Can you hold me? ; kookmin.

Epílogo.

El cielo comenzó a llenarse de una variedad infinita de colores, el atardecer estaba recibiéndolos y cubriendo al pueblo con su calor. La brisa pasó a través de su rostro, la tranquilidad deleitaba a todos los miembros de la manada y les prometía una paz que no pudieron acariciar hasta ese momento.

La manada Park estaba demasiado tranquila, el gran alfa ahora era Park Chanyeol, quien junto a su omega y sus hijos, pudieron liderar al pueblo con sabiduría y justicia. Jackson pudo encontrarse con su omega y las uniones de los hijos del gran alfa terminaron por deshacerse, las estaciones pasaron, la brisa otoñal volvía a envolverlos con paciencia y dulzura.

El pelirrubio observó al cielo, una pequeña lágrima descendió por su mejilla al recordar los acontecimientos de dos años atrás. Su rostro era más maduro, su dulzura y belleza se acentuaron de manera atractiva, su bondad siguió intacta y su amor no murió ni un segundo.

Observó al frente, un pequeño niño de cabellos castaños jugaba con dos pequeños niños, los tres empezaban a manipular los juguetes que el hermano de Jimin les proporcionaba. Las risas de su hijo eran una melodía hermosa para el omega, escucharlo tan feliz y ver aquella sonrisa que le hacía recordar a su alfa eran un alivio sincero para su corazón.

— ¿Estás bien? — su padre omega se acercó con una pequeña sonrisa— te pones así cada vez que recuerdas este día.

— Es inevitable, papá— respondió con un pequeño suspiro— sabes lo que ocurrió hace dos años.

— Deberías olvidarlo, mi niño— acarició sus cabellos rubios tratando de darle el consuelo que necesitaba en ese momento— mi nieto necesita de un padre feliz y sonriente. No creo que quieras que te vea triste el día de su cumpleaños.

— Ya tiene dos añitos— observó a su pequeño con una sonrisa en los labios, verlo era como ver a su alfa en versión pequeña— mi pequeño Junghyun está creciendo.

— Un día los ves pequeños y luego ya están presentándose como alfas, omegas o betas. El tiempo pasa muy rápido, Jimin, y tienes que aprovechar cada día al lado de tu hijo.

Los tres pequeños siguieron riendo. El omega de su hermano Taehyung, quien se llamaba Yoongi y había venido de la manada Kim, se acercó a sus hijos y los cargó. Ambos eran demasiados revoltosos en el día, pero en las tardes y noches se la pasaban durmiendo junto a su padre. La sonrisa de los pequeños al verse en brazos de su padre omega era inmensa. Su hermano estaba demasiado feliz al tener una familia tan hermosa y numerosa como aquella. El pequeño castaño empezó a llorar al verse solo, por lo que el pelirrubio tuvo que acercarse y cargarlo en sus brazos.

— ¿Mi bebé se siente solito? — arrulló al pequeño en sus brazos y llenó su rostro de besitos.

— P-Papá...— murmuró el bebé.

El pelirrubio suspiró una vez más, mientras cargaba a su bebé y lo llevaba al interior de su hogar. Sabía que se refería a su padre alfa.

— Papá no está aquí, mi niño— en cuanto ocupó la pequeña mecedora que se encontraba en el interior de su hogar, sentó al bebé en sus piernas— yo también lo extraño y mucho.

Besó su frente de bebé y empezó a jugar con él para hacerlo sonreír. Sus ojos eran idénticos, como dos gotas de agua. Al menos eso había heredado de él porque los cabellos y la sonrisa se parecían a su pareja. La fiesta iba a ser en un rato más, estaba esperando que la manada Kim llegara y que el padre de Jungkook trajera el pastel que había prometido llevar para su nieto.

Cuarenta minutos pasaron, su pequeño bebé se mantenía demasiado despierto, pese a ser la hora de su siesta. El omega vistió a su bebé con una ropita elegante para la fiesta que toda la manada haría en honor al nieto del gran alfa. El ambiente se llenó de muchos olores, entre ellos estaban el de Kim Seokjin, quien no tardó en abrazar al pequeño bebé en cuanto salieron de la casa y fueron a recibirlos. Su pareja, Kim Namjoon, también se hallaba allí, trayendo un pequeño regalo para el bebé entre sus manos. La manada de su alfa también había asistido a la reunión, podía ver a sus suegros entre la multitud, esperando ver a su nieto.