—Un chico se le va a declarar. Parece que va muy en serio.

—¿En serio? —preguntó su hermana. Brenda intentó hablar pero la interrumpió—. Creí que no te gustaban los "chicos" —señaló la palabra entrecomillas.

¿Quieres ser mía? (JASN Libro #3)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ