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Hope

"El tener esperanza es lo que nos ayuda en momentos difíciles, si tenemos esperanza no hay porqué rendirnos"

Sunhye se tensó y rápidamente derribó a quien estaba detrás suyo algo asustada, estuvo a punto de irse, pero aquella conocida voz la hizo detenerse de golpe.

—Con esa fuerza puedes derribar a cualquiera, no debí preocuparme tanto por ti—el dueño de la voz se levantó del suelo y miró como la rubia seguía estática.—¿Ya no saludas?

Ella lo miró un momento encontrándose en shock, pensaba que estaba alucinando, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, una gran mezcla de felicidad, nervios y tristeza se apoderaban de su cuerpo, soltando leves sollozos antes de ser envuelta en aquellos cálidos brazos.

—Pensamos que te habíamos perdido para siempre...si estabas bien ¿por qué no regresaste?—el más alto la abrazó fuertemente, como si temiera el que ella desapareciera de la nada.

—E-Es más complicado de lo que parece—ella sollozó nuevamente.

Al fin alzó la mirada para toparse con esos ojos bicolor que la miraban con total cariño y alivio, lo había extrañado tanto que no se contuvo de abrazarlo con fuerza otra vez, el peliazul se encargó de limpiar las lágrimas que bajaban por las mejillas de Sunhye y sonrió levemente.

—Siempre has sido una llorona, por eso las personas te molestaban cuando éramos pequeños.

Sunhye rió melancólica ante el recuerdo de los 7 niños defendiéndola de cualquier persona que tratara de hacerla sentir mal, hubo una vez en la que Jakah y Solon terminaron peleando a puño limpio con unos tipos que eran (por mucho) más grandes que ellos.

Jakah y Solon terminaron ganando y los otros tipos tuvieron que disculparse con la rubia por insultarla.

—¿Y qué hay de la vez en la que tuvimos que escapar de aquella panadería?—el peliazul rió ante lo que dijo Sunhye.

—Eso fue culpa de Shion por preguntarle a la señora si su horrible lunar en la cara era una cabeza más saliendo de ella.

Pasaron hablando más tiempo de lo que creyeron, recordando las cosas del pasado que les alegraban sin notar la otra presencia en el lugar.

Aquel chico de ojos verdes y cabello blanco se encontraba mirándolos, específicamente, mirándola a ella.

Quería correr a abrazarla, decirle que regresara pero unas palabras lo detuvieron de salir de su escondite.

—Por favor, no le menciones a los demás que me viste...—la más baja dirigió su mirada a esos ojos bicolor.

Jakah retrocedió unos pasos mientras seguía escuchando atentamente, sintiéndose muy dudoso de aparecer frente a ellos o no.

—¿Por qué no?—preguntó Solon.

—No quiero que ellos se enteren de que estoy viviendo apenas como una esclava, es horrible y sé que por más que traten no podrán salvarme esta vez...ellos siempre me encuentran...

Solon la miró con una profunda tristeza, odiaba verla de esa manera, parecía que se había rendido del todo a luchar por un destino mejor.

—Sunhye, ¿recuerdas lo que solías decirnos cuando éramos niños?—ella lo miró con confusión.—Cada vez que estuvimos a punto de rendirnos ante algo siempre decías; "el tener esperanza es lo que nos ayuda en momentos difíciles, si tenemos esperanza no hay porqué rendirnos"

Ella entendía perfectamente lo que le quería decir Solon, debía tener esperanza, sobretodo si quería llegar a ver a Jakah otra vez.

La joven estuvo a punto de agradecerle pero un quejido de entre los arbustos los puso alerta.

—Quien sea que esté ahí, salga ahora mismo—habló seriamente la de ojos amarillos.

La pequeña sombra que se veía a lo lejos se acercó a la luz mostrándose completamente, haciendo que dos corazones latieran de manera sincronizada y recuerdos del pasado golpearan ambas mentes con la realidad del presente.

—Lo siento...no planeaba que nuestro reencuentro fuera así..—habló el que se encontraba anteriormente escondido.